Escribe Guido Poletti
A principios de 2018 el Sindicato de Camioneros realizó una medida de fuerza reclamando el pago de un bono del pasado fin de año. De esa forma supuestamente “violó” una conciliación obligatoria decretada por el Ministerio de Trabajo que claramente estaba jugando como tantas otras veces para el lado de las patronales.
Esa fue la excusa para que el gobierno le impusiera una multa superior a 800.000 pesos. El gremio, correctamente, se negó a pagarla denunciando que se estaba atacando el derecho de huelga. El ministro Triaca consiguió entonces un juez amigo, Ignacio Ramonet, que pidió el embargo preventivo de las cuentas del sindicato y, mientras se terminaba de resolver el asunto, le agregó intereses a la multa. En concreto, hoy le reclama al Sindicato de Camioneros más de un millón de pesos.
En estos días se conoció una amenaza similar contra Suteba. Ante el planteo de realizar un paro a la vuelta de las vacaciones de invierno, el gobierno de Vidal, en este caso haciendo de “juez y parte”, decretó en forma totalmente arbitraria la conciliación obligatoria y amenazó al gremio con multas millonarias si no la cumplía.
Más allá de que el caso de Camioneros esté más avanzado judicialmente la forma de operación del gobierno es la misma: atacar el derecho de huelga que es la herramienta más básica que tenemos los trabajadores para salir a pelear por nuestros reclamos. En concreto, el gobierno quiere quedarse con el dinero de los aportes de los trabajadores. ¿Tal vez para sumarlo al pago de la deuda externa?
Tenemos fuertes diferencias con las conducciones burocráticas de Camioneros y Suteba, e incluso con la forma en que manejan los fondos de esos sindicatos. Pero acá hay una amenaza directa del gobierno contra la independencia sindical. Decimos ¡no a la limitación del derecho de huelga!, ¡no a las multas!
Escriben Jorge Adaro, secretario general de Ademys y Pablo Almeida, delegado general de ATE Ministerio de Economía
El 8 de agosto la CTA Autónoma realizó elecciones desoyendo el reclamo de la oposición Multicolor de postergar la votación para así concentrar las fuerzas en apoyar la lucha de las mujeres por el derecho al aborto. En el marco de la crisis y división de una CTA que sigue aislando los conflictos, los trabajadores no se entusiasmaron con los comicios. La Multicolor dio pelea fortaleciendo al sindicalismo combativo.
La negativa de la conducción de la CTA Autónoma, encabezada por Ricardo Peidró y Cachorro Godoy, a cambiar la fecha de las elecciones amparándose en supuestos argumentos legales, ratificó el rumbo de una burocracia en crisis que sigue aislando todas las luchas, como ya la había hecho en el hospital Posadas, el INTI y con los mineros de Río Turbio. Ahora le dio la espalda al movimiento de mujeres y aprovechó la jornada del 8 de agosto para imponer mecanismos fraudulentos que intentan mostrar una participación que no fue tal.
Los padrones de la CTA están totalmente inflados, con más de 1.200.000 de supuestos afiliados, incluyendo “afiliaciones directas” de movimientos sociales que son utilizadas clientelarmente en las elecciones. La Lista 1 de la burocracia prácticamente no realizó campaña en los lugares de trabajo de los sindicatos más importantes que agrupa la CTA Autónoma, como los estatales de ATE, los docentes universitarios de la Conadu Histórica, los profesionales de la salud de la Fesprosa (que incluye a la Cicop bonaerense), docentes, judiciales y otros gremios afiliados. Su gran preocupación durante meses fue organizar el ya tradicional fraude, afiliando compulsivamente a beneficiarios de planes sociales para que voten en comedores populares de manera clientelar, al mejor estilo de punteros del PJ. Esto llegó al colmo de que muchos afiliados de los propios sindicatos ni siquiera figuraban en los padrones, como pasó con trabajadores de antigüedad en el PAMI, algunos de ellos siendo incluso delegados de ATE desde hace años y que no pudieron votar, ¡un bochorno!
Unilateralmente la conducción anunció que votaron más de 240.000 personas, cuando en realidad en todos los lugares de trabajo la participación de afiliados fue muy baja y cientos de urnas fueron fraguadas con votos a la oficialista Lista 1. Con estos métodos, la conducción de la CTA Autónoma ratifica su rumbo de aislar las luchas y seguir colocándose como furgón de cola de proyectos políticos patronales, como ahora intentan con Víctor De Gennaro desde Unidad Popular aliándose con el Movimiento Evita (PJ) y otros sectores de centroizquierda ligados a la reaccionaria Iglesia Católica.
