El pasado lunes 3 se reunieron estudiantes de distintos profesorados del conurbano bonaerense con la diputada Mercedes Trimarchi de Izquierda Socialista/FIT para impulsar el boleto educativo gratuito en el nivel terciario. A pesar de ser ley, la norma no está reglamentada para el sector y el costo de los pasajes hace que muchos deban abandonar sus estudios.
El Frente de Izquierda Unidad realizó un acto hoy 29-01, luego de que se votará la Ley de renegociación de la deuda. Hablaron la diputada nacional Romina Del Pla, el diputado Nicolás Del Caño, y Mónica Schlotthauer, diputada nacional electa por Izquierda Socialista y dirigente ferroviaria.
Schlotthauer señaló: “Lo que se acaba de votar en la cámara, con 224 votos afirmativos y 2 en contra (FITU), es un cheque en blanco para el gobierno de Alberto Fernández, para legitimar y pagar esa deuda fraudulenta y usurera, lo que condena al pueblo trabajador, los sectores populares y los jubilados a más pobreza y desocupación.”
Schlotthauer agregó: “La crisis de nuestro país llevo a la muerte de 6 niños Wichis, y la prioridad para este gobierno es convencernos que de la mano del fondo vamos a solucionar estos problemas, dejando atrás los verdaderos problemas que tenemos los trabajadores, los jubilados y los sectores populares.”
Schlotthauer finalizó: “Desde el Frente de Izquierda decimos: Ruptura con el FMI, plata para los jubilados, salario y trabajo, no para la deuda.”
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Declaración del Frente de Izquierda-Unidad
El proyecto de ley de “Restauración de la Sostenibilidad de la Deuda Pública Extranjera” es un cheque en blanco por el cual el gobierno de Alberto Fernández pretende proceder a una reestructuración de la deuda. El macrismo junto a los otros bloques de los partidos patronales se disponen a garantizar la aprobación de este proyecto. El acuerdo al que se arribe con los acreedores no será tratado ni aprobado por el Congreso.
Además de concentrar en sus manos la decisión final sobre las negociaciones con los acreedores, el gobierno se atribuye la potestad de modificar el presupuesto para dar cumplimiento a los acuerdos que se lleguen. La entrega no queda allí: el proyecto ratifica los tribunales extranjeros para dirimir las controversias que surjan. En ese terreno es donde se mueven como pez en el agua los fondos buitre y los especuladores.
En concreto el gobierno se propone una operación de rescate no del país sino de los acreedores. La referencia al canje de 2005 bajo Lavagna y Fernández, que se hace en el mismo proyecto, no debe ser pasada por alto porque rescataron hasta por el 100 % de su valor nominal bonos basura que los fondos buitre habían comprado por migajas. El FMI por su parte cobró en efectivo casi 10.000 millones de dólares al año siguiente. Mientras, los ingresos de los trabajadores se depreciaban como resultado de la devaluación, la carestía y el trabajo precario.
Alberto Fernández criticó durante la campaña electoral que parte del préstamo del FMI –que se utilizó mayoritariamente para pagar deuda-, volvió al exterior con la fuga de capitales, pero hoy avanza en convalidar esa deuda fraudulenta e ilegítima. También el ministro de Economía, Martín Guzmán, calificó de “desastre” el manejo de la deuda por parte del gobierno de Macri, pero al endeudamiento macrista legitimará a libro cerrado con esta ley y los compromisos de pago de la usura de la deuda. Los mismos que batieron el parche con la “investigación” de la deuda durante la campaña electoral, ahora se disponen a legitimarla por completo. Por ello, en el Congreso, junto al voto del kirchnerismo y del PJ a favor de este proyecto, se sumará el de Cambiemos y Lavagna; la única oposición será el Frente de Izquierda Unidad.
La búsqueda de un acuerdo con los acreedores y la puesta en marcha del operativo rescate empezó con la propia ley de Solidaridad que elimina la movilidad de los haberes de los jubilados, continúa con las sumas fijas para frenar las paritarias, la negativa a toda cláusula gatillo de actualización salarial y los impuestazos a lxs trabajadorxs y sectores medios y populares. También se refleja en la política de acercamiento al imperialismo yanqui con el sostenimiento de la calificación de Hezbollah como una organización terrorista; con la continuidad del país como miembro integrante del grupo de Lima que es la punta de lanza de Trump y la derecha en América Latina , que alentó y sostuvo el reciente golpe en Bolivia y la conspiración golpista contra Venezuela ; con el silencio frente al asesinato del general iraní Soleimani, que se completa ahora con el viaje a Israel. La política exterior del gobierno y sus alianzas políticas están hechas a la medida y condicionados por los dictados y requerimientos de los acreedores, el FMI y el imperialismo.
