Escribe Mariela Hebral

La cúpula de la Iglesia Católica históricamente estuvo en contra de todos los derechos más elementales. Nuestro diputado Giordano lo denunció en el recinto: “Combatimos la hipocresía de la Iglesia Católica, el Papa, el Vaticano y sus políticos y voceros tradicionales que predican el aborto clandestino. ¿Qué autoridad tiene la Iglesia para hablar de las dos vidas cuando bendecían la apropiación y el robo de bebés en plena dictadura? Obispos, cardenales, monseñores oscurantistas, muchos de ellos abusadores y pedófilos que viven en el privilegio, donde el Estado les paga sueldos millonarios para militar para la hipocresía”.

El propio Papa Francisco está involucrado de lleno para evitar el aborto legal, hasta con telefonazos desde el Vaticano para torcer votos. El Papa ha dicho y escrito en una carta enviada a sus ex alumnos de la década del 60 en Santa Fe: “¿Es justo eliminar una vida humana para resolver un problema? ¿Es justo alquiler un sicario para resolver un problema?”. Apunta así contra las mujeres que abortan (por el crimen de “eliminar una vida humana”). En otra oportunidad, el Papa calificó a las mujeres que practican ese derecho como “nazis, pero con guantes blancos”. Una precisión lingüística propia de un fiel representante de una institución reaccionaria, arcaica y medieval impune, cobijada por el capitalismo y todos los gobiernos del mundo.

Las iglesias no solamente se oponen al derecho al aborto. En el 2006, mientras se discutía la sanción de la ley de Educación Sexual Integral (ESI), hicieron varias manifestaciones en contra. Quiere decir que también se oponen a que se eduque sobre el tema. En aquel momento lograron con la venia del gobierno peronista de Néstor Kirchner, introducir el artículo 5° para que la ESI estuviera de acuerdo al “ideario institucional y a las convicciones de sus miembros”, con lo cual las iglesias quedaron amparadas para “enseñarles” cualquier cosa a sus estudiantes, como que la homosexualidad es una enfermedad, que las relaciones sexuales solo tienen que tener el fin de la procreación o que no se usen preservativos, entre otras barbaridades.

La Iglesia Católica Argentina es financiada directamente por el Estado. A los obispos se les pagan sueldazos y jubilaciones de privilegio, aunque no trabajen, con dinero que sale del pueblo trabajador, sean creyentes o no, culpa de decretos que vienen de la última dictadura y ningún gobierno posterior eliminó (ni peronista, ni radical). Una institución que goza de subsidios millonarios para sus colegios confesionales (educación privada), es una gran terrateniente, socia de grandes negocios inmobiliarios, propietaria de campos, tierras fiscales y otros valiosos bienes.

La iglesia tiene grandes lazos con los gobiernos, diputados y senadores de todos los partidos tradicionales. Monseñor Oscar Ojea (titular de la Conferencia Episcopal), por ejemplo, tiene excelentes vínculos con el Secretario de Culto, Guillermo Olivieri. Recientemente Ojea acordó impulsar para estos días un encuentro antiabortista con Antonio Rodas, mano derecha del gobernador Jorge Capitanich, confeso anti derecho y ex jefe de Gabinete de la propia Cristina Kirchner cuando fue presidenta. Así podríamos seguir hasta el cansancio. Hasta se vio en una de las primeras marchas callejeras a Mario Poli (Arzobispo de Buenos Aires y cardenal primado de Argentina), al obispo auxiliar Enrique Eguía Seguí y al vicario episcopal de las villas de la ciudad, Gustavo Carrara.

Separar ya la Iglesia del Estado, obligar a todos sus zánganos que vayan a laburar y quitarles todos sus privilegios e injerencia en la vida política, educativa, civil y de todo tipo, va íntimamente ligado al reclamo por el derecho al aborto legal.

Escribe Mariela Hebral

El Frente de Izquierda es la única alternativa política que tiene en su programa fundacional el derecho al aborto legal, seguro y gratuito. Y dice: educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar, aborto legal para no morir. Ni el peronismo en todas sus variantes, ni Juntos por el Cambio (PRO-UCR-CC) lo tienen. Esto es muy importante a la hora de explicar por qué siempre vamos a estar desde nuestras bancas, militancia y nuestras agrupaciones de mujeres en defensa de ese derecho fundamental, en las calles y en cualquier ámbito. Algunos medios lo reconocieron: “Y como suele ocurrir las columnas de la izquierda estuvieron desde temprano y se hicieron notar con un fuerte despliegue de organización. Se trata del único espacio que, con sus dos integrantes (Nicolás del Caño y Juan Carlos Giordano) votó uniformemente a favor”. (Noticias Argentinas, 11/12).

