Escribe Unidad Internacional de Trabajadoras y Trabajadores – Cuarta Internacional
14/08/2024. Luego de realizarse los Juegos Olímpicos en París, las delegaciones del mundo regresan a sus países. Pero, esto no es nada fácil para la delegación olímpica de Palestina, quienes regresan a un país ocupado, acechado y destrozado por el sistemático exterminio de Israel que ya lleva cerca de 40.000 personas asesinadas.
El 13 de agosto, el Presidente del Comité Olímpico Palestino, Jibril Rajub, fue detenido por las fuerzas de ocupación cuando buscaba llegar a su hogar en Cisjordania. Antes de ser liberado, le retuvieron su pasaporte y fue citado para comparecer ante los servicios de inteligencia israelíes en una clara acción persecutoria. “Esto es algo que se espera de una potencia ocupante que extermina a nuestro pueblo y busca desplazarlo, sin diferenciar entre una mujer, un niño o un anciano”, manifestó Rajub luego de afirmar que no comparecerá a la citación.
Jibril Rajub, dirigente de Fatah que durante su juventud pasó 17 años en prisión, viene denunciando sistemáticamente las violaciones a los derechos humanos de Israel ante las autoridades deportivas mundiales en busca de su expulsión de las competencias deportivas internacionales. En los últimos Juegos Olímpicos, Israel rechazó la Tregua adoptada por la ONU, viola la Carta Olímpica y desde el 7 de octubre lleva asesinado 400 atletas y destruido la totalidad de las instalaciones deportivas de la Franja de Gaza, como la propia sede olímpica palestina. El estadio Yarmouk fue trasformado por Israel en centro de detención e interrogatorio y las instalaciones de la federación de fútbol gazatí fueron destruidas.
Desde la Unidad Internacional de Trabajadoras y Trabajadores – Cuarta Internacional (UIT-CI) repudiamos la detención de Jibril Rajub, acompañamos su decisión de no comparecer ante la citación sionista y denunciamos las violaciones de los derechos humanos por parte de Israel. Llamamos a las delegaciones deportivas de cada país, a los clubes de futbol y a sus hinchadas a repudiar estas acciones persecutorias y a rodear de solidaridad al heroico pueblo palestino para llevar adelante una campaña mundial que expulse a Israel de las competencias deportivas internacionales como una expresión más de las rupturas de relaciones con el Estado genocida de Israel.
¡Basta de genocidio sionista en Gaza! ¡Fuera Israel de Palestina! ¡Viva la heroica resistencia palestina! ¡Del Río al Mar Palestina vencerá!
Unidad Internacional de Trabajadoras y Trabajadores – Cuarta Internacional
14 de agosto de 2024
Escribe Marcela Almeida, delegada gremial de la junta interna ATE Indec
El miércoles 7 de agosto se conoció el fallo condenatorio en el juicio contra el ex secretario de Comercio Guillermo Moreno por la manipulación de las estadísticas del Indec desde el año 2007.
Un poco de historia
Hace ya diecisiete años, en enero de 2007, se produjeron dos hechos que tuvieron consecuencias durante muchos de los años posteriores.
Por un lado, el gobierno peronista de Néstor Kirchner, a través de Guillermo Moreno decide empezar a falsear las estadísticas que tienen que ver con la inflación, el Índice de Precios al Consumidor (IPC). Una inflación de más del 2 % era inaceptable. Y, en vez de enfrentar de verdad a los grandes empresarios formadores de precios, decidieron cambiar el indicador que medía el Indec.
Por otro lado, las y los trabajadores nucleados en ATE-Indec, decidimos denunciar esta intromisión en un organismo técnico y contarle a la clase trabajadora y sectores populares la cantidad de consecuencias que iba a tener esta manipulación. El IPC sirve como referencia para actualizar los salarios en paritarias e, indirectamente, como insumo para las mediciones de pobreza, por ejemplo, entre otras cuestiones.
Organizados democráticamente en asambleas y nucleados en ATE, fuimos llevando adelante las denuncias públicas cada vez que se publicaba la inflación cada vez más manipulada, imponiendo que todos los meses había un “abrazo al Indec” de sus trabajadores y trabajadoras, defendiendo las estadísticas públicas como patrimonio de la clase trabajadora y del conjunto del pueblo trabajador.
