Jul 17, 2024 Last Updated 6:04 PM, Jul 17, 2024

Escribe Saúl Rocca

En la primera mesa de debate sobre “Crisis mundial y rebelión en el imperio” hubo un importante intercambio sobre la situación mundial y la perspectiva a la que se enfrenta el movimiento obrero y popular.

Por Izquierda Socialista y la UIT-CI habló el compañero Miguel Sorans, que realizó la primera intervención de la conferencia. Le siguieron los compañeros Néstor Pitrola por el PO, Christian Castillo por el PTS-FT y otros compañeros y compañeras.

Sorans señaló que se vive la peor crisis del capitalismo en su historia, en la cual se combina la crisis del Covid-19 con una debacle social de la clase trabajadora y los pueblos del mundo. “Unidas estas dos pandemias al salto de la crisis ambiental, se está ante el dilema de socialismo o catástrofe”, afirmó Sorans. Lo destacable es que se retomaron las movilizaciones, a pesar del coronavirus, después de la gran oleada de luchas de 2019, señalando que el punto más alto ha sido la rebelión antirracista de los Estados Unidos que impactó en el mundo y debilitó a Trump. Todo abre la perspectiva de nuevas huelgas y nuevas rebeliones populares contra el intento de hacer que la crisis la paguen las trabajadoras y los trabajadores.

“La debilidad del imperialismo se ha hecho sentir en otros lugares del planeta y también se ha reflejado en que Trump y el genocida Netanyahu no pudieron avanzar el 1º de julio con la anexión de Cisjordania, otro triunfo del heroico pueblo palestino”, dijo Sorans. “Trump, en su crisis y  debilidad, y temeroso de perder las elecciones de noviembre, ha salido a reflotar la supuesta guerra económica con China. [...] ¿Esto significa que la crisis podría desviarse hacia una confrontación militar mundial entre los Estados Unidos y China? ¿China es un enemigo irreconciliable de los Estados Unidos o es un aliado estratégico? […] Desde la UIT-CI consideramos que son más que escasas las posibilidades de una confrontación militar. Para nosotros se trata de la conocida competencia entre dos potencias capitalistas, son los típicos roces interburgueses en medio de una debacle económica que están sufriendo. En realidad, China es un gran aliado de los Estados Unidos, y en un punto clave que es la explotación de millones de trabajadores en China y en todo el mundo. Solo un dato, en China hay 70.000 multinacionales yanquis y europeas. […] China está gobernada por una dictadura capitalista manejada por el Partido Comunista. [...] Desde la UIT-CI consideramos que la dictadura china no tiene nada de progresiva. Es parte de los falsos socialismos que los revolucionarios debemos combatir”.

La polémica sobre China y las perspectivas

Estas definiciones dieron lugar a un debate con los compañeros del PO y el PTS.

Néstor Pitrola cuestionó que ya se hubiera completado la restauración capitalista en China. A su vez, tanto Pitrola como Castillo (PTS) objetaron la definición de Sorans, que en lo central China es aliada del imperialismo en el ajuste contra la clase obrera china y mundial. Para Pitrola y Castillo lo que prima en la situación mundial es el peligro de un avance hacia un enfrentamiento militar China-Estados Unidos. Con su supuesta hipótesis de que el imperialismo norteamericano, en su crisis, quiere parar el avance capitalista de China. Castillo criticó a Sorans y a la UIT-CI comparando la situación actual con la crisis capitalista de la década del ’30, previa a la Segunda Guerra Mundial.

Miguel Sorans señaló su discrepancia con esas definiciones del PO y el PTS sobre la ubicación de China, aclarando que la UIT-CI no niega hipótesis de posibles choques o acciones militares. Pero que el centro de la situación mundial no es ese, sino el crecimiento de la confrontación social, como lo muestra la rebelión popular de los Estados Unidos.

