Nosotros consideramos que Trotsky acertó en lo esencial de la Tesis de la Revolución Permanente, la teoría de la dinámica del triunfo la Revolución Socialista Internacional. O del retroceso, con la contrarrevolución imperialista.
Entre la mitad del siglo XX y comienzos del XXI hubo muchas revoluciones triunfantes que quedaron a mitad de camino. Que no expropiaron a la burguesía. Las llamamos revoluciones abortadas.
Fueron revoluciones frenadas por la crisis de la dirección revolucionaria y por la dirección burocrática soviética y china, que impidió que grandes revoluciones tuvieran una dinámica de avance permanente y fueran palancas para el triunfo de la revolución mundial […]
Por ejemplo, en Bolivia de 1952; Argelia de 1962; Portugal en 1975; Irán de 1978; la revolución de Nicaragua de 1979, del Salvador de 1980, entre otras.
En el siglo XXI, se dieron las enormes revoluciones árabes del norte de África y Medio Oriente, lo que se conoció como el proceso de la primavera árabe. Estas quedaron en el terreno de una revolución democrática, de caída de dictaduras, que se congela o es derrotada por las direcciones burguesas, pequeñoburguesas y obreras reformistas y burocráticas […]
Entonces, reconocer la existencia de estas revoluciones […] que por el control de los aparatos burocráticos y la crisis de la dirección revolucionaria, no avanzaron en una dinámica de la revolución permanente, interior y exterior, sino que fueron frenadas.
Negar estas revoluciones, como plantean los compañeros del PTS, es abandonar la intervención en esas revoluciones y abandonar así la pelea contra las direcciones traidoras que buscan frenar y abortar el triunfo de la revolución socialista en esos países […]
Los morenistas defendimos la lucha estratégica por las dos premisas que correctamente plantean las Tesis de la Permanente: el rol protagónico de la clase obrera en las revoluciones y la construcción de un partido marxista revolucionario. Para avanzar en el triunfo de la revolución socialista en el país y a nivel mundial¨ […]
Hoy sigue y seguirá habiendo revoluciones a pesar de la Crisis de Dirección Revolucionaria. Y si no se avanza en la superación de esta crisis, lo que avanzará serán las derrotas hacia las conquistas democráticas y sociales […]
Por eso es tan importante que todos los nuevos luchadores comprendan la importancia estratégica de construir los partidos obreros revolucionarios internacionalistas. De unir a los revolucionarios del mundo para que las revoluciones triunfen y se avance en la revolución socialista internacional.
El morenismo jamás apoyó a ninguno de esos gobiernos de Frente Popular ni capituló a las direcciones contrarrevolucionarias. Al contrario, buscó construir Partidos revolucionarios impulsando la movilización y organización de la clase obrera. Y con política para que esas revoluciones avancen hacia el Socialismo y hacia la Revolución socialista internacional... Así actuamos con la Brigada Simón Bolívar en Nicaragua en 1979. Y por eso el propio Frente Sandinista reconoció que esas fueron las causas por las que nos expulsaron de Nicaragua, después del triunfo de la revolución contra Somoza.
Y así actuamos hoy en Venezuela, sin capitular al chavismo ni al socialismo del siglo 21, sin ingresar al PSUV, e impulsando la movilización de la clase obrera, construyendo la corriente sindical autónoma C-CURA y el Partido Socialismo y Libertad.
Y también en Perú o Brasil, actuando dentro de partidos amplios como el FA y el PSOL, combatiendo la política de corrientes que plantean apoyar variantes frente populares. Nosotros defendiendo la independencia de clases y construyendo nuestros partidos revolucionarios internacionalistas. Nos extraña también las críticas del PTS al respecto, ya que ellos pidieron entrar al PSOL y tener candidatos en el Frente Amplio en Perú, táctica que hoy nos critican […]
En síntesis, Nahuel Moreno y nuestra corriente siempre hemos reivindicado y ratificado la concepción de Trotsky de la TRP […]
Por Taylor Rojas, dirigente de Uníos, sección de la UIT-CI en Perú
En la Conferencia Latinoamericana y de los Estados Unidos convocada por el FIT-Unidad de la Argentina se desarrolló un importante debate en torno de la estrategia sobre la construcción de partidos revolucionarios. ¿Podemos construirnos al margen de la realidad de los luchadores y las luchadoras? ¡Para nosotros, no! Así pues, a continuación, respondemos algunos interrogantes extraídos de esta polémica, planteada por el PO de la Argentina, el grupo Vilcapaza y la Corriente Socialista de los y las Trabajadoras, ligados al PTS de la Argentina y la Fracción Trotskista (FT).
Desde Uníos en el Frente Amplio (FA), consideramos que la estrategia a seguir sobre la construcción de partidos revolucionarios no se puede realizar de manera abstracta desde las oficinas de locales o a través de páginas web, sino más bien acompañando los procesos de movilización y reorganización de los trabajadores y del pueblo.