La intervención de Moreno se vio sorprendida por la reacción de gran parte de las y los trabajadores y encaró una ofensiva a través de una patota más ligada a los barrabravas y a la burocracia sindical peronista que a los institutos de estadísticas. Además de los funcionarios y directores que se opusieron a la manipulación se instaló un clima de violencia, aprietes y persecución hacia las y los trabajadores que denunciaban mes a mes la falsificación de las cifras. Hubo despidos, amenazas y hasta violencia física.
Mientras tanto, desde ATE-Indec, nos rodeamos de la más amplia solidaridad de distintos sectores gremiales y políticos. Tuvimos que discutir con muchos de nuestros propios compañeros porque el peronismo kirchnerista había instalado una especie de finalidad “patriótica” en la falsificación de las cifras, decían que era para pagar menos deuda externa ya que había bonos atados a la inflación inventados por el mismo gobierno. Todo falso. Nos acusaban de ser cómplices de los bonistas, de hacerle el juego a la derecha y, pacientemente, explicamos con palabras y con acciones que lo nuestro era la defensa desde las y los estatales de nuestro trabajo y de estadísticas públicas confiables. Justamente quienes nos acusaban fueron los mismos que una vez que volvieron al gobierno peronista con Alberto Fernández en 2019 convalidaron y pagaron los exorbitantes incrementos de deuda externa contraídos por Caputo en el gobierno de Mauricio Macri.
Desde Izquierda Socialista/FIT Unidad, estuvimos desde el primer día en esta lucha que duró más de ocho años, siendo parte e impulsando todas las iniciativas. Integramos la Junta Interna de ATE-Indec y enfrentamos junto a centenares de trabajadoras y trabajadores colectivamente el hostigamiento de Moreno y su patota.
Con la lucha inclaudicable de años impusimos no solo el final de la manipulación de las estadísticas públicas, sino que también instalamos que las mismas constituyen una herramienta para el pueblo trabajador y como tal debían ser defendidas. Ninguno de los gobiernos posteriores se atrevió a echar mano de la manipulación para ocultar ni la inflación ni la pobreza ni ningún otro índice.
Llama la atención en ese sentido que el máximo responsable directo de la intervención del Indec, Guillermo Moreno, se postule como figura para la reorganización del peronismo y que sectores de dicho partido intenten levantarlo como una nueva figura emergente.
Moreno lejos de ser una figura “progresiva” que traiga soluciones a los problemas que hoy aquejan a las y los trabajadores es un dirigente peronista que jugó un rol nefasto en los gobiernos peronistas kirchneristas y que hoy se presenta como algo nuevo cuando no lo es.
Después de este fallo es muy importante remarcar el rol que juega la organización democrática de las y los trabajadores a la hora de defender nuestros derechos y los del pueblo trabajador. Y también recordar que estos personajes que ahora intentan reciclarse con apariciones mediáticas como Moreno no pueden traer nada bueno porque representa lo peor de los gobiernos peronistas de los últimos años.
La única salida real para las y los trabajadores son los cambios de fondo que proponemos desde el Frente de Izquierda que empiezan por romper con el FMI y que la plata que hoy se destina a pagar la deuda externa fraudulenta vaya a salario, trabajo, salud y educación. Seguiremos peleando en las calles y en cada sector de trabajo por esa perspectiva.
Desde el cuerpo de delegados y la comisión ejecutiva del ferrocarril Sarmiento en representación de las y los trabajadores queremos hacer público que se está llevando adelante una campaña por los medios de difusión de fácil acceso al público, como las redes sociales. Una campaña que postula a la privatización como salida al mal servicio.
Cuando en realidad sabemos que la desidia, la corrupción y las víctimas fatales de Once dejan bien en claro que la privatización ¡fracasó!.
Pero las y los trabajadores también somos tajantes afirmando que el mal servicio tiene responsables: La jefatura de Trenes Argentinos y las políticas del gobierno.
El accidente del Ferrocarril San Martín dejó en claro que urge invertir y resolver problemas gravísimos en las señales, las vías, y el material rodante.
Hoy se trabaja con un cronograma de menos trenes, pasajes más caros y un sistema de señales que es un verdadero rompecabezas de "alto riesgo". De hecho, al sistema a los sistemas ingleses de 1940 y al francés de 1980 se le suman los parches con tecnología Estadounidenses, Japoneses y Alemanes. Ahora quieren forzar el funcionamiento del agregado sistema chino, sistema que es incompatible con el resto. Esto lleva a las formaciones a tardar hasta 30 minutos más en sus recorridos.