En su cierre, dijo Sorans: “Hay corrientes, como acá se ha expresado, que consideran que todavía no se ha restaurado el capitalismo en China. Nosotros creemos que desde los ’90 sí se restauró, y es un debate que tenemos que seguir. Pero es muy importante como vemos la dinámica actual […]  enfrentamientos  armados los puede haber indudablemente, y que ya los hay. […] Vivimos la crisis más grave del capitalismo, una situación inédita, y puede ocurrir cualquier cosa, porque el imperialismo y el capitalismo están en una debacle. […] Para aclarar al compañero Christian Castillo o cualquiera que pueda tener una duda de nuestra posición. Nosotros no descartamos que pueda haber escaramuzas militares entre China y Estados Unidos, como las puede haber con Corea del Norte o con Irán. Pero creemos que el centro de la situación va a ser la lucha de clases […], la dinámica es que vamos a grandes confrontaciones sociales, donde el capitalismo de la dictadura en China, pero en especial de Estados Unidos y todo el imperialismo europeo van a enfrentar a las masas. En este momento en China hay las mismas huelgas contra las rebajas salariales que vemos en nuestros países. […] No creemos que el centro del imperialismo norteamericano sea evitar el crecimiento capitalista de China. Hace cuarenta años que los Estados Unidos, con los distintos gobiernos, viene favoreciendo la implantación de multinacionales norteamericanas. Se puede estudiar, se puede creer que estamos exagerando. Según los datos que existen, hay más de 70.000 multinacionales instaladas en China. […] las multinacionales han explotado a la clase obrera china con la complicidad de la dictadura y ganan fortunas.

“[…] Nosotros vemos una perspectiva que ya se está dando, se están retomando las movilizaciones. Todavía no a nivel de 2019. La perspectiva es a más confrontación social y la posibilidad de nuevas rebeliones y revoluciones. Hay corrientes que dudan que haya habido revoluciones en los últimos cuarenta años. Los compañeros del PTS vienen escribiendo eso hace rato. No es así. Hay revoluciones, pese a la falta de dirección revolucionaria. Por ejemplo, en 2011 se dio la revolución árabe. Las masas hicieron insurrecciones que derribaron dictaduras de treinta o cuarenta años. Revoluciones que no avanzaron hacia el poder obrero porque no hubo una dirección revolucionaria, por la crisis de dirección; esas revoluciones después retrocedieron. En Chile se abrió un proceso revolucionario en octubre de 2019, millones en las calles […] este es el terreno favorable para los trotskistas, para los revolucionarios”.

No se pronunciaron por la consigna “Abajo la dictadura china”

Este primer debate llevó a que Miguel Sorans planteara un interrogante a los camaradas del PTS y del PO ese jueves 30 y que luego de tres días de conferencia no fue respondido.

Sorans planteó que la UIT-CI levanta consignas como “Abajo Piñera” o “fuera Bolsonaro”, que también son planteadas por el PTS y el PO. Agregando que la UIT-CI también levanta la consigna “Abajo la dictadura capitalista china”. Y solicitó que PTS y PO aclararan si levantan o no la consigna “abajo la dictadura china”. Dejando de lado la de la UIT-CI, que le agrega “capitalista” a dictadura. Se puede dudar si ya se restauró o no el capitalismo, o si alguna vez va a darse una guerra con Estados Unidos, pero que es una tremenda dictadura represora y explotadora no hay dudas. Lo llamativo es que terminó la conferencia y los dirigentes del PO y los del PTS no respondieron a esta pregunta. Con lo cual, da toda la impresión de que están en contra de esta consigna, algo que es totalmente equivocado.

Ver informe y cierre de Sorans en la mesa-debate “Crisis mundial y rebelión en el imperio”:

Escribe Atilio Salusso

El informe y el cierre del plenario en la conferencia del día sábado por parte de Izquierda Socialista en la UIT-CI estuvieron a cargo de nuestro compañero Juan Carlos Giordano, diputado nacional electo, quien remarcó inicialmente las importantes coincidencias que se manifestaron en las distintas charlas para tener en cuenta a la hora de avanzar en políticas unitarias, no sin antes contestar a algunas polémicas.

