May 09, 2024 Last Updated 10:30 PM, May 8, 2024

Escribe José Castillo

El gobierno está decidido a imponer un techo salarial de 15% en las paritarias, en cuotas y sin cláusula gatillo. Las cámaras patronales “acompañan”, contentas de poder pagarles menos a sus trabajadores. No podemos aceptar que nuestros salarios sean pulverizados por la inflación. Este 2018 empezó con todo. En enero ya tuvimos la serie de tarifazos en la luz, el gas y el transporte público en Capital y el Gran Buenos Aires. Los combustibles subieron dos veces en menos de cuarenta días. Y esto recién empieza: la suba del dólar, que pasó de 17 a 20 pesos desde diciembre, está siendo la excusa para que se remarquen todos los precios, con los alimentos a la cabeza. De hecho, ya se está acelerando la suba en aceites, carne y pan. En breve, se vendrán los aumentos de marzo: la canasta escolar, según un relevamiento de 37 útiles escolares realizado por la Asociación de Consumidores Libres, sube en promedio 28,5% con respecto al año pasado.
Para el mes de febrero se espera una inflación promedio de 2,5%. Si a eso le sumamos que enero terminó con un alza de casi 1,9%, en marzo se calcula entre 2,5 y 3% y que abril tendrá nuevos tarifazos, es muy probable que terminemos los primeros cuatro meses del año con una inflación acumulada de entre 9 y 10% ¿a quién quiere convencer el gobierno cuando dice que la suba de precios anual no pasará de 15%?
Los economistas más cercanos al gobierno calculan que terminaremos 2018 con una inflación de entre 19 y 22%. Es muy probable que el número sea más alto aún, cercano a 25%, como el del año pasado.
El gobierno de Macri “autoriza” o deja correr aumentos siderales de prácticamente todo (como vemos y explicamos más abajo con los combustibles). Les garantiza a los acreedores de deuda cláusulas gatillos en los nuevos bonos para que “no pierdan con la inflación” (como también explicamos en esta misma página). En síntesis, todos los empresarios y banqueros quedan “cubiertos”… a costa de los trabajadores.
Es que a sabiendas de todo esto, el gobierno de Macri quiere imponer un techo salarial de 15% en las negociaciones paritarias. Blanco sobre negro: que los que perdamos seamos los trabajadores. Sumémosle que en todos los casos lo que se ofrece son aumentos en cuotas. Eso no es lo peor: se oponen a la existencia de la “claúsula gatillo”. Si están tan seguros de que la inflación va a ser de 15%, ¿por qué no aceptan que si los precios suben por encima los trabajadores automáticamente reciban un incremento para cubrir la diferencia? La respuesta es clarísima: porque tanto el gobierno como las patronales saben que la inflación será superior a 15% y su objetivo explícito es que baje el salario real de los trabajadores.
Macri quiere imponernos este robo a nuestros bolsillos: por eso Vidal ya dijo que ese es el ofrecimiento inamovible para la paritaria docente de la provincia de Buenos Aires, que por su importancia es testigo para todo el sector público. Y las patronales aportan lo suyo: ese es el motivo por el cual plantean un irrisorio 9% de aumento a los bancarios, para “marcar la cancha” ante todo el sector privado.
Tenemos que salir a pelear y romper este techo salarial que quieren imponernos. Hay que exigir un salario mínimo igual a la canasta familiar para cada actividad: ¡nadie puede ganar menos de 25.000 pesos! Y para los trabajadores que ya tienen salarios por encima de ese valor hay que reclamar aumentos de acuerdo a la inflación real, cubriendo lo perdido en 2017 y las perspectivas de 2018. Y que ese aumento se pague en una sola cuota y con cláusula gatillo de aplicación inmediata si la inflación se dispara por encima de ese valor.
Está en juego nuestro salario: esto es lo que tenemos que discutir con nuestros compañeros de trabajo, promoviendo asambleas allá donde sea posible, sacando pronunciamientos con mandato desde los cuerpos de delegados, exigiendo que los paritarios sean electos en asamblea y, por sobre todo, planteando que los dirigentes burocráticos de los gremios y la CGT rompan su tregua con el gobierno y llamen a un paro general y a un plan de lucha para derrotar el ajuste macrista.