Nuestra participación en el Frente Amplio es consecuencia de la aplicación de una de las tantas tácticas de construcción que Trotsky elaboró, equivalente en Perú a las que el grupo CST/PTS de la FT usa en el Nuevo Partido Anticapitalista (NPA) francés, o la de nuestra participación junto a la CST de la UIT-CI en el PSOL de Brasil, aunque impugnan la aplicada en Perú, y que es fundamental para combatir el sectarismo que aísla a nuestras organizaciones del movimiento de masas, condenándolas a la marginalidad. Como toda táctica, tiene un objetivo que nos sirve para construir el partido revolucionario y la defensa de la independencia de clase, acompañando, codo a codo, la experiencia de quienes se suman a la lucha revolucionaria en la búsqueda de una alternativa.
El Frente Amplio, por su programa y composición, es una organización centrista, en contra del neoliberalismo, no clasista ni socialista revolucionaria. Por el momento, no tiene entre sus integrantes a burgueses en sus organismos, ni forma parte del gobierno (a diferencia del FA de Uruguay y de Chile, donde firmó el acuerdo de paz con Piñera). El Frente Amplio se forjó dentro del marco de las enormes luchas contra la minería y en defensa del medio ambiente. Agrupa a centenares de activistas y honestos luchadores de la vanguardia con quienes buscamos empalmar en la acción para construir el partido.
Esta vanguardia viene realizando una importante experiencia y expresa una importante ruptura con los partidos del régimen, e inclusive con la izquierda tradicional, reformista y burocrática como Patria Roja, PCP-Unidad, Ciudadanos por el Cambio y Fuerza Social, que rompieron en 2014 con el FA e impulsaron la candidatura de la actual procesada por corrupción, Susana Villarán, en Lima, y otras alianzas con sectores de centroderecha.
En la segunda ruptura, en octubre de 2016, Verónica Mendoza se fue del FA buscando recuperar alianzas con la vieja burocracia reformista y burocrática de la primera ruptura, para formar, así, Nuevo Perú. Además es público su alejamiento, a favor de la derecha, con el FA al defender a Kuczynski (PPK) de la vacancia presidencial presentada por el Congreso con el falso argumento del “mal menor”, en alusión a Keiko Fujimori. Esto profundizó sus posiciones oportunistas, que arrastraron también a ex trotskistas, como Tito Prado.
Dentro del FA sostenemos la independencia política y organizativa como un polo obrero y socialista. Desarrollamos una pelea permanente y frontal contra estas tendencias oportunistas, dentro y fuera del FA, tal como pueden ver en las ediciones de nuestro periódico Uníos 22, 23 y 24.
De esta manera, realizamos una importante campaña electoral dentro del FA en 2018 y 2019, que combinó con la trayectoria del compañero Enrique Fernández Chacón quien, mientras sectores de la izquierda corrían para refugiarse en el PSUV de Chávez o el PT de Lula y Dilma, sostiene cuarenta años de experiencia de lucha junto al movimiento obrero y la nueva vanguardia, lo que nos permitió tener un congresista trotskista dentro de la cueva de bandidos del Congreso peruano para rechazar la política del gobierno y el régimen político. Este es un importante paso para sostener la defensa de la independencia de clase en todos los frentes y acompañar las luchas concretas de la clase trabajadora y de los pueblos de Perú.
Desde esta perspectiva, nuestras posiciones se desarrollan con total independencia, buscando construir nuestra organización al calor de las luchas obreras y populares, de las mujeres y de la juventud. La construcción del partido revolucionario no solo es una teoría, es una acción permanente sobre las realidades del movimiento de masas, por lo tanto una ardua pelea contra las presiones del régimen sobre las organizaciones centristas y también una lucha frontal contra el sectarismo reinante en sectores de la izquierda revolucionaria. En ese camino construimos Uníos en el FA, utilizando las tácticas que son legítimas para todos los revolucionarios y no propiedad intelectual de alguna corriente en particular.
Este jueves 27 a las 13.30 se moviliza el Frente de Izquierda Unidad hacia la Cámara de Comercio de Estados Unidos en Argentina, Viamonte 1133 (esquina Cerrito) CABA, donde realizará un acto en el marco de una jornada internacional de protesta:
- Viva la lucha y la rebelión del pueblo de Estados Unidos. Justicia para George Floyd y Jacob Blake.
- Fuera el imperialismo de América Latina.
- Por el triunfo de la lucha obrera y popular contra el golpe en Bolivia.
- Ningún acuerdo con el FMI. No al pago de las deudas externas. Que la crisis la paguen los capitalistas.
Buenas tardes compañeros y compañeras. Es para mí un gusto participar en nombre de Izquierda Socialista y de la Unidad Internacional de los Trabajadores - Cuarta Internacional en este homenaje a León Trotsky.
Aquí todos coincidimos en que Trotsky fue el continuador de Marx, de Lenin, de la Revolución Socialista de 1917 en Rusia, de los cuatro primeros congresos de la Tercera Internacional y también coincidimos en la actualidad de su enorme legado.
En 1921/22 Lenin batallaba junto con Trotsky contra la incipiente burocracia en el estado obrero revolucionario. Su enfermedad y muerte dejó a Trotsky a la cabeza. La Unión Soviética había quedado aislada, las masas se iban recuperando lentamente de los sufrimientos de la guerra civil y esa batalla desgraciadamente la ganó la burocracia. Perdieron, o perdimos, los revolucionarios. Stalin prometió la utopía reaccionaria del socialismo en un solo país, aplastó el internacionalismo y la democracia obrera e impulsó la unidad con la burguesía y la coexistencia con el imperialismo.