Enfrentamos una nueva transferencia de los trabajadores hacia los capitalistas, y las medidas de ajuste para garantizarla. Este mecanismo es el que domina la situación del régimen previsional donde lejos de que sea el Estado el que sostiene a los jubilados como vociferan los representantes los partidos patronales y sus escribas, son los jubilados los que sostienen al Estado y éste a los capitalistas. Las cajas de los jubilados fueron vaciadas y utilizadas para otros fines, en especial para el pago de la deuda externa mientras se desfinanciaba el Anses con la rebaja de los aportes patronales y la extensión del trabajo en negro.
La decisión de Axel Kicillof de postergar el pago de capital del bono emitido en su momento por la provincia, ha desnudado el quebranto de todo el país. El gobierno nacional ratificó además que no está en condiciones de poner la plata para Buenos Aires en caso de que no prosperara la propuesta. Atrás de la provincia de Buenos Aires se encuentra Chubut y el resto de las provincias endeudadas masivamente en dólares.
Estamos ante una hipoteca perpetua, ilegitima y fraudulenta que ha venido creciendo como bola de nieve, a pesar de que todos los gobiernos de turno fueron haciendo frente a todo los compromisos. Bajo la época kirchnerista, se abonaron 200.000 millones de dólares por la deuda externa. Bajo el macrismo, se pagó puntillosamente la deuda y cuando no se pudo, se apeló al FMI, cuyos desembolsos en su 80 % fueron para cancelar los vencimientos de la deuda que se fueron produciendo.
La “táctica” acordada entre Nación y Provincia para negociar terminó con un primer traspié. Los bonistas plantean que, antes de cualquier acuerdo, el gobierno explique de dónde va a sacar los fondos para pagar la deuda, es decir, que le muestre qué ajuste contra los trabajadores va a llevar adelante. No les alcanza con el saqueo resuelto con “ley de solidaridad”. Será el FMI el que ponga las pautas.
Las direcciones sindicales burocráticas de la CGT y la CTA junto con los movimientos sociales cooptados al Estado, han establecido su solidaridad con el rumbo del gobierno. No sólo han dejado pasar sin una palabra la eliminación de la movilidad para los jubilados, sino que han dado claras adhesiones a la decisión de otorgar sumas fijas para aumentar los salarios, lo que significa la liquidación de las paritarias, de las cláusulas de actualización (gatillo) como ya lo han hecho los gobiernos de Tucumán y Santa Fe para su estatales con el aval de la burocracia de los gremios del sector. Con el argumento de elevar los salarios más bajos se termina produciendo una caída de la masa salarial de conjunto. Daer, Acuña, Yasky y Baradel (a horas de que comience la paritaria nacional docente) han avalado las sumas fijas. Sergio Palazzo, el dirigente K de La Bancaria, luego de proclamar que el “movimiento sindical debe ser más prudente que nunca” acordó una suma fija para el último tramo de la paritaria de su gremio.
Lejos de aceptar un nuevo robo a los trabajadores, de una nueva entrega de los recursos del país, de un nuevo sometimiento al imperialismo, el Frente de Izquierda rechaza el proyecto del gobierno. Alertamos, además, que este nuevo sacrifico a la que se pretende someter al pueblo argentino no disipa la perspectiva y la amenaza de default .La deuda es impagable, ilegitima y fraudulenta.
Para enfrentar esta política nos referenciamos en la rebelión mendocina contra el pacto megaminero del PJ y la UCR; en las movilizaciones en Chubut contra el nuevo ajuste de Arcioni; en luchas como las del Inti, Kimberly, Molinos Minetti, Ansabo, los despedidos ferroviarios, el Hospital Posadas, porque son expresiones de las tendencias a la lucha que están presentes en el movimiento de masas.
En ellas nos apoyamos para impulsar la lucha por el salario y las jubilaciones; por paritarias libres para luchar por un salario equivalente a la canasta familiar; por la prohibición de los despidos.