Escribe Juan Nordio Trabajador del INTI Córdoba

El INTI fue creado hace más de 60 años y desempeña una innumerable cantidad de actividades tales como la certificación de calidad de productos, la verificación de instrumentos de medición y la investigación y desarrollo de nuevas tecnologías para la industria argentina. Los controles del INTI aseguran, por ejemplo, que los juguetes y las mamaderas no contengan sustancias tóxicas, o que cuando se carga combustible se entregue efectivamente la cantidad que se está pagando.
El INTI cumple un importante rol para la sociedad y para la industria nacional. Entonces cabe preguntarse por qué en lugar de fortalecerlo se produce el despido de 258 trabajadores, profesionales y técnicos con muchos años de experiencia.
La respuesta es que las actuales autoridades con el asesoramiento de la consultora vasca Tecnalia han detectado la posibilidad de hacer grandes negocios privatizando las áreas más rentables.
El desmembramiento del INTI traerá aparejado la falta de controles. Una de las áreas de mayor interés es la homologación y verificación de instrumentos reglamentados (surtidores de combustible, básculas para pesar camiones, alcoholímetros, etcétera), tarea que realiza el INTI desde el año 2003. En ese sentido el gobierno de Macri ya aprobó en noviembre el decreto 960/2017 por el que se le quita al organismo la exclusividad y permite a empresas privadas realizar estos controles.
Las petroleras dueñas de estaciones de servicio y las federaciones de expendedores se opusieron totalmente cuando el INTI comenzó a implementar el control de los surtidores y se negaron a pagar por el servicio. Es que permitir que ellos mismos realicen los controles es dejar que adulteren la cantidad de combustible que despachan perjudicando a los consumidores.
Una situación similar ocurrirá en los puertos donde sin el control de las balanzas que realiza el INTI, las multinacionales agroexportadoras (Cargill, Dreyfus, Bunge, Nidera, etcétera) tendrán las manos libres para pesar los camiones a su antojo perjudicando a los productores y acopiadores de granos que envían su cosecha. Los importadores también se verán beneficiados ya que al quedar el control en manos privadas no será necesario cumplir estrictamente la normativa vigente a la hora de ingresar cualquier producto, perjudicando a la industria nacional y a los consumidores.
En síntesis, el desmembramiento del INTI será como poner al lobo a cuidar las ovejas.

Ante la continuidad del ajuste de Macri y los gobernadores, los trabajadores estamos ante una gran oportunidad de enfrentarlo con las movilizaciones del 15 y el 21 de febrero.
El calor del verano sigue pegando con todo y los cortes de luz están a la orden del día, demostrando que los tarifazos sólo sirvieron para que las empresas privatizadas se embolsen el dinero sin hacer la más mínima inversión. Lo que también está “caliente” son los precios: sube todo, empezando por los alimentos, las tarifas, el dólar y la nafta. Una reciente encuesta indica que la situación económica (y la inflación en particular) es el tema más preocupante. Por eso al gobierno no le va nada bien con su intento de meter en primer plano el tema de la inseguridad, con el caso Chocobar, como excusa para dar vía libre a la represión a las protestas obreras y populares.
Ya nadie se cree la meta inflacionaria anual de 15%. Pero el gobierno insiste en poner ese techo a las paritarias, en cuotas, sin cláusula gatillo y sumándoles requisitos de “productividad” que flexibilizan los convenios y habilitan una mayor explotación. Así se acaba de firmar la negociación salarial ferroviaria, en línea con lo que quiere el gobierno. La gobernadora Vidal, sabiendo que tiene una paritaria “testigo” para el resto de los estatales, sale con todo a tratar de imponer esto a los docentes de la provincia de Buenos Aires, después de que Macri liquidara la paritaria nacional del sector. Las patronales privadas también se suman a la pulseada contra el salario, como lo hacen las cámaras de los bancos al ofrecer un irrisorio 9%. Es que para el gobierno la única cláusula gatillo es para los bonistas de deuda: esta semana el ministro Luis Caputo lanzó una serie de bonos que les garantizan ganancias por sobre la inflación, cualquiera fuere. Claro que el ministro tuvo poco tiempo para festejar: se acaba de destapar la olla de su participación en una empresa offshore que nunca informó, en una nueva demostración de que los funcionarios macristas están al servicio de lo peor del capital usurero internacional.
La otra cara del ajuste es la ola de despidos de este verano (ya suman 10.000 desde diciembre) con los casos emblemáticos del INTI, el hospital Posadas, Fanazul y Río Turbio.
El gobierno se juega a hacer pasar los despidos, los salarios a la baja y la flexibilización en los convenios con la complicidad de la burocracia sindical. Y cuenta para ello con la oposición patronal peronista. A estos políticos, que hace apenas unos meses pedían el voto “para frenar el ajuste”, hoy lo único que les preocupa es sacarse fotos y tratar de superar su crisis negociando entre ellos de cara a las elecciones de 2019, tal como sucedió la semana pasada en el encuentro que unió a kirchneristas, massistas y randazzistas.
En los próximos días vamos a una pulseada nacional. El día 15 se dará la jornada nacional de lucha de ATE, en la que todos debemos participar y hacerla lo más grande posible.
Será fundamental la masividad que se alcance en la marcha del próximo 21 de febrero. Es un hecho que el gobierno se juega con todo a debilitarla, aprovechando para eso la traición de muchos burócratas sindicales que salen a decir que “no es el momento de la confrontación, sino del diálogo”. De un Daer que incluso apoya la reforma laboral flexibilizadora. De Pignanelli, Gerardo Martínez y tantos otros burócratas que se reúnen casi diariamente a charlar amigablemente con el ministro Triaca y el resto de los funcionarios macristas ¡Mientras el gobierno ha salido con todo para liquidar nuestros salarios y puestos de trabajo!
No tenemos ninguna confianza en Moyano, ni marchamos para salvarlo de sus causas judiciales. Nuestro modelo sindical es opuesto al suyo y al del resto de la burocracia. Pero no nos equivocamos: el 21 habrá una movilización masiva que será un duro revés contra los planes de ajuste del gobierno y nos dejará más fuerte para las peleas que se vienen.
Se trata de una gran oportunidad y tenemos que lograr que sea una gran jornada. Servirá para fortalecer las luchas que seguirán, donde se pondrá en juego si los docentes logran torcerle el brazo al gobierno. También donde terminará resolviéndose la paritaria bancaria y se abrirán las de muchos otros gremios. Las peleas contra los despidos en el INTI y otros organismos entrarán en sus fases decisivas. Por eso hay que debatir con nuestros compañeros de trabajo o estudio, en fábricas, barrios y oficinas para organizarnos y concurrir masivamente el jueves 21. El sindicalismo combativo junto a luchadores de los principales conflictos en curso y la izquierda nos movilizaremos con una columna independiente exigiendo a las direcciones de la CGT y las CTA que llamen a un paro nacional y lancen un plan de lucha para derrotar el ajuste de Macri, peleando por dejar de pagar la deuda externa como primer paso para un plan económico alternativo al ajuste macrista.

