Dec 14, 2025 Last Updated 4:39 PM, Dec 12, 2025

La semana pasada la burocracia sindical de la CTA encabezada por Hugo Yasky, armó un “Congreso” en el micro estadio de Lanús. Invitaron a Alberto Fernández y demás candidatos del peronismo, a los Moyano y Daer de la CGT y aprobaron iniciar “la unificación del movimiento obrero”. ¿Qué hay detrás de este acto?

Escribe Jorge Adaro, secretario general de Ademys y candidato a Senador por la Ciudad de Buenos Aires

Aunque lo presentaron como “Congreso de la CTA”, ninguno de los gremios que la integra tuvo ni siquiera asambleas o plenarios de debate o algún tipo de consulta. Los supuestos “congresales” fueron, en realidad, dirigentes y militantes sindicales y de movimientos sociales peronistas. Fue una farsa antidemocrática, al servicio de apoyar la propuesta de Pacto Social de Alberto Fernández.

Según comunicó Yasky a la prensa, pese a que no hubo ningún debate, sólo un acto con discursos de dirigentes, “se aprobó por unanimidad aportar al fortalecimiento de la unidad del campo popular, dando mandato a la CTA para iniciar el proceso de unificación con la CGT y se votó el respaldo a la fórmula presidencial que encabeza Alberto Fernández”.

En la Mesa del plenario estuvieron Hugo y Pablo Moyano, Héctor Daer, Carlos Acuña, Sergio Palazzo, Víctor Santa María (Suterh), Eduardo López (UTE), Máximo Kirchner, Felipe Solá, Carlos Tomada (ex ministro de Trabajo), Verónica Magario (candidata a vicegobernadora por Buenos Aires), Gisela Marziotta (candidata a vicejefa por CABA) y Edgardo Depetri (candidato a intendente de Lanús), entre otros. Axel Kicillof envió un saludo por video.

Pero el principal orador fue Alberto Fernández, quien agradeció “la grandeza de los dirigentes de la CTA que aceptaron unificarse con la CGT para tener un movimiento obrero unido”. Y calificó como un “gesto similar al de Cristina, de ubicarse como vice presidenta por la unidad del peronismo”.

¿Por qué Fernández le da tanta importancia a este proyecto de unidad CTA-CGT? Porque es una pata fundamental para su política de Pacto Social. Fernández necesita que todos los gremios firmen con las asociaciones patronales y bancarias un acuerdo de congelamiento de salarios por lo menos por 6 meses y acepten las reformas laborales que los empresarios reclaman. No quiere grietas ni sorpresas.

Todos estos representantes de la burocracia sindical, tanto de la CGT, del moyanismo y de las 2 CTA (en esto no se diferencian la de Yasky o la de “Cachorro” Godoy, que también apoya al Frente de Todos), dejaron pasar el ajuste brutal del macrismo, con el verso que desde hace más de un año y medio vienen imponiendo al movimiento obrero: “hay 2019”. De esta manera evitaron convocar a un plan de lucha nacional para enfrentar y derrotar el ajuste. Pero también se han negado a planes de lucha fuertes, consecuentes y unificados por gremios y sectores, como hace ahora la Ctera y la CTA aislando el conflicto de Chubut. Con esa política han permitido que la inflación supere con creces a las recomposiciones salariales por sector. Y han dejado pasar millones de despidos y suspensiones.

Desde el Frente de Izquierda y el Plenario del Sindicalismo Combativo llamamos a todos los trabajadores y a los luchadores antiburocráticos a rechazar el Pacto Social que propone y prepara Fernández junto a la burocracia sindical. Nada tienen a ganar los trabajadores con ese pacto, al contrario, es una política orquestada para tranquilizar a los grandes empresarios.

