Escribe José Castillo
El viernes 15, la organización Unión de Trabajadores de la Tierra, que agrupa a productores rurales de agricultura familiar que venden frutas y verduras, se disponía a realizar un nuevo “verdurazo”. Consiste, en una forma de protesta frente a la crisis, en la instalación de una feria donde venden sus productos precios populares, a la vez que visibilizan su situación.
Esta vez el gobierno de Larreta lanzó una feroz represión que impidió montar los puestos en Plaza Constitución con gases, balas de goma y gas pimienta, para luego incautar la mercadería. La expresión más dramática, que muestra la foto, se dio cuando numerosas personas que se habían acercado a comprar en la feria se lanzaron casi desesperadas a agarrar las verduras que los policías desparramaban por el suelo. Toda una postal del hambre y la miseria a que nos somete este plan de ajuste.
El próximo 27 anuncian un nuevo “verdurazo” en Plaza de Mayo.
El jueves 14 de febrero nuestro compañero Jorge Ávila se presentó en los tribunales federales de La Plata para testimoniar en la causa que investiga la responsabilidad de la empresa Propulsora Siderúrgica (hoy Siderar) en la desaparición y asesinato de trabajadores antes y después del golpe de Estado de 1976. Jorge trabajó en la fábrica ensenadense desde el año 1969 hasta el día del golpe.
Era militante del PST y delegado. Durante tres horas relató la situación que se vivía en la planta desde el “Rodrigazo”, a mediados de 1975, hasta la noche del golpe de Estado. Su testimonio, con mucha precisión, puntualizó sobre las amenazas que recibían los activistas y apuntó contra el conocimiento que tenía la empresa de la familia Rocca del golpe venidero. La causa está aún en etapa de investigación. La lucha por justicia para los 30.000 detenidosdesaparecidos y asesinados continúa.
Escribe Rodolfo Sánchez
El sábado 6 comenzó la Cuarta Marcha de la Soberanía en el Lago Escondido, organizada por la Fundación Interactiva para Promover la Cultura del Agua (FIPCA). El objetivo de la marcha fue concientizar a la población sobre la apropiación por parte del magnate Joe Lewis de 50 kilómetros de costas que deberían ser públicas y hoy tienen su acceso vedado para la población local y los turistas.
En 2017 Macri defendió en una conferencia de prensa a su amigo Lewis: “El acceso al lago está permitido por un camino de montaña”. Este camino de montaña, de Wharton a Cajón Azul, son 33 kilómetros de un sendero complejo y se tarda cuatro días a caballo. Se deben cruzar dos ríos y los puentes que permitían hacerlo fueron destruidos. En esta oportunidad, unos veinte compañeros tomaron este camino de montaña y la mayoría intentó por el camino de Tacuifí, de 23 kilómetros y más accesible, que permite llegar al lago en solo 40 minutos y con vehículo. El grupo mayoritario se encontró con las tranqueras cerradas y la policía custodiando e impidiendo que pasaran. Dos kayakistas que alcanzaron el lago por el camino de montaña, David Nahuel Ramallo, integrante de Radio Gráfica y militante de FIPCA, y Andrea Gatabria, de ATE Capital, fueron volcados por una lancha de la seguridad privada de Lewis y amenazados de que morirían de hipotermia en el agua. Luego los llevaron a la orilla y los entregaron a efectivos de la policía rionegrina convocada por el magnate financiero. No es la primera vez que manifestantes son reprimidos por la policía de la provincia de Río Negro y por los guardias privados del millonario. Desde Izquierda Socialista/FIT hemos participado y denunciado numerosas veces esta apropiación del lago por parte de Lewis y de la complicidad política de avalar esta entrega desde el presidente Macri, pasando por el gobernador Weretilneck y el intendente Pogliano, de El Bolsón. Repudiamos esta violenta intervención de los guardias del terrateniente y nos solidarizamos con los compañeros que fueron agredidos por llevar adelante una justa lucha ya que el lago es para todos.
Escribe Ezequiel Peressini Legislador Izquierda Socialista/FIT
En plena campaña electoral, el gobierno de Schiaretti vuelve a recibir fuertes cuestionamientos por el accionar delictivo de la policía provincial y pone en jaque su política de seguridad, que vuelve a fracasar.
El 16 de enero, en Río Cuarto, fue asesinado de ocho balazos Claudio Torres, un narcotraficante de la ciudad. Iba acompañado por Gabriel Bossi, mano derecha de Torres y esposo de Lucía “Cory” Vargas, condenada en 2014 por la desaparición del joven Nicolás Sabena en el año 2008. Las investigaciones realizadas por la madre de Nicolás demostraron que el Clan Vargas, también narcotraficantes, contaba con la protección de la policía a través del jefe de Investigaciones, Gustavo Oyarzábal, quien adelantaba a los narcos las investigaciones por la desaparición de Nicolás.
Otra vez Oyarzábal quedó a cargo de la investigación del asesinato de Torres pero fue detenido el 7 de febrero por su relación con los narcos y, llamativamente, el 31 de enero fue pasado a retiro por un decreto del gobernador Schiaretti. En una maniobra encubridora el gobernador dispuso la remoción de la cúpula policial. La nueva conducción busca “recuperar la confianza de los vecinos”, y para eso endurecieron la política represiva y realizaron operativos de saturación en los barrios de la ciudad junto con la Gendarmería.