La gente viaja mal, apretada y tarda mucho más para llegar a destino, los automovilistas y peatones llegan a estar hasta 45 minutos esperando en las barreras. Sabemos que el público no va a enfurecer y creer que la privatización es la salida con tanto maltrato. Pero claramente sabemos que no somos las y los trabajadores los responsables y que urge una solución de emergencia real y de fondo.
En este contexto las y los trabajadores exigimos que las direcciones nacionales de los gremios ferroviarios rechacen el plan motosierra del gobierno, con despidos, privatización y precarización laboral. Y propongan un plan de lucha de conjunto.
La salida no es la privatización, sino la reestatización de todos los ferrocarriles bajo el control de trabajadores y usuarios.
Escribe José Castillo, dirigente de Izquierda Socialista/FIT Unidad
Las primeras señales se conocieron el pasado viernes 2 de agosto, aunque el estallido sucedió el lunes 5. Se produjo una fuerte y feroz caída (un “crack”) de las bolsas de valores mundiales. Acciones, bonos de los estados, criptomonedas, precios de las denominadas commodities (como la soja) cotizaron a la baja. Varios interrogantes se abrieron: ¿por qué sucedió? ¿Estamos en la puerta de una nueva crisis aguda global, como la de 2008? Y, por sobre todo, ¿qué consecuencias tienen estas crisis para los pueblos trabajadores del mundo y para nuestro país en particular.
El lunes 5 de agosto se produjo un desplome histórico de la Bolsa de Tokio (el índice Nikkei), que cayó un 12,4%, el peor descenso desde 1987. Esto rápidamente rebotó hacia todas las bolsas del mundo: se hundió Wall Street, las europeas y también las latinoamericanas. En pocas horas, las cotizaciones en picada hicieron que se evaporaran dos billones de dólares de valores de capitalización bursátil. Que hasta ese momento figuraban en el capital de las grandes empresas o en los patrimonios de los multimillonarios del planeta. Surge un interrogante: ¿Existían previamente en realidad o era una pura sobrevaluación especulativa?
Es que el capitalismo imperialista mundial hace más de medio siglo que no funciona bien, ni siquiera en su propia lógica. Estamos inmersos en una crisis crónica, ya que el capital productivo genera menores ganancias que el especulativo (sea financiero, bursátil, etcétera). Por eso constantemente se generan burbujas especulativas, negocios parasitarios para unos pocos pulpos especuladores, que, más temprano que tarde, terminan explotando, dejando un tendal de perdedores. Claro que también sucede que estos “perdedores”, si son bancos o grandes empresas transnacionales terminan siendo rescatados (por la Reserva Federal en el caso yanqui o por los bancos centrales de Europa o Japón). A quien se quiere hacer pagar los platos rotos, siempre, es al pueblo trabajador por medio de feroces planes de ajuste.
El detonante japonés
El Banco de Japón el 31 de julio pasado subió la tasa de interés del 0% al 0,25% anual. La decisión de aumentar las tasas de interés fue consecuencia del aumento de la inflación, que pasó de ser negativa (-1%) en 2020 a superar el 4% anual. Parece un número menor, pero no lo es si observamos que hacía años que dicha tasa estaba congelada. La suba de la tasa de interés, liquidó un negocio especulativo que venían realizando los grandes capitalistas japoneses: endeudarse (recordemos que a tasa cero), para con ese dinero comprar en la bolsa yanqui acciones o bonos y embolsarse las ganancias de las altas cotizaciones norteamericanas. Ahora, con créditos más caros, ya no convenía seguir con esa bicicleta y los especuladores japoneses salieron rápidamente a desprenderse de esas acciones y bonos, provocando una caída en las cotizaciones. Claro que esas inversiones especulativas no estaban sólo en Wall Street, sino diseminadas por todas las bolsas del mundo, que así se hundieron el día lunes, incluyendo el índice Nikkei de la Bolsa de Tokio.
“La tormenta perfecta”: la coincidencia con las dudas sobre la economía yanqui
El capítulo “japonés” de esta historia coincidió con otro que estaba sucediendo al interior de los propios Estados Unidos. Se trata de una historia que viene desde 2008, ya que la recuperación de la economía yanqui fue lenta a posteriori de esa crisis. Millones que habían perdido sus empleos, cuando lograron reincorporarse al mundo del trabajo lo hicieron en puestos de peor calidad, más precarios, de medio tiempo (obligando a tener uno, dos y hasta tres trabajos) y con menores salarios. Eso generó en su momento el voto castigo a Obama en la elección de fines de 2016.
