Escribe MST, sección de la UIT-CI en Chile
El triunfo electoral de la ultraderecha y la derecha en las elecciones del domingo 16 de noviembre, arrasando en el Congreso y como gran favorita para ganar la segunda vuelta presidencial, han encendido las alarmas dentro y fuera del país. A seis años de una histórica rebelión popular, estos resultados parecen contradecir el profundo malestar social en el país de ese momento. Sin embargo, es la continuación de ese malestar la clave desde la que hay que leer los resultados en las urnas, y las posibilidades que se abren en un futuro próximo.
Un giro electoral categórico
Los resultados no dejan dudas del giro electoral hacia la derecha. El 85% del padrón acudió a las urnas, marcando una jornada con la más alta participación desde principios de los años ‘90. De estos 13,5 millones de votantes, sólo el 3,74% dejó en blanco o anuló su voto. El resto apoyó a una de las ocho candidaturas presidenciales que se presentaron en la papeleta. El 70,3% apoyo a alguno de los cuatro candidatos opositores (derecha) al actual gobierno de Boric, y el 29,97% a candidaturas de centro izquierda o izquierda.
En las derechas, el vencedor es el ultraderechista José Antonio Kast con 23,92% de los votos; desde la otra vereda la candidata comunista del gobierno de Boric, Jeannette Jara, avanzó con el 26,85% de los sufragios. En términos numéricos, resulta difícil remontar estos resultados para la segunda vuelta, contabilizando que la derecha y ultraderecha más dura (Kast, Kayser y Matthei) logran 51%, y una gran parte de la votación de Parisi irá hacia este mismo sector.
En las votaciones parlamentarias los resultados fueron igual de claros. Las derechas se hacen con el control total de la Cámara de Diputados y Diputadas, puesto que controlarán 90 de 155 escaños. Los pactos de derecha más el PDG ya tienen el 59% para aprobar las leyes simples, leyes orgánicas (78 votos) y reformas a la Constitución (89 votos). En el Senado, la derecha será mayoría, pero por un margen mucho menor. Por lo tanto, estamos ante el mayor triunfo electoral parlamentario en la historia de la derecha.
Descalabro del gobierno de Boric, y caída de la derecha tradicional
La jornada de votación expresó dos hechos de primera importancia en la política nacional. El primero es el descalabro de las listas del gobierno de Boric, que iban desde la ex Concertación hasta el Partido Comunista y el Frente Amplio. Los resultados presidenciales de su candidata se enmarcan en los peores desde el retorno a la democracia, puesto que ni siquiera pudo alcanzar el tercio histórico de votación para su sector. A nivel parlamentario el retroceso es brutal, quedando con apenas 41% de los escaños en la Cámara Baja (64 parlamentarios), sumidos en la completa irrelevancia para empujar o detener leyes.
Desde la otra vereda, la derecha tradicional que durante décadas dominó a la oposición e incluso gobernó en dos oportunidades desde la salida de la dictadura de Pinochet, obtuvo los peores resultados desde 1990. Su candidata presidencial, Evelyn Matthei, quedó en quinto lugar con apenas el 12,6% de los votos, y en términos parlamentarios quedaron atrás de las bancadas de la ultraderecha (34 escaños contra los 42 de la ultraderecha). De hecho, incluso por detrás de las bancadas del actual gobierno.
El avance de la ultraderecha se da producto de la masiva ruptura electoral con los partidos del gobierno de Boric, pero también con los de la derecha tradicional. Los viejos partidos que administraron el país hasta hoy son los grandes perdedores de la jornada, que marcó el impulso de una fuerza política que busca canalizar el descontento social hacia programas ultra neoliberales y conservadores.
Las razones de fondo que explican este giro electoral
¿Cómo se pudo canalizar el masivo descontento social de 2019 hacia la actual votación para la ultraderecha? No es una casualidad. Las razones que provocaron el estallido social, tales como la profunda desigualdad social, la corrupción de las instituciones del Estado, los desamparos ante problemáticas sociales siguen totalmente presente. Incluso muchas de ellas se han profundizado con los años.