Perseguido y calumniado, Trotsky supo definir correctamente a la Unión Soviética como un estado obrero burocratizado, degenerado. Llamó a una revolución política para echar a Stalin y los burócratas del partido y los soviets y restablecer la continuidad revolucionaria. Y alertó que si duraba el dominio burocrático volvería el capitalismo.
Combatió las concepciones reformistas de la Segunda y la Tercera Internacional , de la revolución en dos etapas, de los frentes populares y nos legó su teoría-programa de la revolución permanente e internacional. En 1938 exiliado y perseguido por el estalinismo fundó la Cuarta Internacional.
Acá, no sólo Izquierda Socialista sino todo el FIT-U, reivindicamos la vigencia actual del Programa de Transición, el fundacional. Hay partes que parecen escritas hoy. Cito casi textualmente: las fuerzas productivas se estancan, las mejoras técnicas no mejoran el nivel de vida de las masas, el desempleo y la miseria crecen, la alternativa es socialismo o catástrofe. Y da un diagnóstico central sobre el mundo: la crisis histórica de la humanidad es la crisis de su dirección revolucionaria.
En el FIT-U todos reivindicamos la actualidad de las tareas centrales que formula y resumo en cuatro puntos:
1. impulsar la movilización de los trabajadores y las masas contra el capitalismo imperialista y contra toda forma de explotación y opresión;
2. la lucha por la toma del poder político, la conquista de los gobiernos obreros revolucionarios, obreros y populares, apoyados en los soviets;
3. la construcción de los partidos revolucionarios para encabezar esas luchas, barriendo definitivamente la influencia en las masas de las direcciones burguesas y obreras burocráticas;
4, postular a la Cuarta Internacional y sus partidos como dirección para llevar al triunfo a la revolución socialista en cada país y en todo el mundo.
Este legado de Trotsky es el que nos convoca hoy, repudiando su asesinato por el agente de Stalin.
El crimen dejó a la Cuarta sin dirección en agosto de 1940. Tempranamente nuestro maestro Nahuel Moreno percibió que la experiencia y capacidad de Trotsky eran irreemplazables. Percibió la extrema debilidad en la dirección de la Cuarta Internacional, que había quedado un vacío de dirección y que se comenzaba a caer en el revisionismo oportunista.
El colosal triunfo de mayo del ‘45 de aplastar al nazismo que culminó la segunda guerra mundial con la caída de Hitler, dió lugar a un gran ascenso de las masas en todo el mundo. La nueva dirección de Pablo y Mandel comenzaron a responder mal. Moreno señalaba que se dieron hechos no previstos y muy ligados.
El primero el fortalecimiento de los partidos comunistas y el propio Stalin. Esto se daba a pesar de que en el ‘43 disolvieron la Tercera Internacional, que impidieron la toma del poder en Francia, en Italia y en Grecia, que pactaron con el imperialismo inglés y con el yanqui el reparto del mundo en esferas de influencia, la reconstrucción capitalista de Europa y se comprometieron a no expropiar.
Ese fortalecimiento se explica porque el Ejército Rojo fue el protagonista del aplastamiento del nazismo. Tomaron Berlín a pesar de la pésima conducción de la guerra por Stalin. Fue el heroísmo del pueblo ruso, que puso 20 millones de muertos. También fue importante el papel heroico de los comunistas en la resistencia antinazi en toda Europa ocupada.
El segundo hecho no previsto es que se amplió muchísimo la crisis de dirección ya planteada por el Programa de Transición.
En este contexto, la extrema debilidad fue dando lugar a respuestas revisionistas, oportunistas e incluso métodos burocráticos, desleales y tergiversaciones. Pablo y Mandel capitularon a los partidos comunistas-estalinistas y a las direcciones nacionalistas burguesas en un camino sin retorno que llevó a la crisis, división y dispersión de la Cuarta Internacional.
Veamos lo nuevo de aquella situación desde el asesinato de Trotsky. Antes de la guerra la dirección estalinista de la Tercera Internacional había provocado grandes derrotas, en la revolución obrera en China en el año 1925/27, ante el fascismo en Alemania y España. Por el contrario, lo nuevo del resultado de la guerra y la posguerra es que se empezaron a lograr triunfos a pesar de las direcciones stalinistas y nacionalistas pequeñoburguesa y burguesas.
Luego del aplastamiento del nazismo se expropió todo lo que fue Europa del Este. Pero más importante aún, triunfaron revoluciones en Yugoslavia, en China donde se expropió a la burguesía. Luego en Cuba. Fueron revoluciones socialistas encabezadas y dirigidas por burocracias stalinistas, y por la dirección pequeñoburguesa nacionalista de Castro, que no querían ese camino. Trotsky lo había barajado, como una “hipótesis improbable”, en el Programa de Transición. Por el contrario, Pablo y Mandel embellecieron a esas direcciones. Pisotearon el legado de Trotsky con una capitulación sin principios a Tito, a Mao, a Castro y a los partidos comunistas. Pablo y Mandel decían que si esas direcciones dirigen revoluciones triunfantes, son revolucionarios. Apoyaron a esos gobiernos de la burocracia y gobiernos burgueses nacionalistas como el de Ben Bella en Argelia desde 1962. Disolvieron durante 25 años al trotskismo europeo, del cual no quedó nada, en los partidos comunistas, prometiendo que los PC se volverían revolucionarios. Abandonaron la construcción de los partidos trotskistas. En Bolivia, en 1952, como ya se mencionó, traicionaron la revolución obrera apoyando al gobierno burgués de Paz Estenssoro, mientras surgía la Central Obrera Boliviana, y era codirigida por los trotskistas.