Durante los primeros años de Trump, la economía siguió igual. Luego llegó la pandemia y generó una recesión record. Si bien hubo una recuperación en 2021, decenas de miles que habían perdido sus empleos nuevamente solo consiguieron reinsertarse en peores condiciones y con salarios más bajos.
A ello se agregó la aparición de una inflación inédita desde la década del ´70, que pegó fuertemente sobre los salarios, deprimiéndolos más aún. Una parte importante de la derrota de Trump en las elecciones de fines de 2021, se explica por el repudio a esta situación económica y social.
El gobierno yanqui buscó bajar la inflación subiendo la tasa de interés de la Reserva Federal hasta 5,25%, y de esa manera, encareciendo el crédito. Esta política comenzó en los últimos años de Trump y se mantuvo durante todo el gobierno de Biden. Pegó sobre millones de familias trabajadoras, endeudadas de por vida pagando hipotecas u otros créditos, destinando a ello más de un tercio de sus salarios. Para peor, la inflación no descendió lo esperado, y continuó achicando los ingresos.
Mientras sucedía todo esto, se vivía una realidad totalmente distinta en los mercados bursátiles, financieros y especulativos yanquis, ya que subían las acciones y los bonos y el establishment financiero amasa fortunas. ¿Cuál era la realidad, la de los salarios deprimidos y las familias endeudadas o la de los millones amasados en Wall Street?
Una mirada más fina, nos permitía ver que lo del incremento de las cotizaciones bursátiles era un espejismo. En realidad lo único que crecía eran las cotizaciones de las llamadas “siete magníficas”: Nvidia, Tesla, Meta (Facebook), Alphabet (Google), Amazon, Microsoft y Apple, grandes corporaciones de las nuevas tecnologías. En el resto, las tasas de ganancia no se recuperaban y hay miles de empresas llamadas “zombies” (superendeudadas y que sólo sobreviven porque siguen obteniendo nuevos créditos).
Pero la realidad es que aún las propias “siete magníficas” también están sobrevaluadas, con cotizaciones muy por encima de los resultados de sus balances. Las señales marcaban serias posibilidades de que se estuviera incubando una nueva burbuja especulativa que, como las anteriores, terminara estallando.
La suma de las noticias de la suba de tasas en Japón coincidió la semana pasada con la publicación de nuevos datos de empleo en los Estados Unidos (aumentó del desempleo de dos décimas, situándose en el 4,3%) y ambas cosas unidas a que se conocieron algunos balances de las “siete magníficas” con resultados peores a los esperados, provocó la caída de la Bolsa. En los días siguientes, hasta ahora, las acciones, bonos e índices, sin seguir en un desplome tan fuerte, no se han recuperado.
La inteligencia artificial: ¿una nueva burbuja?
Veremos en las próximas semanas si estamos a las puertas de una nueva crisis aguda como la de 2008 (que terminó provocando quiebras en masas y una depresión planetaria generalizada) o esto es sólo un aviso. Pero la realidad es que cada vez se hace más claro que la economía yanqui no se ha recuperado nunca plenamente desde aquella crisis, y viene sobreviviendo por medio de la generación de burbujas especulativas.
Lo que ahora aparece es que todo el nuevo sector de la Inteligencia Artificial, que se lo vende como el eje de la nueva y mayor productividad del capitalismo del futuro, en la realidad del capitalismo imperialista de hoy lo que está haciendo es generar e inflar esta nueva burbuja que amenaza con estallar y provocar una crisis de proporciones.
Recordemos que las siete magníficas son la mayor expresión de lo que se conoce como “la economía del Silicon Valley”, que creció en las últimas décadas Pero ese sector supuestamente pujante de la economía yanqui no está exento de problemas. Sus cotizaciones registraron un descenso de 15% en estos días.
Varios factores intervienen en este colapso. Cada vez se sospecha más que la Inteligencia Artificial, y complementariamente la industria de fabricación de chips, han generado expectativas exageradas sobre sus futuras ganancias. En el último mes, Amazon, Apple, Meta y Nvidia publicaron resultados en sus balances que decepcionaron a los especuladores con esas acciones. Se empezó a desarmar la euforia de los inversores por los negocios en torno a la Inteligencia Artificial. Esto tiene un efecto inmediato en cadena para los fabricantes de microchips.
