Jul 18, 2024 Last Updated 6:04 PM, Jul 17, 2024

Escribe Juliana García

La Sala II de la Cámara Federal de Casación Penal resolvió anular la absolución del ex General Eduardo Alfonso por el homicidio doblemente calificado de Antonio Domingo García, padre de Juliana y Bárbara García Recchia. Por lo que deberá dictarse un nuevo pronunciamiento acerca de la actual excarcelación de Alfonso.
 La Cámara consideró que la sentencia del Tribunal Oral en lo Criminal Federal Nº 1 de San Martín resulta arbitraria dado que no puede negarse la responsabilidad de Alfonso sobre los resultados del operativo en el que se dio muerte a Antonio García.
En su veredicto de noviembre de 2017, los jueces de ese tribunal habían considerado que los hechos constituían delitos de lesa humanidad y dieron por probada la participación activa de Alfonso en el allanamiento ilegal en el que fueron secuestradas la embarazada Beatriz Recchia y fue asesinado Antonio. Pero, pese a la gravedad de los delitos, y de que la hija de ambos había sido apropiada ilegalmente (Bárbara sería una de las nietas recuperadas décadas más adelante) le dictaron la pena mínima de 4 años por los secuestros y lo absolvieron por el asesinato de Antonio. El fallo fue escandaloso, más aún cuando la fiscalía y las querellas habían solicitado prisión perpetua.


Producto de este fallo, Alfonso, en junio de este año, fue excarcelado por alcanzar los dos tercios de la irrisoria condena. Había sido detenido y procesado en diciembre de 2008, pero en agosto del año siguiente la Cámara Federal de San Martín lo liberó. En 2012, ante una nueva orden de detención, se fugó a Paraguay, donde vivió cuatro años bajo una identidad falsa.
Ante semejantes antecedentes, exigimos que Alfonso sea encarcelado inmediatamente para evitar que vuelva a fugarse. Y exigimos la prisión perpetua y efectiva en cárcel común, único castigo que merecen los genocidas de la dictadura.

Escribe Gabriel Massa

La foto de Macri reunido con la mayoría de los gobernadores el martes 11 de septiembre mostró a las claras el apoyo del peronismo al pacto con el FMI y al brutal ajuste que se expresa en el proyecto de presupuesto para 2019. El apoyo de todos los partidos tradicionales, pero en particular del peronismo, es una de las exigencias del Fondo para adelantar las cuotas 2020 y 2021 del préstamo acordado en junio pasado.

El FMI fue clarísimo: exige no sólo el mayor ajuste que el gobierno de Macri le llevó a Washington la semana pasada. También el apoyo explícito de la oposición a dicho plan. Esto se expresa en concreto en un aval que deben otorgar los gobernadores al proyecto de presupuesto 2019 (donde estarán el corazón del recorte de 500.000 millones de pesos) y la garantía de que el peronismo, en sus distintos bloques, le debe “proveer” a Cambiemos del número necesario de diputados y senadores como para que dicho presupuesto se apruebe. Lo concreto es que el peronismo está dispuesto a jugar ese rol.