Las listas del Frente de Todos están llenas de burócratas sindicales que traicionan nuestras luchas. Al contrario, en el Frente de Izquierda están los dirigentes combativos que estuvieron en todas las luchas, como el Pollo Sobrero, Romina del Plá, Mónica Schlotthauer, Guillermo Pacagnini, Graciela Calderón, Angélica Lagunas, Claudio Dellecarbonara, Cristian Luna, Adriana Astolfo, entre decenas de candidatos de todo el país. Para fortalecer la lucha contra el Pacto Social de los Fernández y defender los derechos de los trabajadores, el único “voto útil” es al FIT-Unidad.

Escribe Claudio Funes

Los pilotos de Aerolíneas Argentinas y Austral reclaman una recomposición salarial del 22% y por esta razón convocaban a un paro de 48 horas para los días sábado 5 y domingo 6.

Decimos convocaban porque, aún sin acuerdo, el paro fue levantado luego del encuentro que Pablo Biró (secretario general de la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas), entre otros, mantuvo con Alberto Fernández en el domicilio del candidato. Biró reconoció que Fernández le pidió revisar la medida.

¿Qué dijo públicamente Fernández? “Yo entiendo lo que dice Biró. Cuando yo planteo que es bueno que no tensemos más la cuerda y que no vayamos al paro, lo hago porque en verdad el efecto de eso el que paga los platos rotos el que viaja, el que compra un pasaje”.

Alberto Fernández está en contra de que los trabajadores luchemos para conquistar nuestros reclamos. Trata de desmovilizar, que no haya turbulencias que puedan poner en peligro la aplicación de su proyecto de pacto social. Por ello, desde ahora, no quiere conflictos ni gente en la calle. Quiere el terreno allanado.

Por esto mantiene conversaciones, como futuro jefe de Estado, con la UIA, la burocracia sindical traidora, la Iglesia y los movimientos sociales que le responden. Para Alberto Fernández todos los reclamos “son justos” (estamos en tiempos electorales), pero pide que nos quedemos en casa.
Desde Izquierda Socialista en el FIT-Unidad denunciamos que el pacto social es ajuste. Porque es congelamiento salarial, aumento de precios, pauperización de los trabajadores y enormes ganancias para los capitalistas. Y su objetivo es maniatar a los trabajadores, impidiéndole llevar adelante sus luchas.

Escribe Claudio Funes

Alberto Fernández continúa con sus reuniones. Esta vez pasó por la Unión Industrial Argentina (UIA). Del encuentro participaron empresarios como Cristiano Ratazzi, Martín Cabrales y Daniel Funes de Rioja, entre otros. La UIA le hizo conocer por escrito sus demandas, las principales: bajar impuestos y reforma laboral. Miguel Acevedo, su presidente, reveló que “Alberto Fernández ve la reforma laboral como algo posible”.
A su vez Fernández manifestó. “Hablamos del pacto social, los industriales son una pieza central, como el campo y el sindicalismo, y hablamos de institucionalizarlo para que perdure en el tiempo”.

Agregó que “Sentí que tenemos una misma idea, que es la de recomponer la industria, tenemos una visión muy parecida sobre la Argentina”. Será por esto que Fernández les planteó desdoblar paritarias por distrito, que no sea general, algo muy beneficioso para las ganancias patronales, ya que como afirmó Miguel Acevedo “[…]porque después la paritaria de Buenos Aires termina siendo la de todo el país. Y acá el poder adquisitivo es muy alto en comparación al interior, donde podría hacerse con sueldos más reducidos”.

Será porque comparten esa visión común, que les prometió a las patronales industriales la titularidad de los ministerios que se ocupen del sector, así como de la minería y de toda la política de exportaciones.

No hay ninguna posibilidad de desarrollo para el país y los sectores populares con las propuestas de Fernández. Lo que plantea es más de lo mismo: ajuste para los trabajadores y fabulosas ganancias para las multinacionales. Por ello insistimos en que la salida está con el Frente de Izquierda, la única que plantea que la crisis la paguen quienes la provocaron, los capitalistas, los acreedores de la deuda externa y el FMI y no el pueblo trabajador.

