Macri en baja
Distintas encuestas dan cuenta de la pérdida de popularidad del presidente. La mayoría de la población considera que su situación económica está mal y no espera mejoras en el futuro próximo. No es casual.
La economía nacional está en recesión y a pesar de ello la inflación sigue su curso. La construcción cayó un 23,1%, la industria el 7,8% y el consumo 8,1%. En estos meses se cerraron 6.500 comercios en todo el país. El empleo cayó en 14 provincias y el gobierno nacional va hacia una nueva “depuración del estado”: se vencen en estos meses nuevos contratos de trabajadores estatales, y Macri se prepara para dejar a miles de empleados públicos más en la calle. Mientras siguen las suspensiones, en especial en las automotrices.
Macri vino diciendo que hacía falta transitar un ajuste para que vinieran tiempos mejores. Pero el ajuste se viene profundizando y en el horizonte lo único que hay para los trabajadores y el pueblo son nubarrones, y un cielo diáfano para los grandes empresarios. Los mismos que se están reuniendo con el presidente en el denominado “Mini Davos” al servicio de seguir con el saqueo del país.
El gobierno promete una lluvia de inversiones que no aparece ni aparecerá, por la crisis capitalista mundial y la de Argentina: los famosos “capitales” están al servicio de los negocios capitalistas para un puñado de millonarios, multinacionales, bancos y grandes empresarios, no para abrir fábricas, dar empleo, trabajo genuino y salarios dignos.
El Indec dio la cifra oficial de la inflación de agosto, el 0,2%. El gobierno la usa para decir que no hay que reabrir ninguna paritaria, que hay que bancarse los salarios y jubilaciones miserables y prepararse para que los aumentos salariales el año que viene sean del 15 al 17%. Un nuevo robo que está pergeñando desde ahora, cuando la inflación anualizada a pesar de la baja circunstancial (porque no se aplicó el tarifazo en el gas fruto del fallo de la Corte o está congelado el del subte, por ejemplo, en el caso de Capital) alcanzará el 45%, mientras las paritarias se firmaron en el 30% promedio.
Aun así, el mes que viene volverán las subas: están previstas en la carne, lácteos y productos de limpieza, es decir, en la canasta básica de consumo masivo. Por eso la inflación real para el sector más humilde -que gasta la mayor parte de sus ingresos en alimentos y bebidas, rubros en los cuales los aumentos han sido superiores- es del 52%.
Todo esto está llevando a que la pobreza crezca. Asciende al 45% en los niños menores de 17 años, y en Salta volvieron a morir dos chicos por desnutrición, en la provincia del gobernador del PJ, Urtubey, uno de los que se propone para liderar al peronismo.
Está quedando claro para miles que Macri es un gobierno ajustador al servicio de los de arriba. Por eso se han beneficiado los exportadores, patronales del campo, se exime de impuesto a las megamineras y se subsidia a las petroleras. Y se está endeudando al país para cubrir el déficil fiscal, lo que implicará más pagos de deuda y subsidios millonarios a empresas del transporte, gasíferas y demás patronales negreras, no para implementar un plan de obras públicas que combata al desempleo.
Ante este panorama es importante ponerle freno al ajuste. Decir no al tarifazo, no a los despidos y reclamar un inmediato aumento de salario y de jubilaciones para hacer frente a la enorme carestía de vida.
Este miércoles hay paro de estatales de la provincia de Buenos Aires, paro de judiciales y de los profesionales de la Salud de Cicop. Estos últimos, además, paran por 48 horas la semana que viene. También siguen en conflicto docentes de varias provincias. El próximo viernes 16 se movilizan las dos CTA junto a sectores de la CGT como la Bancaria de Palazzo y movimientos sociales a la audiencia convocada en la Boca para repudiar el tarifazo del gas, lo mismo hará el Frente de Izquierda. El 29 de septiembre hay un nuevo paro nacional de ATE. Los trabajadores de OCA estuvieron de paro por el no cobro de sus haberes y los choferes de la línea 60 paran por la muerte de un operario, es decir, contra la desidia explotadora de las patronales apañadas por el gobierno.
Ante esto la CGT no ha definido aún ninguna medida de lucha. Viene tejiendo una larga tregua de hace varios meses dejando pasar el ajuste, los despidos y no unificando los reclamos por aumento de salario, dándole la espalda a las luchas. Pero el margen se le acorta.
El deterioro social, el ajuste ininterrumpido, la bronca ante las medidas antipopulares y luego de la Marcha Federal, el nuevo triunvirato “unificado” está corrido por los hechos. La CGT se devanea en reuniones con el PJ y distintos sectores sociales.
El próximo 23 de este mes, en su nuevo Confederal, dicen que decidirán los pasos a seguir.
Es necesario que se le ponga fecha a un paro general CGT-CTA cuanto antes, para frenar el ajuste en curso y lograr la reapertura de las paritarias, entre otras demandas urgentes.