Como era de esperarse, Juan Manuel Urtubey, el gobernador salteño, que se encuentra entre los peronistas más cercanos a Macri, aseguró su apoyo al proyecto de presupuesto para “defender la institucionalidad”. Una posición muy similar es la de Juan Schiaretti de Córdoba que aseguró que su provincia “hace todos los esfuerzos para que la Nación tenga presupuesto”. Entre el grupo más dialoguista con el gobierno también estaban los gobernadores Sergio Uñac de San Juan, Domingo Peppo del Chaco, Hugo Passalacqua de Misiones, Alberto Weretilneck de Río Negro y Gustavo Bordet de Entre Ríos.
Claro que los que aparecían como más “críticos” y “opositores”, y que incluso hablaban de que se trataba de un “presupuesto del ajuste”, también se prestan para la negociación del presupuesto, aunque no para la foto con Macri. Tal es el caso del gobernador de San Luis Alberto Rodríguez Saa, que aseguró que él no sería “socio del ajuste”. Más aún, amplió diciendo: “No nos dicen cómo será el Presupuesto. Estamos hablando sin mirar las cartas. Parece que ellos van a buscar una foto cuando nosotros en realidad vamos a informarnos por primera vez de qué se trata. Yo no avalo nada hasta que no lo vea”. Sin embargo, ahí estuvo, en la reunión del conjunto de los gobernadores con el ministro del Interior Rogelio Frigerio, ultimando los detalles del presupuesto que se presentará. 
Lo mismo sucede con Juan Manzur de Tucumán, que figura teóricamente entre los gobernadores más enfrentados con el gobierno, quien dijo que “si bien vemos que el gobierno nacional quiere reducir el déficit fiscal, que nos parece bien, lo que no queremos es que esta reducción se traslade a las provincias, porque vamos a entrar en déficit”.
Todas palabras para la tribuna, para cubrir el perfil opositor de cara a 2019. Ya que todos ellos, junto con Gildo Isfrán (Formosa), Rosana Bertone (Tierra del Fuego), Lucía Corpacci (Catamarca), Carlos Verna (La Pampa), Mariano Arcioni (Chubut) y Sergio Casas (La Rioja), también estuvieron en la reunión con Frigerio, al igual que los no peronistas Gerardo Zamora (Santiago del Estero, ex radical K y ahora cercano al macrismo), y Omar Gutiérrez (Neuquén, del MPN) cada uno de ellos queriendo limitar la parte del ajuste que les toca pagar, pero avalando el recorte de conjunto. 
La “sorpresa” la dio Alicia Kirchner, que se había mantenido en silencio realizando su propio ajuste en Santa Cruz, pero que todos presuponían que, al ser la representante más pura del kirchnerismo, no se haría presente. Sin embargo y para sorpresa de todos, también apareció en la reunión con Frigerio, dando un aval tácito al ajuste del FMI. 
En síntesis, el peronismo, en todas sus versiones, -incluso los que no aceptaron salir en la foto con el presidente- le está garantizando a Macri la herramienta fundamental para hacer pasar el ajuste del FMI: el presupuesto 2019. 
Ellos no son salida. Sólo la izquierda y el sindicalismo combativo están realmente comprometidos en salir a dar hoy mismo la pelea contra el ajuste, oponiéndole un programa alternativo que comience por romper con el Fondo, dejar de pagar la deuda y poner todos esos recursos al servicio de resolver las urgentes necesidades populares.


Sergio Massa: opositor, pero no tanto

El aceleramiento de la crisis y el desgaste del gobierno han convencido a Massa y al peronismo federal de que tienen una oportunidad de imponerse en las elecciones de octubre del año que viene. Así, mientras por un lado se “ponen para la foto con Macri” reclamada por el FMI, las principales figuras del peronismo no kirchnerista se cruzan en reuniones y asados, con el objetivo de armar una alternativa “unitaria”. 
Son varios los que se postulan como candidato presidencial de esa franja. Por un lado está Sergio Massa con su Frente Renovador, que está impulsando reuniones con intendentes de la provincia de Buenos Aires. De las propias filas del massismo ya se ha lanzado también el ex gobernador de Buenos Aires, Felipe Solá, quien se reunió con Miguel Ángel Pichetto, jefe de la bancada de senadores del peronismo federal, otro que se postula. A la lista de aspirantes a presidente hay que sumar los gobernadores de Salta, Juan Manuel Urtubey, y de Tucumán, Juan Manzur. Y en lugar destacado figura Roberto Lavagna, ex ministro de Economía de Eduardo Duhalde y Néstor Kirchner.
Lo cierto es que los gobernadores y representantes del peronismo federal y el massismo en el Congreso son los que le han garantizado al gobierno el voto de todas las leyes del ajuste y ahora apoyan el pacto con el FMI, comprometiéndose con el presupuesto de Macri. En definitiva el armado “unitario” de Massa, Pichetto, Urtubey y compañía, no es más que la pata peronista del ajuste de Macri y el FMI.

