Se nos presenta como un hecho consumado que la práctica del aborto debe ser prohibida, pero, en distintos lugares del mundo, esto no es así. En más de 100 países, que comprenden el 74% de la población mundial, el aborto es legal. En la mayor parte de Asia, Europa y América del Norte, por ejemplo. En gran medida, esto ha sido conquistado por las mujeres, incluso muchas veces al calor de las grandes revoluciones, como en la ex URSS (aunque Stalin lo prohibiera más adelante) o en Cuba.
En el resto del mundo, el aborto clandestino es una de las principales causas de muerte y discapacidad de mujeres en edad fértil. África (salvo Sudáfrica), América Latina (a excepción de Cuba y Puerto Rico), y muchos de los países árabes son, esencialmente, las regiones en el mundo donde no se encuentra legalizada la práctica.
Veamos algunos números: de los 210 millones de embarazos anuales, 80 millones son no planeados, es decir 2 de cada 5 embarazos. De los embarazos no planeados, 46 millones (58%) terminan interrumpiéndose, 19 millones de estos en países donde la intervención voluntaria del embarazo es ilegal. En América Latina se practican 3.700.000 abortos inseguros al año. El riesgo de muerte a causa del aborto inseguro es de 370 por cada 100.000 casos. El número de mujeres que mueren a causa del aborto anualmente es 68.000, lo que equivale al 13% de la mortalidad materna. En América Latina, el aborto inseguro es responsable del 17% de las muertes maternas.
Vale decir que la mayoría de estos datos son recogidos por organismos como la ONU, su Secretaría de la Mujer, la OIT o la OMS.
El acceso al aborto legal, seguro y gratuito, no es un problema moral o religioso o "de la vida privada" como quieren vendernos, sino que, además de ser un tema de salud pública, es parte de las luchas políticas del movimiento de mujeres y de los sectores populares en general y eso es lo que explica las desigualdades en relación a la conquista de este derecho. La segunda oleada feminista de la década del 60 dio grandes avances a este respecto en Europa, por ejemplo. Y, ante cada nuevo pico de la crisis capitalista, los gobiernos quieren arrasar con este derecho, como sucedió el año pasado en el Estado Español. Sin embargo, las mujeres, movilizadas de a cientos de miles, lograron hacer retroceder al PP y defender el derecho a decidir sobre sus cuerpos. Gran ejemplo a seguir para nosotras en Argentina.