Los debates

Antes de Giordano habló Gabriel Solano, del Partido Obrero, quien se centró en explicar sus razones sobre la “marginalidad de la izquierda revolucionaria” en Latinoamérica. Adujo que obedece a la política claudicante del resto de la izquierda, exceptuando al  PO, centralmente por no responder bien a los golpes de Estado y al nacionalismo burgués. Giordano contestó que, sobre este tema, Izquierda Socialista tiene una visión opuesta. Primero, y si es por responder bien a los golpes y cómo se enfrenta al chavismo, el ejemplo hay que buscarlo en Venezuela, donde el clasismo nucleado en lo que hoy es el Partido Socialismo y Libertad (PSL) estuvo en la primera fila en la derrota del golpe de 2002. Y si la izquierda revolucionaria no es más fuerte es por el rol de los aparatos de conciliación de clases y contrarrevolucionarios. “Solano no nombró a quienes llevaron a la derrota a enormes procesos revolucionarios, como el Partido Comunista y Allende en Chile, con la política de la ‘vía pacífica al socialismo’, o el papel del castrismo, que años después de la revolución cubana el mismo Fidel Castro aseguró que ‘no va más otra Cuba en Nicaragua’, bajo la nefasta teoría estalinista del socialismo en un solo país”.

Hace años que venimos batallando contra la influencia de la conciliación de clases que impuso el peronismo en la Argentina desde el ’45, haciendo creer a la clase obrera que un movimiento patronal puede liberarla. Y en estos años vimos a los gobiernos del doble discurso, como el de Lula y el PT, o los que surgieron de procesos revolucionarios, como el kirchnerismo tras el Argentinazo, el chavismo pos-Caracazo en Venezuela, o el MAS tras las guerras del gas y el agua en Bolivia, que generaron enormes ilusiones en las masas –a pesar de nuestros alertas– y terminaron llevándolas al fracaso. Todos fueron una traba para avanzar. Por eso llamamos a seguir enfrentando estas políticas, como lo hace el FIT en la Argentina, el PSL en Venezuela, y como lo estamos impulsando con distintas variantes en cada país. Negar estos hechos, como hace el PO, es buscar atajos o culpar sin fundamentos a las corrientes que venimos dando una pelea denodada contra estos aparatos solo por el hecho de querer dar a entender que solo el PO es revolucionario.

Lo mismo pasa con el debate sobre el FIT, donde el PO dice que es “una excepción”, porque en la Argentina está el Partido Obrero, y donde no está el PO hay frentes claudicantes. Giordano respondió que el FIT no es patrimonio del PO sino “un gran avance por la unidad de la izquierda lograda entre los compañeros del PO, el PTS, Izquierda Socialista y el MST. Siempre hemos considerado al FIT como una entidad superior que ninguno de los partidos que lo integramos por sí solo podría haber logrado. Y que hubo otros frentes de izquierda anteriores al FIT, de los cuales el PO no participó”.

Por otra parte, sobre lo que dijo Alejandro Bodart (MST-LIS), de que hay que estar abiertos a “movimientos amplios”, Giordano recordó que en honor a esa política equivocada de “amplitud” el MST llegó a acuerdos con dirigentes políticos patronales como Luis Juez (que terminó siendo embajador de Macri) y Pino Solanas (ahora embajador del peronismo), se disolvió en el chavismo ingresando al partido de gobierno, PSUV, y apoyó políticamente a Syriza, que llevó a una catástrofe a los trabajadores y a la juventud en Grecia, mientras nosotros construíamos al Frente de Izquierda.

Unir a los revolucionarios

Giordano resaltó las importantes coincidencias entre las fuerzas convocantes (por ejemplo, en considerar que el capitalismo no va más, postular un programa económico obrero y popular y valorar la enorme rebelión en los Estados Unidos), para desde allí avanzar en la tarea estratégica por fortalecer una nueva dirección sindical y política, en la Argentina y en el mundo. Una tarea que se ha demostrado difícil, pero que es indispensable, necesaria y urgente, recordando a Trotsky cuando decía que “el problema no es que hay un capitalismo fuerte o que no da la relación de fuerzas para destruirlo, sino en que hay que dotar a la clase obrera de una dirección revolucionaria para llevarla al triunfo”. Y que para ello “hay que despojarse de todo sectarismo, oportunismo y autoproclamación y apostar a la unidad de los revolucionarios”.