Macri volvió a decir que “vamos por el camino correcto”. ¡No tiene vergüenza! En diciembre le robó 100 mil millones a los jubilados y lo único que se ve son despidos, cierres de empresas, inflación y robo salarial.

El gobierno despidió a 254 trabajadores en el INTI; 122 en el Hospital Posadas; en el Senasa; cerró la Fábrica Militar en Azul; hay miles de despidos en Río Turbio; en ingenios azucareros del norte; cierran la Lotería Nacional y Vidal levantó los ramales ferroviarios de la provincia con 1000 despidos en Ferrovaires… ¡Y la lista sigue! ¡Hay que pararle la mano a este brutal ajuste!

A esto se le agrega el tarifazo y el feroz aumento de los precios: subió el transporte, las naftas, la luz, el gas, los peajes y las prepagas. La suba del dólar se traslada a los precios. Le anularon la paritaria a los docentes y a los bancarios le quieren dar un 9% de aumento, por eso paran tres días.

¡Todos los días aumenta algo y el gobierno prepara un nuevo robo salarial en las paritarias con un techo del 15% cuando la inflación será como mínimo del 20%!

A Macri se le cayó la careta de la “transparencia” y su pose anti corrupción. El ministro Triaca reconoció que tenía una empleada en negro y puso a decenas de sus familiares en el sindicato del SOMU.

Cada vez queda más claro que Macri gobierna para los de arriba, los grandes empresarios, bancos y multinacionales. Por eso muchos de quienes lo votaron lo repudian.

La lucha contra los despidoscrece. Recordemos que en diciembre hubo una rebelión popular contra el robo jubilatorio con miles en las calles que le arrancó un paro general a la CGT. Hay que seguir por el mismo camino. ¡Basta de ajuste y represión contra el pueblo trabajador! ¡Hace falta un paro general y un plan de lucha!

Hay paro nacional y marcha de estatales el 15. Y Pablo Moyano convocó a una marcha para el 21 de febrero ante el ataque al convenio colectivo de Camioneros. Recibió el apoyo de Bancarios, el Suteba y las CTA.