G.M.

 


Kirchnerismo: ¿pelea contra el ajuste?

Axel Kicillof, el ex ministro de Cristina Kirchner, dijo: “queremos que Macri llegue a las elecciones para ganarle”. Y expresa con claridad las dos cosas fundamentales de las que trata de convencernos el kirchnerismo. Que ahora, aunque lo repudiemos, tenemos que soportar el brutal ajuste de Macri. Y que no hay otra solución que esperar a las elecciones de 2019 para que entonces triunfen los candidatos de Cristina.
Las principales figuras del kirchnerismo insisten en repudiar de palabra el acuerdo con el FMI y el ajuste que implementa el gobierno con apoyo de los gobernadores. Por ejemplo, Cristina declaró: “La catástrofe financiera y cambiaria adquiere ribetes de tragedia cuando Mauricio Macri y la Alianza Cambiemos, le comunican a los argentinos y argentinas que han decido volver al FMI a pedir préstamos”. Incluso el kirchnerismo organizó un gran acto “en defensa de la patria” el 9 de julio, con centro en el repudio al pacto con el Fondo, al que declararon “ilegal”. Pero a la hora de las soluciones todo confluye en el llamado a votar por el kirchnerismo en el 2019. Y, en nombre de la “institucionalidad”, en garantizarle todo lo necesario al macrismo para que transite con la mayor tranquilidad posible la implementación del ajuste. 
Así, la propia Alicia Kirchner concurrió a la reunión con el ministro del Interior donde se bendijo el presupuesto 2019, en el que queda reflejado el súper-ajuste exigido por el FMI (ver en esta misma página). 
Y los dirigentes sindicales kirchneristas, aunque critiquen a la CGT oficial, hacen de “bomberos” apagando todo conflicto. Así se vio con claridad en la lucha universitaria, donde la Conadu kirchnerista (afin a la CTA de Yasky) levantó el paro justamente en el momento de mayor fortaleza de la huelga docente y de mayor movilización de los estudiantes. La dirección celeste de la Ctera asumió actitudes similares varias veces en los últimos tiempos. Lo mismo sucede con los otros gremios con conducciones que se reivindican kirchneristas, como la Corriente Federal e incluso con el moyanismo, hoy de nuevo cercano a Cristina (hasta el punto de postularla como “candidata a presidente”. 
Las necesidades del pueblo trabajador son las opuestas. No podemos “esperar a 2019”. Para ese entonces ya habrá pasado el ajuste y dejado un tendal de miseria, entrega y desocupación. ¡Hay que dar la pelea ahora! Exactamente lo contrario que lo que plantean los dirigentes K.
Por otra parte, el kirchnerismo ya gobernó, y lo hizo pagando 200.000 millones de dólares a los acreedores y permitiendo que los banqueros “se la llevaran en pala”, como reconoció la propia Cristina. Más aun, frente al acuerdo con el FMI, fue el propio referente K Agustín Rossi quien dijo que “en caso de volver al gobierno tendremos que respetar el acuerdo con el Fondo”. O sea que, aun en la propia lógica del “2019”, el peronismo kirchnerista no ofrece ninguna salida favorable al pueblo trabajador. 
G.M.

Escribe Juan Carlos Giordano Diputado nacional electo Izquierda Socialista/FIT

Faltan pocos días para el nuevo paro de la CGT del próximo martes 25. La CTA Yasky y Micheli convocan a una marcha a Plaza de Mayo el lunes 24 y al paro de 36 horas. El sindicalismo combativo lo viene exigiendo desde el masivo paro general anterior. La CGT debe llamar al paro de 36 horas y a marchar a la plaza para lograr una masiva movilización unitaria contra el ajuste de Macri, el FMI y los gobernadores. Y para que sea el inicio de un plan de lucha nacional e imponer medidas de emergencia al servicio del pueblo trabajador.