Giordano finalizó reafirmando el planteo de Izquierda Socialista y la UIT-CI: “Impulsar un movimiento de unidad entre todas las organizaciones que hemos sido parte de esta conferencia para hacer las campañas internacionales, jornadas en apoyo a la rebelión en Estados Unidos, contra la criminalización de la protesta y el no pago de la deuda. Unidad para seguir fortaleciendo al sindicalismo combativo y al FIT con su programa de independencia de clase. Y fundamentalmente, la unidad de los revolucionarios, sean trotskistas o no, bajo un programa mínimo revolucionario para empujar por la salida obrera y socialista. Para ello aportamos, como bien dijo nuestra compañera Priscilla de Panamá, todo nuestro esfuerzo y nuestra política poniendo para ello a nuestras secciones en Latinoamérica y el Caribe, la Unión Europea, Estados Unidos y Turquía como parte de la UIT-CI, que surgió en el año 1997 y fue avanzando con la fusión de distintas corrientes que se reivindican continuadoras de León Trotsky y nuestro maestro, Nahuel Moreno. Somos parte del movimiento trotskista nacional e internacional que durante décadas bregamos por la construcción de la Cuarta Internacional. Ponemos modestamente toda nuestra militancia en la Argentina y en otros países para fortalecer ese camino por lograr una nueva dirección revolucionaria que pelee por un gobierno de los trabajadores y el socialismo en la Argentina y en el mundo”.

Ver las intervenciones de Giordano en el Plenario general: https://youtu.be/U-DsQtpNmIw

Nicolás del Caño, PTS   Destacó la importancia de construir “instancias de debate sobre la estrategia y el programa con el que la clase trabajadora tiene que salir a enfrentar las consecuencias de esta crisis histórica”.


Gabriel Solano, Partido Obrero dijo: “Las rebeliones populares que atravesaron el continente en el año 2019 no están cerradas, al contrario, tendrán continuidad al calor del agravamiento de la crisis capitalista.


Alejandro Bodart, MST Nueva Izquierda, cerró su intervención diciendo: “…Salgamos en unidad a impulsar las luchas, a impulsar la unidad del clasismo y a impulsar la unidad política de la izquierda para batallar contra todas las variantes del sistema, contra el reformismo y contra la burocracia sindical.

Extracto de la intervención de Simón Rodríguez Porras, dirigente del PSL, Venezuela/UIT-CI en la mesa debate “Crisis mundial y rebelión en el imperio”.

Los años 2018 y 2019 estuvieron marcados por grandes rebeliones populares en Puerto Rico, Haití, Ecuador, Chile, Medio Oriente, Norte de África, Irak, Líbano, Argelia, Sudán, Irán –donde hay una dictadura capitalista teocrática–, la lucha permanente del pueblo palestino en contra del colonialismo sionista y la del pueblo y la juventud de Hong Kong.

Empieza a reactivarse, luego del impacto de la pandemia, la lucha de clases a nivel mundial con un hecho de enorme importancia, la rebelión antirracista en los Estados Unidos. Entre los antecedentes, podemos recordar la rebelión popular del año 2017 en Venezuela contra el régimen cívico-militar encabezado por Nicolás Maduro, y en 2018 la lucha de la juventud, los trabajadores y los campesinos de Nicaragua contra la dictadura de Daniel Ortega. Ante regímenes como los de China, Nicaragua y Venezuela surgen debates en la izquierda. Hay quienes desde posiciones campistas o de pretensiones antiimperialistas apoyan a estos regímenes, dando la espalda a las heroicas luchas de los trabajadores y los pueblos. Para nosotros solo tiene sentido hablar de internacionalismo si se está siempre del lado de la clase trabajadora y de los pueblos en contra de los regímenes burgueses, independientemente de que se hagan llamar de izquierda, o incluso socialistas o comunistas. El régimen chino es burgués, la clase capitalista china es una de las más grandes del mundo, el Partido Comunista chino ya incluso doctrinariamente es un partido de la “triple representatividad”, de trabajadores, campesinos y también de empresarios. Rusia, con el régimen ultrarreaccionario de Putin, también es un régimen burgués.

La rebelión estadounidense también tiene una dimensión internacional. Las movilizaciones en gran parte del mundo demuestran la solidaridad que existe con esta lucha, que es parte también de la lucha en contra del capitalismo, dado que el racismo es uno de los mecanismos por medio de los cuales se propicia la superexplotación y marginación de inmigrantes, afrodescendientes e indígenas.