Mandel y la dirección del SWP yanqui capitularon al castrismo incluso cuando en julio de 1979 Fidel dijo que no había que hacer de Nicaragua una nueva Cuba. Y juntos también apoyaron al gobierno sandinista que gobernaba con la burguesa Violeta Chamorro cuando en agosto reprimieron a los trotskistas de la Brigada Simón Bolívar que combatieron contra Somoza.
Mandel sostuvo contra Moreno que no había peligro de restauración capitalista bajo la burocracia en los países donde se había expropiado y apoyó con entusiasmo a Gorbachov y su perestroika restauracionista mientras pactaba con Reagan.
Luego del fallecimiento de Mandel sus seguidores en Brasil siguieron definiendo al PT como el partido revolucionario y apoyaron al gobierno de Lula. Incluso le dieron el importante ministro de Tierras. En Venezuela, apoyaron al gobierno burgués de Chávez y el falso socialismo del Siglo XXI, a Syriza en Grecia.
Este curso revisionista y oportunista es lo que provocó esa extrema debilidad, dispersión, crisis y división del movimiento trotskista. Y todo se hizo recitando el Programa de Transición, pero abandonando la construcción de los partidos revolucionarios trotskistas y liquidando a la Cuarta Internacional como dirección alternativa, más allá de su existencia formal.
El rechazo al oportunismo dio lugar también a una respuesta sectaria que negó por décadas las revoluciones socialistas que se produjeron con las expropiaciones, con Mao o Fidel a la cabeza.
En el FIT-U no sólo Izquierda Socialista reivindica la larga trayectoria de Moreno contra el revisionismo sin principios y construyendo partidos trotskistas. Pero no es el centro hoy estas polémicas que llevan décadas. Prácticamente todo se puede leer y estudiar textos originales en la página web nahuelmoreno.org.
Hoy lo que nos convoca es este homenaje. Desde Izquierda Socialista proponemos que nos sirva para comenzar a dar pasos concretos que apunten a la difícil tarea de la reconstrucción de la Cuarta Internacional, a la difícil tarea de construir partidos leninistas de combate con centralismo democrático e internacionalistas.
En el mundo hay luchas, rebeliones, revoluciones: Líbano, Chile, Estados Unidos, Bielorrusia; obreros y obreras, se movilizan mujeres, jóvenes. La crisis capitalista se agudiza día a día, fogoneando la rebelión de las masas. El gran obstáculo hoy siguen siendo las direcciones traidoras como Lula y el PT, el chavismo, el peronismo, Podemos, Evo Morales y un largo etcétera.
La vigencia actual del legado de Trotsky nos da bases sólidas para intervenir en esas luchas. Hay trotskistas en infinidad de países, también hay miles de activistas y luchadores, vanguardias juveniles, con los cuales empalmar, avanzar juntos, sin miedo, con audacia y abiertos a nuevas experiencias.
Pero me quiero referir, antes de presentar nuestra propuesta, a unas palabras del compañero Bodart del MST que usó la frase "unir a los revolucionarios". Pero no nos engañemos, no se trata de audacia o de un partido grande o chico, más madre o más padre o tutor. El problema es si tenemos o no una política correcta. Los compañeros encabezados por Bodart se fueron de la UIT-CI, dividieron la UIT-CI, para apoyar al chavismo. No son nuevas experiencias o modelos, es el viejo vicio del oportunismo sin principios, de apoyar gobiernos burgueses, como el de Chávez, del doble discurso, del falso socialismo del Siglo XXI, de la boliburguesía y de la entrega del petróleo a las multinacionales extranjeras.
Reiteramos la propuesta que ya hicimos en la conferencia latinoamericana, de unir a los revolucionarios.
Primero, coordinar campañas comunes. Ya se refirió el compañero Santos (PO) a lo de la próxima semana, de repudio al racismo y a Trump, el apoyo al pueblo palestino contra el estado genocida de Israel, contra las dos pandemias, contra la destrucción ambiental.
Segundo, impulsar donde haya condiciones experiencias como la del FIT-U en Argentina.
Tercero, dar pasos concretos hacia una coordinación nacional e internacional en el camino difícil, pero muy necesario, hacia la reconstrucción de la Cuarta Internacional en base a un programa revolucionario.
El desafío no es fácil pero se trata de ponerle voluntad para avanzar en el mandato de Trotsky, superar la crisis de dirección revolucionaria para encabezar el triunfo del socialismo en el mundo. Ese será nuestro mejor homenaje. Muchas gracias.
Buenas tardes
Yo quiero en estos minutos brevemente reivindicar la actualidad de la Tesis de la Revolución Permanente y lo que los morenistas hemos llamado las revoluciones abortadas.
Nosotros consideramos que, más allá de algún error de pronósticos, Trotski acertó en lo esencial de la Tesis de la Revolución Permanente.