El gobierno de Boric, como lo hicieron sus antecesores de la Concertación y la derecha tradicional, no sólo no dio ninguna respuesta a esos problemas, sino que se dedicó a administrar un modelo económico que obliga a millones de familias trabajadores a endeudarse para poder llegar a fin de mes, con derechos sociales casi totalmente privatizados. Todos los datos muestran que, a seis años del estallido, los trabajos son más precarios, la vida es más cara, y las dificultades diarias para “las personas de a pie” se multiplican.
Boric no sólo insistió en defender “la política de los acuerdos” de los gobiernos de los treinta años, sino que reivindico lo que hizo el gobierno de Piñera durante la rebelión popular tildándolo de “gran demócrata”, y vociferando que su propio gobierno tiene entre sus grandes triunfos “normalizar al país” de la violencia de las movilizaciones.
Apoyo la grosera campaña mediática de que Chile se hunde en una ola de delincuencia, totalmente orquestada por la derecha. Mientras las cifras de delitos reales son cientos de veces menores a las de la sensación de peligro que tienen las personas, utilizó ese temor para desviar la mirada de los problemas sociales más urgentes, aprobando junto a la derecha una batería de leyes represivas y de impunidad a Carabineros, llegando incluso a militarizar durante toda su administración al territorio Mapuche sosteniendo que era para terminar con “el terrorismo en el sur”.
La ultraderecha no sólo supo aprovechar el descontento social provocado por el gobierno de Boric y sus partidos, sino que se mostró como la opción más radical de una forma de gobernar que el mismo gobierno actual viene aplicando hace años. Sencillamente, Boric y la derecha tradicional allanaron el camino que hoy recorre tranquilamente Kast y sus huestes. El monstruo ultra conservador que se yergue en el horizonte próximo, fue creado en las fauces de un modelo económico y político podrido, defendido a ultranza por los partidos del gobierno y sus aliados de la derecha.
La contradictoria debilidad del nuevo gobierno
No es un secreto que los millones de votos que se volcaron contra el gobierno apoyando a la ultraderecha son la viva expresión de descontento social contenido. Mayoritariamente, están muy lejos de expresar giros sociales hacia programas ultra conservadores y ultra neoliberales. La historia del último gobierno de Piñera, que canalizó el odio a la ex Concertación, pero que dos años después fue víctima de ese mismo rencor social durante la rebelión popular de 2019, está demasiado cerca como para olvidarla. Kast lo sabe, todas y todos los políticos y empresarios del país lo saben… y lo dicen.
La coyuntura que abre el triunfo electoral de la ultraderecha no es un cheque en blanco. Las mismas necesidades sociales que empujaron la ruptura con el gobierno de Boric, no sólo no serán resueltas por Kast, sino que serán profundizadas por un recorte fiscal brutal en derechos sociales, sumado a los intentos por aumentar las ganancias empresariales liquidando derechos laborales y democráticos. Marcando una contradicción insalvable que hará de la “luna de miel” con el gobierno de Kast una cuenta regresiva desde el primer día.
A esto debemos sumar la debilidad profunda del actual bloque de partidos en el gobierno, y próxima oposición parlamentaria, rechazados masivamente en estas elecciones y que jugarán un rol absolutamente irrelevante en las cámaras del Congreso. Su capacidad de detener movilizaciones contra Kast para defender el régimen capitalista chileno no sólo es menor que ayer, sino que debe ser la más crítica desde hace más de treinta años.
A organizar la resistencia contra Kast desde los sindicatos y los territorios
La única oposición posible al nuevo gobierno de ultraderecha será desde las movilizaciones, y del nivel de organización dependerá cerrar el paso o no a los ataques de Kast. Los datos electorales del domingo 16 de noviembre son lo bastante claros como para entender que la urgencia en estas tareas no puede esperar un minuto más.