El sindicalismo combativo sí estuvo jugado con todo a apoyar la lucha por el derecho al aborto. Por ejemplo, sindicatos como Cicop, AGD-UBA, Ademys y otros que votaban en las elecciones de la CTA Autónoma, convocaron paro y movilización para el 8 de agosto y estuvieron todo el día con carpas, banderas y cientos de trabajadores en el Congreso Nacional junto al movimiento de mujeres.
En ese marco la elección de la Multicolor fue muy buena en todos los lugares de trabajo donde somos referentes los dirigentes combativos que encabezamos la Lista 6. Ahí obtuvimos los mejores resultados, como en Ademys (93%), AGD-UBA (88%), ATE Ministerio de Economía (87%), ATE Hospital Garrahan (64%) y ATE y Asociación de Profesionales de CNEA del Centro Atómico Bariloche (88%). Se ganaron las seccionales de la CTA Autónoma en Lomas de Zamora (60%) y en Almirante Brown (73%). En otros lugares de trabajo importantes donde disputamos con la burocracia realizamos buenas elecciones, como en la Universidad de Luján (50%), ATE Indec (37%), ATE 3 de Febrero (36%) y CTA Córdoba Capital (20%).
Por primera vez desde que existen las elecciones “directas” en la CTA logramos unificar a todo el sindicalismo combativo y la izquierda en la Lista 6 Multicolor. Esta herramienta unitaria del sindicalismo combativo surgió al calor de las luchas contra el ajuste y los despidos de Macri y los gobernadores, pactados con el FMI. La Multicolor fue apoyada por un activismo sindical independiente que nos acompañó con su voto para fortalecer una nueva dirección de la CTA, antiburocrática, combativa, con independencia de clase y perspectiva de género.
La mesa nacional del sindicalismo combativo sacó una declaración, como había resuelto en el plenario de Lanús, impulsando la movilización del 8 de agosto, y sindicatos como Cicop, ATEN Neuquén, Ademys, Sutebas Multicolor y otros pararon ese día por el derecho al aborto. En contraste, la CGT declaró que las obras sociales no contaban con los recursos necesarios para atender interrupciones de embarazos y las CTA marcharon con la Iglesia Católica desde San Cayetano el 7A.
Los docentes de Adosac Santa Cruz están nuevamente en plan de lucha. Esta semana volvieron a parar 48 horas con movilizaciones en sus filiales. ¡Hace dos años que el gobierno de Alicia Kirchner les mantiene el salario congelado! Ya llevan perdido un 45% del poder adquisitivo y el salario está por debajo de la línea de pobreza. Además, están pagando en cuotas. A la cuestión salarial se suma la deficiencia de la infraestructura escolar, sin inversiones y con sistemáticos “accidentes” que, por ahora, no han causado consecuencias lamentables como en Moreno, pero que hay que corregir antes que ocurran.
Adosac reclama que Alicia Kirchner se siente a negociar, ya que desde abril no los ha citado a paritarias. Y esto ocurre en una provincia rica donde hay explotación de mineras, petróleo, gas y pescado. Y Alicia, como Macri, recorta las retenciones y aumenta las tarifas. Macri y Alicia se tiran las responsabilidades, pero los dos son cómplices en el ajuste.
Desde la Agrupación Naranja Docentes en Marcha, que dirige las filiales de Pico Truncado y San Julián, estamos impulsando la continuidad de las medidas de fuerza semanales y la exigencia a Ctera para que retome el plan de lucha nacional. Denunciamos que plata para educación hay, que aumenten retenciones a las multinacionales que actúan en la provincia, se quiten subsidios a escuelas privadas y se suspendan los pagos de la deuda externa para invertir en salarios y en las escuelas públicas.
Dujovne no pudo brindar “tranquilo” su conferencia de prensa. Los trabajadores del Ministerio de Hacienda encabezados por nuestro compañero y delegado general, Pablo Almeida, se movilizaron para denunciar el intento de imponer una paritaria de hambre de 12%, además de denunciar los despidos que se están dando en el organismo.
Con carteles que decían “25% de inflación, 12% de aumento que nos proponen: no es aumento, es recorte” obligaron al ministro a trasladar la conferencia de prensa del ministerio a la Casa de Gobierno.