Porque es la teoría que se opone a la teoría stalinista del “Socialismo en un solo país”, de “la Revolución por Etapas”, de la “Coexistencia Pacífica con el imperialismo”.
Es la teoría de la dinámica del triunfo la Revolución Socialista Internacional.
O del retroceso, con la contra revolución imperialista.
Entre la mitad del siglo XX y comienzos del XXI hubo muchas revoluciones triunfantes que quedaron a mitad de camino. Que no expropiaron a la burguesía. Las llamamos revoluciones abortadas.
Fueron revoluciones frenadas por la crisis de la dirección revolucionaria y por la dirección burocrática soviética y china, que impidió que grandes revoluciones tuvieran una dinámica de avance permanente y fueran palancas para el triunfo de la revolución mundial.
Por ejemplo, en Bolivia de 1952; Argelia de 1962; Portugal en 1975; Irán de 1978; la revolución de Nicaragua de 1979, del Salvador de 1980, entre otras.
En el siglo XXI, se dieron las enormes revoluciones árabes del norte de África y Medio Oriente, lo que se conoció como el proceso de la primavera árabe. Estas quedaron en el terreno de una revolución democrática, de caída de dictaduras, que se congela o es derrotada por las direcciones burguesas, pequeñoburguesas y obreras reformistas y burocráticas.
Entonces, reconocer la existencia de estas revoluciones, no es ser “etapistas”, sino que es reconocer que hubo grandes revoluciones, qué por el control de los aparatos burocráticos y la crisis de la dirección revolucionaria, no avanzaron en una dinámica de la revolución permanente, interior y exterior, sino que fueron frenadas.
Negar estas revoluciones, como plantean los compañeros del PTS es abandonar la intervención en esas revoluciones y abandonar así la pelea contra las direcciones traidoras que buscan frenar y abortar el triunfo de la revolución socialista en esos países.
Los morenistas defendimos la lucha estratégica por las dos premisas que correctamente plantean las Tesis de la RP: el rol protagónico de la clase obrera en las revoluciones y la construcción de un partido marxista revolucionario. Para avanzar en el triunfo de la revolución socialista en el país y a nivel mundial.
Hoy sigue y seguirá habiendo revoluciones a pesar de la Crisis de Dirección Revolucionaria. Y si no se avanza en la superación de esta crisis, lo que avanzará serán las derrotas hacia las conquistas democráticas y sociales.
Por eso es tan importantes que todos los nuevos luchadores comprendan la importancia estratégica de construir los partidos obreros revolucionarios internacionalistas. De unir a los revolucionarios del mundo para que las revoluciones triunfen y se avance en la revolución socialista internacional.
Moreno y nuestra corriente hemos sostenido siempre que la revolución de octubre sigue vigente, y por eso es imprescindible la movilización de la clase obrera y las masas y la construcción del partido revolucionario que las dirija.
El morenismo jamás apoyó a ninguno de esos gobiernos ni capituló a las direcciones Contrarrevolucionarias, abandonando la construcción del Partido bolchevique en esos países.
Al contrario, buscó construir Partidos revolucionarios impulsando la movilización y organización de la clase obrera. Y con política para que esas revoluciones avancen hacia el Socialismo y hacia la Revolución socialista internacional. ¡Esto no tiene nada que ver con alguna teoría etapista!
Así actuamos con la Brigada Simón Bolivar en Nicaragua en 1979. Y por eso el propio Frente Sandinista reconoció que esas fueron las causas por las que nos expulsaron de Nicaragua, después del triunfo de la revolución contra Somoza.
(El comandante sandinista Tomas Borge, reconoció esto al decir que el FSLN tuvo que “disolver” a la brigada porque “adoptaron posiciones de ultraizquierda y de indisciplina que estaban creando problemas a la revolución sandinista”).
(Lo que realmente les molestaba era que organizábamos a los trabajadores y construíamos el partido revolucionario de la cuarta internacional)
Y así actuamos hoy en Venezuela, sin capitular al chavismo ni al socialismo del siglo 21, sin ingresar al PSUV, e impulsando la movilización de la clase obrera, construyendo la corriente sindical autónoma C-CURA y el Partido Socialismo y Libertad.
Y también en Perú o Brasil, actuando dentro de partidos amplios como el FA y el PSOL, combatiendo la política de corrientes que plantean apoyar variantes frente populares. Nosotros defendiendo la independencia de clases y construyendo nuestros partidos revolucionarios internacionalistas. Nos extraña también las críticas del PTS al respecto, ya que ellos pidieron entrar al PSOL y tener candidatos en el Frente Amplio en Perú, táctica que hoy nos critican.
En síntesis, Nahuel Moreno y nuestra corriente siempre hemos reivindicado y ratificado la concepción de Trotsky de la TRP
Para luchar contra toda política etapista y capituladora a los gobiernos burgueses de cualquier tipo, en especial contra los gobiernos de frente popular.
Impulsando la construcción de partidos revolucionarios contra todos los aparatos, unir a los revolucionarios para disputar la dirección y encabezar a los trabajadores y las masas hacia el triunfo de la revolución socialista.