Hace algunas semanas nos vendían el “modelo portugués”. Ahora la “renegociación a la uruguaya”. En ambos casos el Frente de Todos esconde que fue acompañado por brutales ajustes contra el pueblo trabajador.

Escribe José Castillo, Candidato a Diputado Nacional por la Ciudad de Buenos Aires

La novedad la dio Alberto Fernández ante un “auditorio selecto”. Se trató nada más ni nada menos que de su presentación en Córdoba, en la sede de la Fundación Mediterráneo. La misma que fue creada en tiempos de la dictadura por Domingo Cavallo y que en los noventa aportó la mayoría de los cuadros para el plan económico de entrega del menemismo. Alberto Fernández, que en esa época militaba en las filas de Cavallo, no perdió la oportunidad para rendir un sentido homenaje a Carlos Sánchez, el entonces “número dos” del ministro de Economía de Menem.

Pero lo que queremos comentar acá fue el contenido de su discurso: el candidato a presidente por el Frente de Todos dijo lo qué iba a hacer exactamente con la deuda externa. Señaló que su modelo era la “renegociación” que hizo Uruguay en 2003, donde “reperfiló” la deuda (léase logró que los acreedores le “corrieran” un par de años los vencimientos más urgentes) pagando el 100% del capital más los intereses adeudados. Según Fernández, así se podría avanzar con un programa de reactivación de la economía, más empleo y, en el mediano plazo, “pacto social” mediante, que se mejoren los salarios y las jubilaciones.

Lo que no contó Alberto Fernández fue el costo que tuvo que pagar el pueblo uruguayo a cambio de esa renegociación, que por otra parte, exigió el aval del propio FMI. No es cierto que fue indolora. El gobierno del presidente Jorge Battle, del partido Colorado, recibió un furibundo voto castigo dos años más adelante y nunca más volvió al gobierno. Pero además de eso, la comparación tampoco sirve numéricamente: Uruguay debía en esos momentos 11.000 millones de dólares, y la renegociación fue por 5.000 millones. ¡Menos aún que la cuota del préstamo que el FMI se niega a enviarle al gobierno de Macri! Si hasta economistas del establishment insisten en que “el modelo uruguayo” es inaplicable porque igual dejaría un monto de intereses anuales imposibles de pagar.

La deuda argentina es infinitamente más grande: arriba de los 400.000 millones. El año que viene solamente vencen 50.000 millones de dólares, 20.000 aparecen como imposibles de “patear para adelante”. Y, si miramos los próximos tres años, los vencimientos ascienden a 150.000 millones de dólares. ¡Imposible pagarlos sin lanzar sobre los trabajadores un ajuste más brutal que el actual!

Antes de las PASO, Axel Kicillof dijo haber “descubierto” el caso portugués, donde supuestamente se podía redistribuir la riqueza y crecer sin romper con los acreedores externos. Era una vulgar mentira, ya que escondía las bajas salariales, la reforma laboral y jubilatoria y los ajustes de todos los servicios públicos que había soportado el pueblo portugués, hoy con los salarios más bajos de todo el continente europeo. Ahora intentan vendernos un supuesto “milagro” uruguayo que, como vimos, nunca fue tal. Probablemente mañana se les ocurra sacar otro conejo de la galera, tal vez Ucrania. Nos anticipamos, ahí también la renegociación de la deuda implicó más hambre y miseria.