Más allá de las diferencias con Hugo y Pablo Moyano saludamos que llame a una gran marcha. Ese día habrá miles de trabajadores en las calles. Se deben sumar los movimientos sociales y la juventud. Es la oportunidad para unificar al conjunto de los reclamos contra los despidos y el robo salarial. Desde el sindicalismo combativo y la izquierda apoyamos y exigimos que Moyano le reclame a la CGT que rompa la tregua con el gobierno y convoque a un paro general.

El gobierno hace campaña contra las “mafias sindicales” para tapar el ajuste y desacreditar los justos reclamos. El mismo gobierno que mantiene la tregua con las cúpulas de UPCN, el Smata, Comercio, la Uocra, UTA y otros dirigentes traidores para hacer pasar el ajuste. Solo el sindicalismo combativo y la izquierda luchan todos los días contra los dirigentes traidores y millonarios y por la democracia sindical. No hay que dejarse engañar. Por eso hay que seguir apoyando a los que luchan y votar en asambleas y plenarios de delegados el apoyo a la marcha del 15 de los estatales y del 21 de los camioneros, que la CGT rompa la tregua y le arranquemos el paro general como parte de un plan de lucha hasta derrotar el ajuste de Macri y de los gobernadores.

 

- BASTA DE DESPIDOS. QUE SE PROHÍBAN POR LEY.

- NO AL TECHO DEL 15%. QUE TODO TRABAJADOR GANE COMO MÍNIMO EL VALOR DE LA CANASTA FAMILIAR.

- NO A LA REFORMA LABORAL Y EL ROBO A LOS JUBILADOS.

- PLATA PARA SALARIO Y TRABAJO, NO PARA LA DEUDA EXTERNA.

- ABAJO EL AJUSTE DE MACRI Y LOS GOBERNADORES.

- TODOS A LA MARCHA DEL 15 Y EL 21.

BASTA DE TREGUA DE LA CGT. PARO GENERAL Y PLAN DE LUCHA.

 

Mientras el presidente repartía alfajores Cachafaz entre los grandes empresarios en Davos, decía: “Nosotros vamos a cortar el pasto, ustedes hagan los goles”. Esta frase pronunciada en ese foro elitista y oligárquico tiene un claro mensaje: “Cambiemos hará el ajuste para asegurar las ganancias empresariales”. No hay con qué darle, cada vez queda más claro que estamos ante un gobierno para los ricos y las multinacionales dispuesto a llevar adelante miles de despidos (que en la mayoría de los casos incluye a delegados y activistas), robo salarial y entrega del país en beneficio de una minoría de parásitos capitalistas. Con el verso de que “la Argentina volvió al mundo”, Macri está dando una nueva vuelta de tuerca para que sigamos siendo una semicolonia de los capitales extranjeros y sus socios locales.
Mientras el presidente habla de “modernizar” el trabajo y critica a los docentes porque supuestamente se niegan a adecuarse “al nuevo conocimiento” que invade al mundo… ¡despide a profesionales de la salud en el Posadas, a ingenieros y técnicos del INTI y a trabajadores de Ciencia y Tecnología! Y lo hace mandando la policía o la gendarmería para reprimir, impedir asambleas o amedrentar. ¡A Macri no le importa ningún “conocimiento” sino intentar poner de rodillas a la clase obrera atacando los puestos de trabajo, despedir profesionales especializados en áreas estratégicas y abaratar los salarios para las ganancias patronales!
El presidente acaba de anunciar un recorte en los ministerios que él mismo creó en 2015 y el “congelamiento” de los ingresos de quienes ganan más de 150.000 pesos. Quiere usarlo de antecedente para hacer lo mismo con los sueldos de miles de estatales, que ganan diez veces menos. ¡Hay que pararle la mano!

La rebelión de diciembre pasado contra el robo a los jubilados y el escándalo del ministro Triaca de tener a una empleada en negro que había sido designada en la intervención del sindicato SOMU –mientras el gobierno hace campaña contra las mafias sindicales– ha llevado en estos dos meses a que la imagen del presidente caiga estrepitosamente. Perdió 14 puntos. Hasta los medios de comunicación afines no pueden ocultar la ruptura de sus propios votantes. El 66% de la población exige que renuncie Triaca, el 61% repudia el ataque a los jubilados y el 53% está en contra de la reforma laboral. Millones han hecho “el click”, dándose cuenta de que el discurso de Cambiemos es puro verso. Está más claro que el “reformismo permanente” –como cataloga el gobierno a sus medidas de ajuste– es atacar a los de abajo para beneficiar a los de arriba. Que Macri es sinónimo de despidos, bajos salarios y que del cuento de los “capitales” que van a venir para supuestamente salvarlos, la gran mayoría son especulativos (el 80% de la inversión extranjera), y están destinados a la timba financiera, mientras se siguen yendo millones de dólares por la fuga de capitales y los pagos de la fraudulenta deuda externa. ¡Macri hasta tuvo la caradurez de reunirse con el CEO de PepsiCo, la multinacional que cerró la planta en la Argentina dejando a 600 familias en la calle con el aval del Ministerio de Trabajo!