Más de una vez hemos señalado la mala costumbre de tergiversar posiciones y sacar citas de contexto, para nunca hacer un debate claro. No sólo nosotros se lo decimos a los compañeros del PTS. Por eso voy a decir: nunca Nahuel Moreno capituló al castrismo, fue prácticamente el único que planteó la defensa de Cuba y al mismo tiempo críticas tremendas a Fidel y al Che. No en la década del 80, sino en el 1961/62, al calor de los balazos y de los fracasos de los grupos foquistas y castristas. Lean el folleto de Moreno La revolución latinoamericana [1962][1]; por supuesto tiene varias citas exageradas o equivocadas, pero eso lo dice el propio Moreno en el prólogo del folleto del año 1962.
Le digo al compañero Matías Maiello, dirigente del PTS: el folleto Dos métodos frente a la revolución latinoamericana[2] es una crítica despiadada del año 1964 al Che Guevara, nuestro héroe y mártir. Pido que lo lean. Había que animarse en el 1962/63. Está todo en la página [nahuelmoreno.org]. Maiello se espanta de que Moreno escribió que Fidel que era un genio revolucionario. Fenómeno, no era ni un genio, ni un revolucionario, era un boludo. Ahora, le pido a Maiello que cite y divulgue todo lo demás que está escrito, documentado, donde dice que la política del castrismo, de Fidel y el Che, está llevando de fracaso en fracaso a la vanguardia latinoamericana porque son una dirección pequeñoburguesa, irresponsable y aventurera. Está todo escrito.
Moreno nunca fue guerrillerista, Palabra Obrera se dividió por eso. Bengoechea, el íntimo amigo de Moreno se sumó al castrismo. Era una presión tremenda a la que resistió Moreno y sus seguidores. Lean Perú: dos estrategias[3]. Hugo Blanco y Moreno impulsaban la toma de tierras y la sindicalización campesina en Perú. Mientras, un grupo de compañeros nuestros, foquistas, se dedicó a asaltar dos bancos influidos por el castrismo.
Yo dije Moreno nunca fue guerrillerista. Perdón, está escrito por él, que sí lo fue durante 3 meses en 1967, por seguir instrucciones de Mandel y Livio Maitán, que se habían entrevistado con Fidel. Moreno se autocriticó por escrito de esos tres meses[4]. Lean a Moreno, en el 1965 le aconsejaba a González Moscoso, el boliviano mandelista, que no se implicara con la guerrilla.
Entonces, nunca los compañeros del PTS entraron en el debate leal, para avanzar, sobre qué pasó con el texto escrito de las tesis de la revolución permanente de 1927 y la realidad de la posguerra. Mandel toda la vida pisoteó al trotskismo jurando con que se cumplía textual el texto de las “Tesis sobre la revolución permanente” de 1927. Entonces son discusiones importantes que Moreno empezó a plantear desde las décadas del 50 y 60.
Una vez más les decimos a los compañeros del PTS que tergiversan todas las posiciones de Moreno sobre revoluciones democráticas, sobre las revoluciones del siglo XX y, de hecho, sobre los propios textos de Trotsky, que él mismo nunca hizo de nada un dogma. Hagamos un seminario sobre los textos escritos de las tesis de 1927. Nunca nos plantean nada sobre nuestras críticas a ustedes, que igual que Mandel, circunscriben la teoría de la revolución permanente a los países atrasados, cuando Trotsky en el 1927 le dió una amplitud muy superior diciendo que era la concepción de la revolución permanente y socialista mundial, superando lo circunscripto a Rusia de 1905.
Entonces, son todas esas cosas que hay que discutir con los textos de conjunto. Lo de tergiversar citas y hacer falsos debates ya lo soportaban nuestros maestros en el siglo XIX. Como jugar con las palabras táctica y estrategia. Esto le digo al compañero Chechi (MST). Disculpenme, no es táctico estar en un partido de gobierno burgués durante años y nunca haberse ido incluso cuando asumió Maduro, porque seguían apoyando al gobierno venezolano. Entonces, los juegos de palabras, las citas tergiversadas y las frases altisonantes, no rinden frutos positivos.
El compañero Castillo (PTS), nos sigue insistiendo con que estaría mal pertenecer o estar en partidos amplios de izquierda con tendencias. Los compañeros franceses del PTS están desde hace años en el NPA, mientras el NPA apoyaba a Chávez, a Syriza. Castillo hoy dijo, y redobló la apuesta, que están en el NPA “para dar la batalla por transformarlo en un partido revolucionario”. Compañero Castillo, en el NPA la mayoría, son mandelistas y serán mandelistas, nunca van a ser revolucionarios. Entonces, nosotros en el PSOL o si estuviéramos en el NPA, no estamos para transformarlo en un partido revolucionario. Estamos porque es una oportunidad para construirnos con nuestro propio periódico, nuestra militancia disciplinada, nuestros propios candidatos y siempre peleando con políticas correctas. No se hagan ilusiones en que en algún momento el NPA se va a transformar en un partido revolucionario. Y una pequeña aclaración, es que los compañeros del PTS y su organización en Perú, según me dijeron, pidieron candidatos dentro del Frente Amplio. Ahora, hubieran sido los candidatos del Frente Amplio. Son esas cosas que tenemos que tratar de ir avanzando, discutiendo, precisando.