La devaluación es una brutal pérdida de salarios y jubilaciones. El aumento del dólar del 100% en lo que va del año ya se fue trasladando en gran parte a los alimentos, bebidas, tarifas públicas, naftas y el transporte. 
Los propios dirigentes de la CGT -que estuvieron obligados a convocar al paro fruto de la bronca popular y el crecimiento de las luchas- reconocen el terrible deterioro salarial. Carlos Acuña, del triunvirato, dijo: “Los trabajadores perdimos en 2016 más del 10% del poder adquisitivo, al año siguiente se perdió otro 6 o 7% y este año tenemos a la vista un 42% de inflación con un 15, 20 o 25% de aumento salarial” (Clarín, 10/09). ¡Esta pérdida es plata que fue a parar directamente al bolsillo de las patronales! 
A su vez, se dio a conocer que durante el primer semestre del año hubo 106.000 pérdidas de empleos registrados. La pregunta sería, tanto para Acuña como para toda la CGT: ¿por qué si hubo un tremendo robo salarial y miles de despidos nunca delinearon un plan de lucha para evitarlo? ¡Es lo que hay que hacer ahora!
Estos dirigentes han dicho que después del paro del 25 reactivarían las cláusulas firmadas que permiten recomponer en parte los salarios. Es que ninguna paritaria ha logrado lo que conquistaron los docentes de ATEN Neuquén, es decir, la indexación salarial trimestral de acuerdo al real costo de vida. ¡Si la inflación va a ser del 42% hay que reclamar un inmediato aumento salarial de emergencia y que se llegue a ese porcentaje de aumento para todos los trabajadores! Ese tiene que ser uno de los reclamos centrales del paro general, además de que se prohíban los despidos, se anulen los tarifazos y que la plata que se va para la deuda se destine a salario, trabajo, salud, educación y vivienda.

Paro general por salario, no pago de la deuda y plan de lucha
Llamamos a hacer asambleas, plenarios de delegados y todo tipo de iniciativas y reuniones de activistas para impulsar la marcha y el paro del 24 y el 25. Hay que marchar masivamente el 24 a Plaza de Mayo con la CTA y exigir que la CGT se sume y llame a parar desde ese día para que el paro sea de 36 horas con movilización del conjunto del movimiento obrero. Esto es lo que hay que reclamar. Por su parte, Camioneros y el Smata han constituido el “Frente Sindical por el Modelo Nacional” que hará un acto el 20 de septiembre en el microestadio de Ferro en vista a las peleas internas en la CGT. ¡Tienen que poner ese plenario al servicio de impulsar la movilización del 24 y exigir a la CGT el paro de 36 horas! La Bancaria también tendría que llamar a esas acciones y sumarse a esa exigencia. Necesitamos la más amplia unidad de todos los trabajadores para derrotar el ajuste. 
Un informe de la CTA Autónoma da cuenta que entre los meses de abril a junio hubo 462 acciones directas, un 29% mayor que el año pasado. Estamos ante una rebelión docente-estudiantil con tomas de facultades. Se movilizan los estatales, los trabajadores del Astillero Río Santiago y miles de docentes vuelven a un paro nacional esta semana. Hubo una marcha de las CGT en Córdoba y un paro de la CGT San Lorenzo. Marcharon los despedidos de Télam y venimos de movilizaciones de millones de mujeres por el aborto legal. ¡Hay que unificar toda esta bronca obrera y popular exigiendo el paro de 36 horas con movilización!
El sábado 15 se realizará el plenario sindical combativo en Capital para debatir cómo impulsar el paro de 36 horas levantando medidas de emergencia como parte de un plan económico alternativo obrero y popular (ver nota en estas páginas) y fundamentalmente que hay que continuarla con un plan de lucha nacional. Hay que aprobar en cada lugar de trabajo y facultad marchar el 24, parar por 36 horas y un plan de lucha CGT-CTA. ¡Todos contra el ajuste de Macri, el FMI y los gobernadores!