La oposición se medirá por cuantas organizaciones sociales, sindicales, ecologistas, territoriales y políticas entremos en un camino de unidad que nos permita coordinar luchas, y defendernos como un solo puño ante las arremetidas de la ultraderecha. Mientras antes se funde un frente nacional contra el nuevo gobierno, mientras más rápido propague esa oposición y la estimule, y cuanto antes logre un programa unitario, mayores serán las posibilidades de derrotar a Kast.
La lista Izquierda Ecologista Popular Animalista y Humanista, es una expresión clara de esa necesidad de unidad. Alcanzó casi 300 mil votos en las elecciones, y fue el único sector que de forma unitaria enfrentó las elecciones. No se trata de reproducir esta iniciativa, sino de asumir este camino abierto entre todas las fuerzas transformadoras que nos presentamos a elecciones, que luchamos en los sindicatos y territorios, para fortalecer una oposición amplia y coordinada, democrática y anticapitalista contra Kast, las derechas y la falsa izquierda del gobierno de Boric y sus partidos.
19/11/2025
Último momento
Al cierre de esta edición, las y los militantes del MST, sección chilena de la UIT-CI, realizaron un plenario en el que definieron el llamado a votar críticamente a Jeannette Jara en contra de la ultraderecha de Kast, Káiser y Mathei, mientras continúan profundizando la construcción de una alternativa política consecuentemente anticapitalista y unitaria para enfrentar al doble discurso y los pactos de Jara, el PC y sus aliados concertacionistas.

Escribe Miguel Lamas, dirigente de la Unidad Internacional de Trabajadoras y Trabajadores - Cuarta Internacional (UIT-CI)
Los ecuatorianos rechazaron con más del 60% de los votos las reformas constitucionales promovidas por el presidente Daniel Noboa en el referéndum celebrado el 16 de noviembre. Dicho referéndum incluía cuatro preguntas, y la más repudiada fue la autorización para el ingreso de bases militares norteamericanas.
Noboa buscaba que el electorado levantara la prohibición constitucional a la instalación de bases militares extranjeras en territorio ecuatoriano. También impulsó la convocatoria a una Asamblea Constituyente para dotar al país de una nueva Carta Magna, la reducción del número de asambleístas y la eliminación de la financiación estatal a los partidos políticos. Todas las propuestas recibieron una respuesta negativa del electorado.
Noboa es hijo de Álvaro Noboa, el hombre más rico de Ecuador, dueño de grandes extensiones de tierra y asociado a empresarios yanquis. Ganó las elecciones de noviembre de 2023 en medio de una profunda crisis política y del rechazo popular a los principales partidos. Asumió por un mandato excepcional de un año y medio y luego fue reelecto hasta 2029. Sin embargo, después de dos años de gobierno, enfrenta un repudio popular contundente.
La crisis económica, social y ambiental golpea gravemente al pueblo ecuatoriano. Por eso, en los últimos meses hubo grandes marchas populares, entre ellas movilizaciones encabezadas por organizaciones indígenas que denuncian la destrucción ambiental. Ese descontento se expresó ahora en las urnas, luego de semanas de protestas donde ya se veía el rechazo con afiches que decían “Fuera Noboa”.
En Ecuador, como en el conjunto de Latinoamérica, es cada vez más urgente construir una alternativa política del pueblo trabajador que enfrente a estos gobiernos capitalistas asociados al imperialismo, responsables de llevar a la miseria a las mayorías y de profundizar el saqueo de los países.
Sábado 29 a las 15 de Congreso a Plaza de Mayo
Escribe Unidad Internacional de Trabajadoras y Trabajadores – Cuarta Internacional
27/11/2025. Mientras Israel viola sistemáticamente el frágil alto el fuego y sostiene el genocidio en Gaza, el próximo 29 de noviembre se realizarán diversas acciones en apoyo a la lucha del pueblo palestino en distintas partes del mundo.