Entonces, vuelvo a la propuesta de los tres puntos. La propuesta de unir a los revolucionarios, coordinar campañas comunes e impulsar experiencias del FITU en otros países, donde haya condiciones. Incluso podría decir, mejorar a fondo el funcionamiento del FITU acá en nuestro propio país, que no se hagan listas sindicales divisionistas, críticas divisionistas o actividades divisionistas ante lo que se plantea, se pacta, se discute y se resuelve en común en el FITU. El propio FITU es un desafío para conservarlo y hacerlo crecer.
Por último, dar pasos hacia la coordinación nacional e internacional para ver si podemos, entre todos, elaborar un programa revolucionario; no serían sólo dos puntos, pero son unos pocos puntos básicos, centrales que son los que orientan la lucha de los revolucionarios hace más de un siglo y medio. Con el objetivo preciso de proponernos la reconstrucción de la Cuarta Internacional.
Y como les decía antes, ese será el mejor homenaje que le podamos hacer a León Trotsky, el gran revolucionario.
Muchas gracias.
[1] Ver nahuelmoreno.org y también El trotskismo y el debate en torno a la lucha armada, por Martín Mangiantini, publicado Cehus, 2018, que lo reproduce como anexo.
[2] Ver nahuelmoreno.org y también Polémica con Guevara, publicado por Cehus, 2017.
[3] Ver nahuelmoreno.org y también Perú: dos estrategias, publicado por Cehus, 2015.
[4] Ver El partido y la revolución – Polémica con Ernest Mandel, capítulo I, subpuntos “El porqué de nuestro ‘guerrillerismo’” y “Cuba, la OLAS y la guerra civil continental”, en nahuelmoreno.org, y la publicación de El Socialista, 2013. En esta edición en papel ver pág. 118 a 122.
Charla-debate completa
Escribe: Silvia Santos, Dirigente UIT-CI
Este texto que hoy compartimos, se apoya en las elaboraciones de Nahuel Moreno, dirigente del trotskismo latinoamericano y mundial, contenidas en el libro “China de la Revolución a la restauración capitalista” (junto a otros autores) y en polémicas con la dirección de la IV Internacional, SU.(1)
La mayoría de las y los jóvenes luchadoras y luchadores que se acercan a la militancia revolucionaria poco conocen del fenómeno de la revolución cultural china, un hecho ocurrido hace 54 años. Las imágenes más simbólicas que guardamos de aquel proceso, son los miles o millones de jóvenes manifestando con el “libro rojo de Mao” en sus manos, que contenía las citas y discursos del líder.
Este movimiento, que llamó la atención de la vanguardia mundial tuvo más de una interpretación. Para algunos, fue una genuina manifestación de una nueva democracia surgida desde abajo. Para otros, por el contrario, expresaba una lucha feroz entre dos sectores de la burocracia. Nuestra corriente, encabezada por Nahuel Moreno, entendió que se trataba de una lucha inter burocrática. Uno de esos sectores, liderado por Mao Tsé Tung y Lin Piao apoyándose en la movilización de la juventud y en los trabajadores, encabezó lo que fue conocido como la Revolución Cultural.
La revolución china
El 1° de octubre de 1949, el Ejército Rojo entra a Pekín, derrotando al Kuomintang, partido de los terratenientes, la burguesía y los campesinos ricos, que contaba con el apoyo del imperialismo. Derrotado Chiang Kai-shek, sanguinario dictador y dirigente del Kuomintang, luego de una prolongada guerra de guerrillas, tomó el poder el Partido Comunista chino, dirigido por Mao que, a la cabeza del Ejército de Liberación Nacional, protagonizó una multitudinaria revolución agraria, teniendo como eje al campesinado.
El hecho de que ese gran proceso revolucionario haya sido protagonizado por el campesinado y por tanto con la ausencia de la democracia obrera, le imprimió al maoísmo un carácter burocrático. Sin embargo, a pesar de las limitaciones, una combinación entre el proceso objetivo interno y de la situación internacional generada en la pos guerra, empujó a la expropiación de la burguesía, a pesar de que esa tarea no hacia parte del programa del PC Chino.(1,1)
Para Mao, la revolución que estaba colocada en China era esencialmente anti feudal y antiimperialista, dirigida por un “bloque de cuatro clases”: proletariado, campesinos, pequeño burguesía urbana y burguesía nacional. A pesar de las diferencias con el estalinismo, el maoísmo, igual que la burocracia de la URSS, defendía alianzas con la burguesía nacional y el socialismo en un solo país. Es decir que el arrollador proceso de revolución agraria que llevaban adelante millones de campesinos, en un país que contaba por entonces con 700 millones de habitantes, debía detenerse en la tarea democrática de derribar la dictadura del Kuomintang.
Pero por más que Mao intentase mantener la revolución dentro del marco democrático, la lógica de la revolución agraria con millones de campesinos ocupando tierras, dio origen a un gobierno obrero y campesino. En ese sentido, Moreno señalaba la importancia del marco internacional. Nos recuerda que mientras la contrarrevolución estalinista se dio en los años de retroceso de las masas y triunfos contra revolucionarios, de 1923 a 1943, la revolución china se dio en la época que siguió a la segunda guerra mundial, acompañando el proceso de luchas anticoloniales triunfantes y de revoluciones que como la yugoeslava o la cubana, se dieron en forma independiente del aparato contra revolucionario de Moscú.