El presidente no está solo. Aplica el ajuste de la mano de los gobernadores (del PJ, Schiaretti en Córdoba, el “Partido Socialista” de Santa Fe, el MPN en Neuquén y otras variantes patronales) y de la traidora CGT. Los gobernadores acordaron con Macri el Pacto Fiscal a cambio de fondos nacionales y de aplicar el ajuste en sus provincias. El PJ, que viene de una crisis tremenda, está haciendo algunas reuniones para reacomodar la tropa. En esas tertulias se esbozan algunas frases tales como que hay que “unificarse para enfrentar el ajuste”, el mismo verso que quisieron vender en las elecciones para terminar pactando con Macri mientras aplicaban idéntico ajuste donde gobiernan. Todos están a favor de ponerle un techo a las paritarias, del robo salarial, los despidos y los tarifazos.
Pero si hay algo visceralmente repudiable son los burócratas sindicales de la CGT. Héctor Daer (del triunvirato) acaba de afirmar que está de acuerdo en apoyar la reforma laboral si se desdobla en varias leyes. Por otro lado están Acuña y Schmidt (también del mismo triunvirato) quienes se reunieron con Moyano y Barrionuevo en Mar del Plata. Sacaron una declaración con duros términos contra Macri. Pero no se los ve en ninguna lucha, ni en la del Posadas, ni en el INTI, ni en la pelea contra los despidos en Río Turbio.
Hugo Moyano, acorralado por las causas judiciales en Independiente y las denuncias por sus negocios familiares en el sindicato de Camioneros, ahora es crítico, luego de que junto a Luis Barrionuevo apoyaran a Macri. Su hijo Pablo Moyano –quien acaba de participar del plenario del PJ bonaerense llamando a la “unidad del partido contra el ajuste” y haciéndole un guiño (igual que su padre) a que en ese rejunte también esté Cristina Kirchner– ha anunciado una marcha de su gremio para el próximo 22 de febrero ante el intento de cambio de convenio. También ha anunciado medidas de fuerza la Bancaria de Palazzo contra la burla del 9% que le quieren dar en la paritaria y contra el ataque a las jubilaciones de los bancarios en la provincia de Buenos Aires por parte de la gobernadora Vidal. Los docentes, a quienes les anularon la paritaria nacional, es probable que tomen medidas cuando se inicien las clases.
Ante este panorama y más allá de las diferencias con los Moyano (Camioneros no convocó a las marchas contra el robo jubilatorio en diciembre), saludamos que ante la tregua de la CGT llame a una gran marcha, como anunció, para el 22. Si se convocara a Plaza de Mayo sería la oportunidad para que aglutine al conjunto de los reclamos, contra los despidos y el robo salarial. Por eso consideramos que esa marcha no debería ser solo de Camioneros, la Bancaria se podría sumar, o algunos otros gremios. Hay que aprovechar para que sea una acción de todo el movimiento obrero. Moyano debería llamar a que se concrete un paro general de la CGT como lo viene reclamando el sindicalismo combativo, exigiendo esa medida y convocando a todos los gremios y sectores que estén de acuerdo en impulsarlo como parte de un plan de lucha nacional para derrotar el ajuste. Ese reclamo empieza a recorrer las asambleas y marchas de los trabajadores del Posadas, el INTI y demás peleas en curso.
Llamamos a rodear de solidaridad los conflictos y a coordinarlos. Y a hacer asambleas en cada lugar de trabajo para votar que la CGT rompa la tregua, exigiendo paro general y un plan de lucha para unificar al movimiento obrero para derrotar el ajuste. Para que se prohíban los despidos y suspensiones. Romper el techo del 15% en las paritarias y que todo trabajador gane como mínimo el valor de la canasta familiar, que ronda los $25.000. No a la reforma laboral y a los convenios a la baja. ¡Abajo el ajuste de Macri!   

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