Cuando se habla de la “transversalidad” en el voto sobre aborto como algo positivo (es decir, diputadas y diputados de distintos espacios políticos tradicionales que votan entrecruzados) o se da “libertad de conciencia”, lo único que está demostrando es que cada uno de los representantes de esos partidos puede votar como quiera y poder justificar wel voto en contra. Lo que hay que saber es que estos diputados han sido parte de listas partidarias que le dan la espalda al movimiento de mujeres y que solo por la marea verde están obligados, en muchos casos a votar a favor. Por ejemplo, Cristina Kirchner siempre estuvo en contra, y si en 2018 votó a favor fue porque la convenció su hija, no por convicción.

Todas las alianzas electorales tradicionales mantienen la clandestinidad del aborto, menos el Frente de Izquierda Unidad. Llamamos a las mujeres, adolescentes y estudiantes a abrazar un verdadero programa de lucha, homogéneo, sin fisuras por el aborto legal, como para todos los derechos conculcados, sumándose a Izquierda Socialista y al FIT Unidad.   

Escribe Malena Lenta

Uno de los puntos que cuestionamos fuertemente del proyecto de ley de IVE es el artículo sobre la objeción de conciencia (OC). Históricamente, la OC ha sido una figura para la protección de las minorías en resguardo de sus valores como, por ejemplo, no querer participar de una guerra o de la formación en el servicio militar obligatorio por estar en contra del uso de armas. Pero en el campo de los derechos sexuales y reproductivos la lógica se invierte pues es una práctica que afecta los derechos de terceras personas, es decir, vulnera los derechos de las personas gestantes que se encuentran en una situación de desventaja, ya que al correr el tiempo por las dilaciones de los objetores se complica más el acceso a la IVE. Tal como lo demuestran los casos de muchos países en donde la objeción de conciencia está legislada en el marco de la IVE, como en Italia o Polonia, ésta no funciona como una excepción, sino como la regla. Y termina siendo una verdadera obstaculización de nuestros derechos. Por eso decimos ¡abajo la objeción de conciencia individual e institucional!

Escribe Juan Carlos Giordano, diputado nacional Izquierda Socialista/FIT Unidad

El gobierno hace campaña diciendo que el bloque del Frente de Todos fue el que más votos positivos aportó para la media sanción. Con esto intenta tapar que 44 diputados del peronismo votaron en contra de la propia ley de aborto enviada por el gobierno, entre ellos José Luis Gioja (presidente del PJ) quien dijo “el que está concebido para nacer tiene que nacer” y Eduardo Valdéz, el emisario del Papa Francisco. También hubo tres abstenciones del propio Frente de Todos, además de la mayoría del interbloque Federal (Lavagna-Urtubey) que votó en contra.

Esto desmiente lo que dijo la ex diputada y actual intendenta de Quilmes, Mayra Mendoza: “El peronismo siempre es garante de derechos” (Página12, 13/12). Es más, si los senadores del entonces Frente para la Victoria en 2018 hubieran votado a favor, el aborto sería ley.

Precisamente en mi discurso desenmascaré esta mentira: “¿Por qué no existe el aborto legal en la Argentina? Por la responsabilidad de todos los gobiernos. La Campaña Nacional por el aborto legal presentó el primer proyecto en el año 2006, pero en 12 años de gobierno peronista kirchnerista, con una presidenta mujer, no hubo aborto legal”.

También nos podríamos remontar a todos los años en que el peronismo gobernó desde 1983 a esta parte, en especial los dos mandatos del menemismo de los años 90, donde tampoco existió el aborto legal. A tal punto que el ex presidente de entonces y hoy senador Carlos Saúl Menen es un furibundo “celeste”, llegando a firmar una solicitada con Hugo Moyano, Capitanich, Daer (CGT), Piumato y otros personajes peronistas contra este derecho fundamental para las mujeres.

Alberto Fernández se muestra como que “amplía derechos”, atribuyéndose el logro de la media sanción. Recientemente dijo: “La diferencia con otros tiempos es que más allá de la enorme lucha del movimiento feminista, me siento el primer abanderado de este reclamo”, (La Nación, 19/11). Le contestamos que no es cierto que sea el “abanderado” de este reclamo. El abanderado es el movimiento de mujeres que no abandonó las calles y se lo impuso. Y que no es cierto que presentó el proyecto “más allá del movimiento de mujeres”, sino “por” el movimiento de mujeres.