Este escándalo muestra el fracaso de la política “antidrogas” del gobierno. Destinan millones de pesos del presupuesto al aparato policial (en la provincia hay más policías que maestras de primaria) mientras la podrida policía, la Justicia y los gobiernos son parte del delito organizado y cuidan el negocio de narcotraficantes que garantiza utilidades superiores al 3.000% y ganancias de más de 600.000 millones de dólares que se reparten entre los narcotraficantes y quienes los cuidan para vivir lujosamente. Para terminar con el narcotráfico y la impunidad hay que desmantelar el aparato represivo y legalizar las sustancias psicoactivas con monopolio estatal.
La foto no estaba prevista entre las noticias del verano. Fue una bomba. Los funcionarios del FMI -que están en la Argentina controlando la ejecución del brutal ajuste de Macri- se reunieron con los peronistas Urtubey y Lavagna, así como antes lo hicieron con Massa y la CGT. Pero la novedad fue que esta vez Axel Kicillof los recibió con mate y bizcochitos, entrevista que tuvo el visto bueno de Cristina. Mientras la izquierda repudió la visita, el ex ministro y candidato de Unidad Ciudadana legitimó el pacto Macri-FMI y les prometió “honrar los pagos”.
Escribe Juan Carlos Giordano, diputado nacional electo Izquierda Socialista/FIT
Algunos medios prokirchneristas titularon: “Kicillof les cantó las cuarenta”. Otros comentaron que el actual diputado recibió a los funcionarios con bizcochitos Don Satur y mate mostrando “una austeridad” y un desplante a los que aquellos no están acostumbrados. En las redes hubo muchos comentarios sobre la reunión, desde el “vamos Axel” de rabiosos kirchneristas, a otros que la vieron con una preocupación. ¿“Reunirse” con ese organismo ajustador?, se preguntaron.
Lo primero a señalar es que reunirse con el FMI es legitimar a un organismo imperialista que lo que busca es solo más ajuste y pagos de la deuda. Segundo, y lo más importante, es qué dijo Kicillof. Y el ex ministro volvió a ratificar que en caso de que el peronismo kirchnerista sea gobierno va a seguir honrando los pagos de la deuda.
¿El FMI “preocupado”?
Kicillof también le lavó la cara al FMI diciendo que “lo vio preocupado” por la situación de la Argentina. Pero cómo, ¿el mismo FMI que pactó con Macri un brutal ajuste con recesión, tarifazos y robo salarial ahora, según Kicillof, “estaría preocupado”? ¿Preocupado de qué? Lo único que le preocupa al FMI es que este gobierno lleve hasta el final el ajuste y que la Argentina, gobierne quien gobierne, pague la fraudulenta deuda externa.
Al decir que el FMI está preocupado, Kicillof abona a la campaña de que ahora habría un FMI bueno que “se preocupa por los más vulnerables”, cuando las recetas del FMI en el mundo son sinónimo de ajuste, endeudamiento, tarifazos, flexibilización laboral y ataque a los jubilados.
¿Hay que honrar los pagos?
Kicillof negó que con un eventual gobierno peronistakirchnerista habrá riesgos de default, despejando cualquier rumor de que con un nuevo gobierno peligrarían los pagos. “Nuestro gobierno pagó la deuda que contrajeron otros y sin pedir prestado”, confirmó. Y agregó: “Sin un programa sustentable no hay crecimiento posible, por lo que se vuelve inviable el pago de compromisos”. ¿Qué quiso decir? Que la Argentina debe “crecer para pagar”, cuando lo que hay que hacer es lo opuesto, es decir, crecer para sacar al país de la recesión y la dependencia atacando los males sociales del pueblo trabajador que está dejando el macrismo.
“No podés romper con el Fondo”
En un extenso reportaje brindado a la revista Forbes semanas atrás Kicillof señaló: “Hay que entablar conversaciones con el FMI, no podés romper con el Fondo”. Agustín Rossi había dicho lo mismo: “No hay elementos jurídicos para desconocer el acuerdo con el FMI”. ¿Cómo que no se puede romper con el FMI? ¿El pueblo argentino acaso no tiene el derecho de desconocer un acuerdo pactado a sus espaldas del cual encima no va a ver ni un peso? Precisamente, la gran lucha nacional que fue el Argentinazo de 2001 impuso el no pago que luego Néstor Kirchner reanudó legalizando la deuda con los bancos usureros.
Kicillof le reclamó a los emisarios del FMI que el acuerdo tendría que haber pasado por el Congreso, quejándose de que las negociaciones no se hicieron entre Macri y la oposición del peronismo. Pero lo que Kicillof encubre es que ese pacto Macri-FMI ya pasó por el Congreso cuando se aprobó el Presupuesto 2019 con los votos de Pichetto y compañía (con quienes el kirchnerismo llama a la “unidad” contra Macri) y la complicidad de la CGT y Moyano que no movilizaron para repudiarlo.
Luchar y votar por el no pago
Llamamos a la reflexión a quienes puedan creer que con un posible gobierno kirchnerista va a haber trabajo, salarios, jubilaciones o se va a reactivar la economía. Las revelaciones de Kicillof van en sentido contrario. Somos contundentes: no va a haber salario o trabajo si la riqueza que producen millones de trabajadores va a pagar una deuda usurera. Si a esto le agregamos que el kirchnerismo va a mantener las privatizaciones y no las va a reestatizar (para erradicar de raíz los tarifazos) y no va a nacionalizar la banca y el comercio exterior (lo que evitaría la fuga de capitales), nos volvemos a preguntar: ¿de dónde va a sacar la plata para sus promesas?
No hay ningún modelo de “redistribución de la riqueza” de la mano del FMI. Por eso desde el Frente de Izquierda llamamos a derrotar en las calles y en las elecciones el pacto Macri-FMI y los gobernadores (no “renegociarlo”, como dice Kicillof) y luchamos por la inmediata suspensión de los pagos de la deuda (en vez de “reestructurarla”).