La frase “esto no va más” se empieza a escuchar cotidianamente en los lugares de trabajo, en los colegios o en las mesas familiares. Es la conclusión que empiezan a sacar miles y miles de trabajadores a dos años y medio de un gobierno que se la pasó diciendo que después del ajuste “nos íbamos a salvar”. Pero resulta que después de los despidos masivos, el robo salarial y el saqueo a los jubilados de fin de año, no vino la reactivación, sino el caos. Los funcionarios que anunciaban un “crecimiento” pasaron a reconocer que estamos en recesión; de la inflación del 10% se pasó al 42% proyectado para este año y del dólar a 9,80 pesos a los actuales 40 y sin techo. El endeudamiento record fue para tapar el agujero de la bicicleta financiera y pagar más y más deuda externa.


Mientras el gobierno decía que “todo iba bien”, de repente Macri anunció que la única salida era pedirle al FMI un salvataje porque nos estábamos hundiendo. El gobierno pactó con el Fondo un ajuste feroz, pero apenas dos meses después estamos otra vez al borde del colapso. La imagen que da Cambiemos es patética. Con sus funcionarios viajando a preguntarle al FMI que les permiten hacer, dejando en claro que quien dirige la economía no son los funcionarios del gobierno, sino Christian Lagarde y su equipo. Que, por supuesto, no plantearán otra cosa que más y más ajuste, como pasó en todos los países que en los últimos años recurrieron a este organismo, como Haití, Nicaragua, Jordania o Grecia. O como pasó tantas veces antes en la historia argentina. Es que el FMI es el ajuste perpetuo y el organismo explotador que ya nos llevó a las crisis anteriores.
Crece la crisis económica, y eso realimenta la crisis política. Ese es el origen del odio popular al gobierno de Macri, que ya es masivo. Es que motivos no faltan. Con Macri pierden los trabajadores, los jubilados y la clase media; pierden las universidades, los maestros y profesores y los científicos. Y ganan cada día más los banqueros, los acreedores de la deuda externa, los monopolios agroexportadores y todos aquellos a los que se les garantizan ganancias dolarizadas, como las petroleras y las gasíferas. Esta es la conclusión que el gobierno nunca hubiera querido que el pueblo sacara, pero es la que ya se empezó a hacer de masas. Por todo esto es que se dice masivamente que “esto no va más”. Ya no queda nadie de aquellos sectores populares que, confundidos priorizando su odio al kirchnerismo, los habían votado en octubre pasado.
Ni los cuadernos del remisero Centeno mostrando la tremenda y cierta corrupción del gobierno anterior puede tapar semejante catástrofe social. Millones ven en las conferencias de prensa a un presidente del cual dicen “o este hombre no sabe, o no quiere, o no puede” conducir un país. Los minutos grabados varias veces por Macri, las escenas del fin de semana con un Dujovne “renunciado” cuatro veces o un Melconián que subía y bajaba de ministro con el correr de las horas, muestran ante millones a un gobierno a la deriva. Hasta Carrió hizo referencia “al helicóptero”. Es que a este gobierno ya no le cree nadie. Que Macri diga que está en el peor momento de su vida y espera que esta crisis sea la última, no solo no da “confianza” a los mercados (léase bancos y especuladores), sino que fundamentalmente no logra revertir el repudio popular. Le echa más leña al fuego. La crisis social y la miseria creciente nos llevan a escenas terribles como la muerte de un chico de 13 años tras un intento de saqueo a un supermercado en Roque Sáenz Peña en el Chaco.