Ahora la pelea pasa al Senado. José Mayans, cristinista y actual jefe del bloque del Frente de Todos, está categóricamente en contra del aborto legal. Se dice que de los 40 integrantes del bloque oficialista se cuentan 22 votos verdes y 18 celestes. Casi por mitad. Quiere decir que la marea verde deberá seguir movilizada para torcele el brazo a estos dinosaurios y terminar conquistando ese reclamo. Contra los partidos tradicionales, contra Juntos por el Cambio que sumó 69 votos en contra en Diputados y el peronismo celeste. Como también dije en la sesión: “El aborto legal no será la concesión de ningún presidente ni ningún Congreso, sino fruto de millones de adolescentes y mujeres movilizadas contra los gobiernos, los políticos patronales y las iglesias reaccionarias que sostienen el aborto clandestino”.

Escribe Mercedes de Mendieta, Legisladora porteña electa Izquierda Socialista/FIT Unidad

Desde Isadora somos parte de la #mareaverde que desde hace años viene ganando las calles y que impuso el debate en el Congreso por el derecho al aborto. Como venimos señalando, la media sanción en el Congreso no fue gracias a ningún presidente sino a la fuerza de nuestro movimiento, que debe mantenerse en las calles por el derecho a decidir y por todas nuestras reivindicaciones como mujeres y diversidad.

Para nosotras, la estrategia para conquistar este derecho y pelear contra toda forma de opresión y explotación es la movilización independiente de todos los gobiernos bajo una perspectiva antipatriarcal y anticapitalista. Y fue esta la pelea que dimos desde el cambio de gobierno de Fernández dentro del movimiento feminista y en la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal. Es que con el gobierno de Fernández muchas organizaciones de los feminismos populares y referentes del movimiento ingresaron al gobierno y plantearon que las mujeres y diversidad teníamos que confiar en el nuevo gobierno porque se había pronunciado por el aborto legal. Este proceso de cooptación de sectores del feminismo planteó un escenario de fuertes discusiones políticas desde donde nos mantuvimos como Isadora en las calles, exigiendo que se trate el proyecto elaborado de conjunto por el movimiento feminista en la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito. Y dimos pelea contra las dilaciones del gobierno nacional que argumentó que nuestro derecho a decidir no era esencial durante la pandemia y que, cuando impusimos la discusión en el Congreso, negoció la objeción de conciencia institucional en acuerdos con las iglesias y los antiderechos.
En la lucha por el aborto legal intervenimos con la más amplia unidad en las movilizaciones, pero sin dejar de dar las peleas políticas contra las direcciones del movimiento que buscan desviarlo y paralizarlo. Por eso Isadora es parte de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto desde sus inicios, ya es una coordinación por un derecho fundamental como es el de decidir sobre nuestros propios cuerpos. Y desde ahí adentro damos la pelea para que se impulse la movilización en las calles, sin ninguna confianza en los gobiernos y partidos patronales que negocian nuestros derechos.

La pelea por el aborto legal es para conquistar un derecho democrático esencial y como feministas peleamos por todos los derechos de las mujeres y personas con capacidad de gestar dentro del sistema capitalista y patriarcal. Pero sabemos que no será suficiente para nuestra emancipación. Como feministas y socialistas somos parte de las luchas de todas y todes les oprimides y explotades. Desde nuestra perspectiva socialista y revolucionaria luchamos por una transformación de fondo que termine también con el capitalismo que mantiene vivo al patriarcado para superexplotarnos.

El movimiento feminista es heterogéneo y policlasista, es decir, participan mujeres y diversidad sexogenérica de distintas clases y todo tipo de organizaciones desde las burguesas, las reformistas, hasta las revolucionarias. Dentro del movimiento nos ubicamos como feministas, socialistas y revolucionarias y damos la pelea para que el patriarcado y el capitalismo caigan juntos. No solo porque estamos en contra de todas las formas de opresión, no solo porque la opresión patriarcal permite una mayor explotación sobre las trabajadoras, sino también porque en este momento de crisis capitalista ninguna conquista, por mínima que sea, se podrá garantizar a mediano plazo si no terminamos de destruir al sistema capitalista explotador que sobrevive a costa de la degradación de la humanidad y la destrucción de la naturaleza. Y la única clase realmente interesada en llevar hasta el final esas reivindicaciones es la clase trabajadora.

Desde Isadora, invitamos a todas las mujeres y diversidad, a las trabajadoras, a las negras y a las migrantes y a todes les oprimides a dar estas peleas juntes y construir una organización feminista y revolucionaria y luchar por otro sistema, socialista, donde no exista ningún sector oprimido y podamos conquistar una vida libre de toda forma de violencia.