En lugar de este nuevo rescate de bonistas, banqueros y capitalista, hay que salir en rescate de los millones de argentinos que viven de su trabajo. Planteamos la ruptura con el FMI y el repudio y no pago a la deuda usuraria; la nacionalización de la banca, del sistema energético y de las riquezas y el patrimonio nacional para centralizar los recursos y poner en marcha una transformación integral bajo la conducción política de los trabajadores para dar satisfacción a las apremiantes necesidades sociales. Reclamamos un inmediato aumento general de salarios, jubilaciones y planes sociales con actualización según inflación. Como parte de un plan alternativo obrero y popular para que la crisis no la sigamos pagando lxs trabajaorxs y el pueblo. Llamamos a rechazar este proyecto de entrega y a poner en pie una campaña de movilización por el no pago de la deuda externa y todas las reivindicaciones populares.
Sobre esta base, el Frente de Izquierda-Unidad realizará un acto en las puertas del Congreso Nacional el día Miércoles 29 a las 17.30 Hs.
Frente de Izquierda-Unidad (PTS-PO-Izquierda Socialista-MST)
Se aprobó la denominada “ley de emergencia”. Alberto Fernández la presentó diciendo que beneficia a los que menos tienen, frena el desastre de Macri y le pone plata al bolsillo de la gente. ¿Esto es verdad?
En diciembre, Mónica Schlotthauer dejó su banca como diputada nacional por Izquierda Socialista en el Frente de Izquierda Unidad. Tuvo una masiva difusión y repercusión el hecho de que haya vuelto a su lugar de trabajo como operaria de limpieza en la estación de Once del ferrocarril Sarmiento luego de su paso por el Congreso de la Nación.
Mónica es parte del cuerpo de delegados del ferrocarril Sarmiento que encabeza Rubén “Pollo” Sobrero y también forma parte de la agrupación Mujer Bonita es la que lucha, y de la Casa que Abraza, que construyó junto a sus compañeras. La vuelta de Mónica a su trabajo fue muy bien recibida y fue vista como un ejemplo de coherencia y honestidad. El Socialista entrevistó a la compañera Schlotthauer.
- ¿Cómo fue volver a tus tareas cotidianas?
Estuve de licencia por las tareas políticas que realicé primero en la Legislatura provincial de Buenos Aires y en el último año en el Congreso Nacional. Me reincorporé el sábado pasado y el año que viene vuelvo al Congreso junto a Juan Carlos Giordano donde volveremos a ocupar por Izquierda Socialista la rotación que se hace en el Frente de Izquierda. Fue bueno volver a compartir charlas con compañeros de trabajo, pasajeros y vendedores que uno no veía cotidianamente.son los que te llenan de vitaminas para volver con más fuerza el año que viene al Congreso a defender nuestros intereses. Y te dan energías para encarar todas las peleas que tenemos que dar ahora en el ferrocarril, por el recorte salarial y en defensa de nuestros derechos.
- ¿Cómo te recibieron tus compañeras de trabajo?
Me recibieron muy bien, contentas y sorprendidas. Ya empezamos a trabajar juntas y organizamos la primera visita al Ministerio de las Mujeres, Género y Diversidad para llevar los reclamos de las ferroviarias. Además, empezamos a elaborar un protocolo de seguridad para trabajos en altura con otros compañeros. Aquí se respira compañerismo y se repudian las injusticias, todo lo contrario de lo que pasa en el Congreso donde no escuchan a nadie. Cuando uno habla, los otros están jugando con el celular o gritan desde sus bancas para tapar tu voz. Por eso prefiero llegar acá donde me reciben con mates y sonrisas.
- ¿Por qué pensás que se difundió tanto la noticia en las redes sociales y en los medios?
Porque se refleja la bronca de los trabajadores y sectores populares contra los políticos patronales. Desde el FIT-Unidad a diferencia de los legisladores del PJ, PRO y la UCR, que se pasan décadas atornillados a las bancas del Congreso, nosotros rotamos y regresamos a nuestros lugares de trabajo. Ejercer un cargo de diputada u ocupar un puesto de trabajo en el ferrocarril es parte de mi militancia en defensa de los trabajadores y por el socialismo.
- ¿Qué balance hacés de tu paso por el Congreso?