Se ratifica que no hubo una dinámica de derechización mundial, sino más bien una creciente polarización social y política, que es lo que está predominando. Indudablemente, hay roces interburgueses entre China y los Estados Unidos, entre Rusia y los Estados Unidos, e incluso entre la Unión Europea, encabezada por Alemania, y los propios Estados Unidos, pero lo que predomina no es la tendencia hacia guerras interimperialistas, sino las presiones para negociar e ir a acuerdos, dada la gran interdependencia entre potencias, gran parte de la actividad capitalista, por ejemplo en China, la llevan a cabo transnacionales estadounidenses y europeas. Quiero cerrar con el llamado a seguir desarrollando un verdadero internacionalismo, en solidaridad con las luchas de los pueblos, las luchas contra el racismo y las distintas opresiones, contra la explotación capitalista y por lograr gobiernos de los trabajadores que, por medio de una planificación democrática socialista de la economía, den respuesta a las necesidades de los pueblos.

Extracto de la intervención de José Bodas, secretario general de la Federación Unitaria de Trabajadores Petroleros, dirigente del Partido Socialismo y Libertad (PSL), sección venezolana de la UIT-CI, en la mesa debate “El movimiento obrero latinoamericano ante la crisis capitalista y la pandemia”.

Nosotros luchamos contra todos los gobiernos capitalistas. Todos implementan ajustes antiobreros y antipopulares. Los gobiernos liberales de derecha, o los gobiernos del falso progresismo. Los de ultraderecha, como el de Bolsonaro; los reaccionarios, como el de Piñera, de Vizcarra en Perú, o de Añez en Bolivia. Pero también los gobiernos falsamente llamados “nacionales y populares”, como el de Alberto Fernández en la Argentina, o “socialistas”, como el de Maduro acá en Venezuela.

Acá en Venezuela también estamos en lucha por nuestra dignidad, por nuestro salario, contra la miseria, por poder comer. A los petroleros el gobierno nos destruyó nuestro histórico convenio colectivo, así como llevó a la decadencia a la enorme industria petrolera, y hoy estamos cobrando un salario de 2 a 10 dólares mensuales, ¡esa es la miseria con la que vivimos los trabajadores en el falso socialismo del siglo XXI de Maduro!

Nosotros repudiamos las actuales presiones y bloqueos e injerencias del imperialismo y de Donald Trump.  Pero no por eso vamos a dejar de luchar y de repudiar al gobierno ajustador de Maduro.

Con nuestra corriente clasista C-Cura siempre hemos sido independientes del gobierno y opositores de Maduro y de la derecha proyanqui de Guaidó. Nosotros no estamos con Maduro ni con Guaidó.

Pero tenemos que clarificar a los jóvenes y a los trabajadores que simpatizan con el socialismo y pueden llegar a creer que el gobierno hambreador de Maduro sea socialismo. Tienen que saber que Maduro viene hambreando y reprimiendo a la clase trabajadora.

Muchas veces se dijo que cuando salimos a luchar y no apoyamos al gobierno “le hacemos el juego a la derecha”. Esto es falso. En el verdadero golpe proyanqui que existió, el de Bush contra el presidente Chávez en 2002- 2003, nosotros tenemos el orgullo y el honor de que no solo lo repudiamos, sino que lo enfrentamos en las calles y pusimos a producir la industria petrolera quebrando el lockout patronal.

Pero no por eso dejamos de criticar al gobierno de Chávez, ni dejamos de denunciar que nunca existió socialismo en Venezuela, que siempre siguió siendo capitalismo.

Muchos creen que el petróleo está estatizado. No es así, nuestra industria petrolera está en decadencia total por las presiones del imperialismo, pero también porque desde los tiempos de Chávez se estableció que Pdvsa fuese una empresa mixta, con la norteamericana Chevron, o la francesa Total, con Mitsubishi, con Repsol y también con empresas chinas y rusas. Por eso luchamos desde siempre para que el petróleo venezolano sea ciento por ciento estatal, bajo control de los trabajadores.

En Venezuela, y en toda América latina, con nuestra corriente clasista y el PSL decimos que el sindicalismo tiene que ser autónomo de todos los gobiernos. Y debe luchar por la independencia política de clase. Acá enfrentamos a la burocracia sindical del chavismo, roja rojita. Y también luchamos contra el viejo sindicalismo ligado a los viejos partidos de la derecha. Y lo mismo proponemos para toda América latina, enfrentar a todas las burocracias sindicales.

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