La revolución cultural
Es sólo en este marco que podremos comprender el significado de la revolución cultural. Fue una expresión del enfrentamiento que estalló entre las masas de jóvenes y trabajadores contra los aparatos burocráticos generando una crisis en el régimen, con cuestionamientos a la dirección. En ese escenario se abrió una lucha interburocrática. Para llevar adelante su pelea, Mao se apoya en la movilización de los jóvenes y alega que hay elementos capitalistas infiltrados en el gobierno. Con esa acusación, insiste en que los revisionistas debían ser derrotados a través de la lucha de clases.
La Juventud respondió al llamado de Mao formando grupos de la Guardia Roja en todo el país. El movimiento se extendió al ejército, a los trabajadores urbanos y al propio liderazgo del Partido Comunista. Ese proceso abrió una serie de luchas entre facciones, generalizadas en todos los ámbitos de la vida. En la cúpula, condujo a una purga masiva de altos funcionarios, en particular Liu Shaoqi y Deng Xiaoping. Durante el mismo período, el culto a la personalidad de Mao creció en proporciones gigantescas.
Comenzada en 1966, ya en enero de 1967 se había convertido en una movilización de masas en todo el país de tal magnitud que también comenzaba a involucrar sectores obreros urbanos. Fue entonces que Mao, viendo que el proceso se le podía escapar del control, en 1969 intenta dar por terminada la “Revolución Cultural” que le había permitido eliminar a sus enemigos y reafirmarse como líder de la Revolución. Sin embargo, el proceso se extendió hasta su muerte en setiembre de 1976. Con la muerte del líder, China tomó otro rumbo, se produjo el arresto de sus sucesores, conocida como la Banda de los Cuatro, entre los que estaba la mujer de Mao, Jiang Qing y la Revolución Cultural finalmente llegó a su fin.
A partir de ahí, comenzará un nuevo proceso donde los “reformistas”, dirigidos por el rehabilitado Deng Xiaoping comenzaron a desarmar el andamiaje sobre el que se había montado el maoísmo. En 1978 Deng se convierte en el nuevo líder a partir de lo cual comenzaría una fase de reformas y apertura económica. Una fase, que había sido iniciada por el propio Mao durante la visita de Richard Nixon a China en 1972. (2)
China, una dictadura capitalista
En el último trabajo escrito por Moreno sobre China en Correo Internacional N° 13, en 1985, reseña la derechización del régimen chino y el giro hacia la conciliación con el imperialismo yanqui iniciado por Mao en los años ’70. Con su sucesor Deng Xiaoping ese giro a la derecha se hará impetuoso y se producirá sin retorno la apertura al capitalismo.
En 2008, el trabajo de Miguel Sorans, (dirigente de la UIT-CI) retoma la evolución del proceso chino, camino hacia la restauración convirtiendo a China en una gran economía capitalista. Al revés que en Rusia, Alemania y el resto de los países de Europa del este, donde el movimiento de masas derribó a las dictaduras burocráticas, fue el aplastamiento de las movilizaciones de millones de jóvenes estudiantes y obreros, con la masacre de miles de jóvenes en mayo de 1989 en la Plaza Tiannamen, lo que explica que en China se hayan instalado 70 mil multinacionales, y se la consideró “la fábrica del mundo.”
El trabajo concluye con la caracterización del estado chino como capitalista y su régimen como una dictadura asentada en el Partido Comunista. Destaca también las innumerables luchas obreras y populares que se desenvuelven espontáneamente en todos los rincones de aquel inmenso país.
El futuro de China dependerá de la repercusión de la crisis económica mundial y de la actual pandemia del covid-19 en el país, y, fundamentalmente del desarrollo de la lucha de clases. Finalizamos este texto con un llamado a los revolucionarios del mundo, de apoyar las luchas de la clase obrera y la juventud China por sus reivindicaciones y a pronunciarnos por el fin de la dictadura capitalista china.
Notas.
(1 y 1,1)Los debates en la IV Internacional (SU) El triunfo de Mao y el avance hacia la expropiación de la burguesía al calor de la colosal revolución campesina abrió un debate en la IV Internacional. Deslumbrado por el éxito revolucionario, el sector expresado por Ernest Mandel y Livio Maitán sostuvo que “quienes encabezan revoluciones triunfantes son revolucionarios”. Minimizaba el carácter burocrático de la conducción de Mao y su política estalinista de unidad con la burguesía y de “socialismo en un solo país”. Capitulaba así ante el maoísmo, como capituló ante la dirección cubana y frente a cuanta dirección de procesos de lucha que poblaron el mundo.
(2)La relación China y Estados Unidos La primera visita de un presidente de Estados Unidos realizada por Richard Nixon en 1972 a la República Popular China, precedida por una visita secreta del Secretario de Estado Henry Kissinger, fue un hecho importantísimo para normalizar las relaciones entre Estados Unidos y la República Popular China. Para comprender el significado, Nixon declaró: “Fue una semana que cambió el mundo”. Así, queda evidente que Mao fue parte de la burocracia que impulsó la restauración capitalista, y no como creen algunos sectores de la izquierda, que fue con Deng Xiaoping que se inicia el proceso restauracionista.