Es que se puede recorrer todo el planeta, y nunca van a encontrar el famoso “modelo” que a la vez que garantiza el pago de la deuda y siga los dictados del FMI, permita algún tipo de redistribución de la riqueza a favor de los trabajadores y el pueblo. Por eso insistimos: ¡No nos mientan más! la disyuntiva es de hierro: si se paga la deuda y se sigue con el Fondo, vamos a más ajuste, salarios y jubilaciones a la baja, más desempleo y peores condiciones para la salud y la educación pública. Y, más temprano que tarde, nos vendrán con la reforma laboral y jubilatoria. Ese es el motivo por el que insistimos que, si bien es verdad que “Macri ya fue”, si votamos a Alberto Fernández quedará lo peor del gobierno anterior: la continuidad del acuerdo con el FMI. Por eso, la única alternativa es la de quienes decimos, sin pelos en la lengua, que hay que romper con el Fondo y dejar de pagar la deuda, para poder utilizar ese dinero en resolver las más urgentes necesidades populares: el Frente de Izquierda Unidad.


¿Qué pasó en Uruguay?

A cambio de reprogramar los vencimientos de deuda externa por solamente 5.000 millones de dólares, el pueblo trabajador uruguayo tuvo que pagar con hambre y miseria. Veamos: se devaluó el peso uruguayo un 100% (de 14 a 28 pesos por dólar), se firmó con el FMI un feroz ajuste fiscal, que implicó pasar de un déficit de 1% a un superávit de 2,3%, con reducciones enormes a las partidas sociales y además se fijó un impuesto de 10% sobre todos los salarios. Esta fue la famosa “renegociación” progresista a la uruguaya. Una vulgar mentira.

Escribe Cristian Luna, candidato a Diputado Nacional

En 2018 se perdieron en Tucumán 10.000 puestos de trabajo. En 2019, ese número será mucho mayor. Los sectores más golpeados son la industria azucarera, la textil, la construcción y el comercio, generando más pobres y excluidos. Los datos de pobreza que difundió el Indec son escalofriantes: en el Gran Tucumán la pobreza por ingresos creció más de 15 puntos en un año y afecta a más del 40% de la población. Sumando la pobreza estructural, ese porcentaje se incrementa en más de diez puntos. Tucumán tiene el segundo peor salario del país. El empleo informal afecta al 49% de los trabajadores. Más de 100.000 trabajadores están desocupados o son informales. Con un futuro gobierno del Frente de Todos no vamos a estar mejor, Alberto Fernández apoyó la brutal devaluación que empujó a la miseria y al hambre a más tucumanos.

Pero Manzur, uno de los gobernadores más férreamente alineados a Fernández, es además el “campeón de los pañuelos celestes”. Los anti derechos declararon a Tucumán “pro vida” y es la provincia donde se obliga a niñas violadas a parir. La provincia no aplica el protocolo de aborto no punible y persigue a aquellos profesionales que lo realizan, como en el famoso caso Lucía, que está lejos de ser el único. La ESI en las escuelas encuentra la resistencia férrea de estos mismos sectores celestes.

Por eso, desde el Frente de Izquierda Unidad, proponemos un programa concreto para salir de la crisis. Junto con las medidas nacionales, como romper con el FMI y no pagar la deuda externa planteamos: la reestatización de EDET (empresa de luz), Gasnor (gas) y SAT (agua) bajo control de trabajadores y usuarios para terminar con los tarifazos y los pésimos servicios. ¡Basta de privatización y destrucción de la salud pública con la implementación de la CUS! Exigimos salud pública, gratuita y de calidad para todos.

Reclamamos la reapertura de los ingenios y fábricas cerradas y la reactivación del ferrocarril, bajo control y gestión de trabajadores y usuarios.
Nos pronunciamos por una educación pública, laica, científica y de calidad, planteando ¡fuera la religión de las escuelas públicas en Tucumán! Por una ESI para todos los estudiantes de la provincia en todos los niveles educativos.

Para estar más fuertes y pelear por este programa de emergencia junto a nuestra fórmula presidencial integrada por Nicolás del Caño y Romina del Plá, te invitamos a votar a los candidatos del FIT-Unidad de Tucumán.

Nuestro semanario. En el que te acercamos el reflejo de las luchas del movimiento obrero, las mujeres y la juventud, además un análisis de los principales hechos de la realidad nacional e internacional.

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