La preocupación pasa ahora por cuál es la salida a semejante crisis. El gobierno quiere mostrar que hay que aguantar un mayor ajuste porque es la única alternativa ante lo que denomina el “populismo” del gobierno anterior. Los políticos patronales peronistas, por su parte, agitan que contra el “neoliberalismo de Macri” no hay otra que volver al “modelo” patronal peronista, ya sea en versión Massa, Urtubey o Pichetto, o en versión “nacional y popular” con la vuelta de Cristina Kirchner, como fogonea el peronismo K. Pero precisamente estos políticos que vienen del tronco del PJ son los que vienen sosteniendo desde el principio a Macri, junto a la burocracia sindical de la CGT peronista.
Para estos días se espera una foto entre Sergio Massa, Urtubey, Schiaretti y algún otro. Será la foto de la complicidad con el macrismo. Son los que están negociando con el gobierno el presupuesto 2019. Y si no lo votan, no será porque están en contra del FMI, sino porque se reacomodan con algunas críticas para simular que son opositores mientras ajustan en sus provincias. Son estos políticos patronales peronistas los que le vienen garantizando la “gobernabilidad” a Macri, reconocido hasta por el propio presidente en su discurso de este lunes. “Si le va mal a Macri al pueblo le va a ir peor”, dijo Urtubey para encubrir su complicidad.
Como parte del mismo “movimiento” peronista, la burocracia sindical de la CGT, que viene de meses pactando una tregua, ante la presión desde abajo y al ritmo del crecimiento de las luchas, se vio obligada a convocar a un paro general. Pero cuando crece el reclamo para que sea ahora, se cuidaron de ponerlo lo más lejos posible, el 25 de setiembre.

Macri dice que su ajuste son los dolores de parto para terminar con “70 años de decadencia”. Pero si hay una decadencia de décadas es precisamente culpa de todos los gobiernos, el actual y los anteriores. La pregunta es: ¿por qué un país lleno de recursos naturales y de riquezas, con un movimiento obrero calificado y profesionales y técnicos de excelencia como parte de las generaciones que hicieron historia, hace décadas que viene barranco abajo y de crisis en crisis? La explicación radica en que los sucesivos gobiernos, tanto del PRO, los radicales y peronistas en sus distintas variantes, fueron los responsables de mantener esta decadencia capitalista gobernando para los mismos de siempre, los grandes empresarios, las multinacionales, los bancos y los oligarcas del campo. Son estos gobiernos patronales quienes mantuvieron al país de rodillas, sometiéndolo a los dictados del imperialismo, el FMI, el Banco Mundial y las grandes potencias. Estos gobiernos, sean de centroderecha o “nacionalistas” son quienes sometieron a nuestro pueblo a ajustes permanentes pagando la sangría de la deuda externa fraudulenta desde la dictadura para acá.

El cambio de fondo que necesita el pueblo trabajador pasa por imponer otro gobierno. Un gobierno de los trabajadores y la izquierda, junto a la juventud y a las mujeres que luchan por una salida de fondo. Un gobierno que nos libere de las ataduras históricas al gran capital. Que deje de pagar la deuda externa. Que rompa con el imperialismo, el FMI y las multinacionales. Que planifique la economía y ponga todas nuestras riquezas al servicio de resolver las urgentes necesidades populares. Un gobierno que avance hacia una Argentina socialista. Esto es lo que nunca ocurrió y hay que lograr.
Mientras luchamos por esta salida de fondo preparando una alternativa política de los trabajadores y la unidad de la izquierda, como lo venimos haciendo con el Frente de Izquierda -y luchando por una nueva dirección del movimiento obrero con el sindicalismo combativo-, llamamos a apoyar todas las luchas para imponer urgentes medidas de emergencia, como parte de un plan económico alternativo, obrero y popular, como mostramos en las páginas centrales. Exigiendo el paro general de 36 horas ya, con movilización a Plaza de Mayo y a todas las plazas del país, como primer paso de un verdadero plan de lucha hasta tirar abajo el ajuste de Macri, el FMI y los gobernadores.