Como experiencia hay una parte linda, porque aprendí un montón y llevé las propuestas de Izquierda Socialista y el Frente de Izquierda Unidad ante cada tema. Votamos siempre en contra de los achicamientos presupuestarios, contra el pago de la deuda externa y explicando por qué hay que romper con el FMI. Siempre presentando una salida de fondo para los trabajadores y sectores populares. Presentamos varios proyectos, entre otros, para prohibir por ley los despidos y las suspensiones, la nacionalización del sistema educativo, contra la megaminería, además de estar presentes en la luchas. Mostramos que el FIT-Unidad da respuesta a los problemas del pueblo trabajador. Lo malo es que después no se llegan ni siquiera a discutir porque son propuestas contra los poderosos que dominan el Congreso. Sin embargo, es lindo poder estudiar para elaborar esas soluciones. Claro, después éramos Nicolás del Caño, Romina del Plá y yo, solo tres bancas de la izquierda contra cientos que votaban todo contra los trabajadores.
- ¿Cómo te trataron el resto de los diputados?
Cuando jurás todos te saludan, aplauden y felicitan. Hasta que ven lo que decimos, cómo denunciamos los chanchullos y acuerdos que tienen entre los partidos patronales. Cuando te escuchan hablar, se acabó, ahí dejan de saludarte y ni suben en el mismo ascensor con vos, entre otras varias cosas indignantes. Se termina la diplomacia, pero tampoco vamos a esperar que nos besen las manos. El Congreso es una cueva de ladrones y vamos a denunciar ese rol de ajustadores que cumplen allí.
- ¿Cómo es la política del Frente de Izquierda respecto de las dietas parlamentarias?
Nosotros mantenemos nuestro sueldo de trabajador medio, que es por lo que luchamos y creemos que cada legislador debería cobrar. Es una tradición de la corriente morenista a la que pertenezco (ver nota en estas páginas). Yo mantuve el salario que cobraba en el ferrocarril estando en la Cámara, el resto lo donaba a las luchas en curso y a la construcción de mi partido. Somos un partido de trabajadores y lo que decimos en las campañas lo cumplimos. No nos financian los bancos, ni multinacionales, ni empresas. Tampoco el dinero del narcotráfico y la corrupción. Eso hace que seamos totalmente independientes, que podamos denunciar y decir con autoridad quiénes son los responsables de la crisis que atraviesa el país.
- ¿Cómo una trabajadora de limpieza llegó a ser diputada?
Hay un discurso un poco gorila, pro patronal, que se pregunta “¿cómo una barrendera llegó a ser diputada?”. No entienden que la verdadera política consiste en la defensa de intereses de un determinado sector. Como militante socialista y luchadora en defensa de mis compañeros tengo definiciones importantes sobre lo que debemos hacer para mejorar nuestra vida. Por eso no importa si soy barrendera, soldadora, albañil, docente o trabajadora de la industria textil, cualquier compañero, independiente de su profesión, si es un luchador de su clase, puede ocupar una banca en el parlamento. Y tengan la certeza que para nuestra clase, ese parlamentario será mucho mejor que los doctores o licenciados que están al servicio de los patrones. Tenemos que esforzarnos para que los trabajadores actúen en política. En el caso de nuestro partido, tenemos un equipo de compañeros que nos ayuda en la defensa de una política al servicio de los intereses de la clase trabajadora. Es más, los trabajadores tenemos que tener el objetivo de gobernar, solo así será posible salir de la profunda crisis que padecemos.
- ¿Cuáles son los desafíos que se vienen?
Ahora hay que pelear contra el congelamiento salarial y los ajustes del nuevo gobierno peronista de Fernández. Contra el pago de la deuda externa y romper con el FMI. Es la única salida de fondo para los males que vive hoy el país. Además, hay un sistema ferroviario que se achicó en el país y que el año pasado tuvo un índice histórico de 200 descarrilamientos. En el Sarmiento achicaron los servicios a Lobos y a Mercedes. Seguiremos peleando por un tren al servicio de los trabajadores y no para las ganancias de las multinacionales. Por eso reclamamos la reestatización del conjunto del sistema ferroviario, donde la carga pueda subsidiar al de pasajeros. Con estas reivindicaciones queremos avanzar en la coordinación y fortalecer al sindicalismo combativo. Mi objetivo fue y será trasladar la lucha y los reclamos que tiene el pueblo trabajador para conquistar nuestros derechos: sea desde una banca en el Congreso o desde mi lugar de trabajo, pero siempre en la misma vereda.