En síntesis, se desnuda la burbuja especulativa: las esperanzas puestas en la inteligencia artificial no se compadecen con la realidad. Las grandes tecnológicas no logran convencer a los especuladores de Wall Street de que la Inteligencia Artificial es el nuevo motor productivo de la economía global: “Las promesas de avances significativos en inteligencia artificial por parte de Amazon, Microsoft y Alphabet no han satisfecho a los inversores, que expresan su decepción con caídas en las acciones de estas empresas tecnológicas” (Washington Post, 3/8).
La conclusión es que, tal como viene sucediendo desde hace medio siglo, seguimos en medio de una crisis crónica de la economía imperialista. Las tasas de ganancia no se recuperan en los sectores productivos y las superganancias provienen centralmente de la especulación. En otras palabras, la inteligencia artificial está lejos de ser el pasaporte a una etapa de crecimiento del capitalismo.
Por eso lo que seguiremos viendo serán nuevos episodios de crisis como la que se abrieron esta semana. Lo que sigue, antes los billones de dólares perdidos, es que se tratará una vez más que sean los pueblos del mundo quienes lo paguen, por nuevos y más duros planes de ajuste. El camino, como siempre, será enfrentarlos con la lucha obrera y popular. Una vez más, el capitalismo demuestra que no ofrece ninguna salida, lo que nos obliga a luchar por gobiernos de las y los trabajadores y la izquierda, abriendo el camino hacia un mundo socialista.
Escribe Adolfo Santos, dirigente de Izquierda Socialista/FIT Unidad
Este 7 de agosto se produjo una importante movilización unitaria contra el super ajuste del gobierno ultraderechista de Milei y el FMI. Convocada por la CGT, las CTA, movimientos sociales y de derechos humanos, a lo que se sumó una columna independiente del sindicalismo combativo y los partidos de izquierda como PO, Izquierda Socialista y el MST. Se llenó la Plaza de Mayo reclamando por Trabajo, contra los Despidos, contra el Hambre, por mejores Salarios y Jubilaciones. Varias columnas concurrieron marchando desde San Cayetano, en Liniers. Ya en Plaza de Mayo, se leyó un documento común de los organizadores y luego se escucharon los discursos de la referenta de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, “Taty” Almeida; del secretario general de la CTA Autónoma, Hugo “Cachorro” Godoy, del de ATE Capital, Daniel Catalano; del premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel y de Alejandro Gramajo, titular de la UTEP.
La movilización volvió a demostrar, una vez más, la importancia de acciones contundentes, unitarias y masivas, tal como se habían sucedido hasta la tregua que le dio la CGT a Milei luego del paro del 9 de mayo.
El sindicalismo combativo y la izquierda conformaron una importante columna independiente, compuesta por el Sutna, la seccional Oeste de la Unión Ferroviaria, Ademys, AGD-UBA, ATE Mecon, Garrahan y otras comisiones internas y listas de oposición antiburocráticas, así como movimientos sociales combativos, organizaciones de jubilados y partidos de izquierda.
La columna independiente, del sindicalismo combativo, estuvo encabezada por las y los ferroviarios del Sarmiento, el Sutna y la comisión interna del Hospital Italiano
Las y los trabajadores, jóvenes, jubiladas y jubilados de la columna independiente expresaron las necesidades de todos los sectores, una situación que no se aguanta más. El aumento de los despidos y la pobreza no son estadísticas, son familias, compañeros, compañeras que día a día la pasan peor. Por eso se escucharon los cánticos que unitariamente reclamaron a la CGT-CTA que rompan la tregua y convoquen a un nuevo paro general y un plan de lucha para derrotar el plan motosierra de Milei y el FMI.
Además, con la misma fuerza que en Plaza de Mayo, finalizado ese acto, las y los docentes organizados en Ademys y el Suteba Multicolor, junto a otros referentes del sindicalismo combativo, como los del cuerpo de delegados del Sarmiento, también con Izquierda Socialista, realizamos un acto frente a la Casa de Neuquén para manifestar la solidaridad con la lucha de la docencia neuquina contra el ajuste del gobernador Figueroa.