Escribe Gabriel Massa

Los salarios y jubilaciones están cada vez más hundidos, con un 100 por ciento de devaluación del peso en doce meses y una inflación cerca del 45% anual. Los banqueros y los grandes exportadores del campo y la industria se llenan de plata a costa de la miseria creciente de los trabajadores y el pueblo. Tenemos que unir ya mismo todas las luchas obreras y populares en un paro nacional de 36 horas y un plan de lucha para terminar con el ajuste de Macri y el FMI.

La bronca y las luchas de los trabajadores obligaron finalmente a la burocracia de la CGT a llamar a un paro nacional para el 25 de setiembre. Por otra parte, los dirigentes de las CTA y Moyano propusieron que esta sea por 36 horas, comenzando el lunes 24 con una movilización a Plaza de Mayo.


La convocatoria al paro es fruto de la presión que crecía desde abajo. No era lo que tenía en mente la conducción cegetista hace apenas unos días. Venían priorizando mantener la tregua con el gobierno. Hasta avalaron el pacto de entrega de Macri al FMI, sentándose a la mesa con Lagarde. Que ahora se vean obligados a convocarlo es producto de que crecen las peleas y se masifican, con las multitudinarias movilizaciones en defensa de la educación, de los trabajadores del Astillero Río Santiago, los de Luz y Fuerza de Córdoba, los choferes de la línea 60, los empleados del ministerio de agro-industria y tantos otros.
El paro nacional es más que necesario, y que sea de 36 horas y con movilización es lo que veníamos exigiendo desde el sindicalismo combativo inmediatamente después de la huelga anterior del 25 de junio, cuando lo reclamábamos como su continuidad. Pero es evidente que el 25 de setiembre, dada la crisis y el mayor ajuste que acaba de anunciar el gobierno, queda muy lejos en el tiempo. Los burócratas de la CGT fijaron esa fecha para “darle tiempo al gobierno” y ver si se abre alguna negociación.
Pero las necesidades de los trabajadores y el pueblo son exactamente las opuestas. ¡No podemos esperar más! Cada día que pasa es un día más que tiene Macri para profundizar el ajuste acordado con el FMI en beneficio de los banqueros y los grandes empresarios. Es un día más que se hunden los salarios y jubilaciones. Son decenas y centenares de despidos más. Son escuelas y hospitales públicos que se cierran. ¡Las conducciones sindicales, tanto de la CGT como de las CTA tienen que adelantar la fecha del paro y la movilización!
Tal como viene diciendo el sindicalismo combativo (ver declaración en esta misma página), tenemos que impulsar desde abajo el reclamo de un paro nacional de 36 horas ya y el lanzamiento de un plan de lucha. Que enfrente el feroz ajuste de Macri y el FMI y reclame medidas de emergencia ante la crisis. Con un aumento de salarios y jubilaciones que sea igual a lo que se devaluó, con la reapertura de todas las paritarias y exigiendo que de ahora en más se indexen según la inflación. Con prohibición de despidos. Y exigiendo que se deje de pagar la deuda externa y se pongan todos esos recursos al servicio de resolver las más urgentes necesidades populares.
Hoy la bronca explota por todas partes. Son miles los que salen a la calle a luchar. Por eso tenemos que exigir el adelantamiento del paro general, que sea por 36 horas y con movilización a Plaza de Mayo y todas las plazas del país. Tenemos que debatir esto con todos nuestros compañeros de trabajo, en todos los conflictos y movilizaciones, hacer asambleas donde sea posible, reuniones de activistas, sacar pronunciamientos de los cuerpos de delegados. En suma: todo lo que sirva para organizar y fortalecer la medida. Tomar el paro general y la movilización en nuestras propias manos, como un primer paso de un auténtico plan de lucha para derrotar el ajuste de Macri y el FMI.

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