Esta nueva acción global por Palestina se realiza en recuerdo de la resolución 181 de ONU, con la que el imperialismo ejecutó la partición de Palestina en 1947 para entregar gran parte de su territorio a la ocupación israelí. Israel ha perpetrado distintas acciones militares y masacres contra el pueblo palestino, como la Nakba de 1948, con la que avanzó en su proceso de colonización con el que buscaba sustituir a la población originaria en base a la limpieza étnica.
78 años después de dicha resolución, el genocidio televisado sobre Gaza ha demostrado ante los ojos del mundo el fracaso de la resolución 181 y la posterior política de los dos estados impulsadas por el imperialismo y la ONU como los acuerdos de Oslo. La partición de Palestina solo ha favorecido a Israel, que no se ha detenido ni un segundo en su proyecto colonialista de la mano del imperialismo yaqui y europeo y la cobarde diplomacia de la ONU.
En los últimos dos años, el genocidio sobre Gaza y toda la palestina histórica ha dejado mas de 70.000 personas asesinadas, cientos de miles de heridos y 2.700 personas han sido asesinadas por las fuerzas de defensa de Israel en los puestos de distribución de alimentos.
La movilización mundial ha provocado un aislamiento sin precedentes de Netanyahu y el estado nazi-sionista de Israel. A pesar del genocidio perpetrado Israel no ha logrado triunfar ni militar ni políticamente en Gaza y la resistencia se reorganiza. Esta situación ha obligado a Donald Trump a impulsar un falso acuerdo de paz como un salvavidas para Netanyahu, en búsqueda de imponer una nueva colonización con el que puedan repartirse el territorio histórico de Palestina entre las potencias imperialista, con el aval cómplice de los gobiernos de los países árabes y la Autoridad Palestina.
Luego de 78 años de la resolución 181, el Consejo de Seguridad de la ONU vuelve a ratificarse como apéndice del plan colonialista de Israel y Trump, al aprobar –con la cobarde abstención de Rusia y China- la resolución 2803 (2025). Con ella, buscan blindar de impunidad a Netanyahu e Israel, imponer un nuevo gobierno de coalición imperialista sobre Gaza y legalizar la ocupación militar con la intervención de una Fuerza Internacional de Estabilización.
El genocidio ha despertado la rabia de los pueblos del mundo poniendo en marcha un creciente proceso de solidaridad internacional con el pueblo palestino. Desde los acampes estudiantiles en los Estados Unidos, pasando por las movilizaciones en diversas ciudades del mundo, las acciones de la Flotilla Global Sumud y las huelgas internacionalistas en el Estado Español e Italia; la movilización continua, porque el genocidio continúa.
Este 29 de noviembre se realizarán diversas acciones en una gran cantidad de países y ciudades del mundo. El apoyo a palestina se expresará en mítines, actos, festivales, grandes movilizaciones y también con huelgas obreras, como la que esta convocada por las centrales sindicales de Italia. Desde la Unidad Internacional de Trabajadoras y Trabajadores – Cuarta Internacional (UIT-CI) somos parte del movimiento mundial en apoyo a palestina y llamamos a todas las organizaciones democráticas, sindicales, políticas, de las mujeres y las disidencias y de la juventud a participar activamente de las acciones convocadas en cada uno de los países y exigir a cada uno de los gobiernos la anulación de todos los acuerdos económicos, políticos, militares, diplomáticos y de todo tipo con el Estado de Israel. Ganar las calles este próximo 29 es tarea fundamental de los pueblos del mundo para derrotar al genocida y nazi-sionista estado de Israel y terminar con el genocidio. Las movilizaciones repudiarán la nueva partición de Palestina que impulsa Donald Trump al mismo momento que ratificará que la movilización mundial hasta conquistar una Palestina única, laica, democrática y no racista desde el río hasta al mar.
Unidad Internacional de Trabajadoras y Trabajadores – Cuarta Internacional (UIT-CI)
25 de noviembre de 2025
Escribe Unidad Internacional de Trabajadoras y Trabajadores-Cuarta Internacional (UIT-CI)
22/11/2025. El pasado 17 de noviembre, el consejo de seguridad de la ONU aprobó la resolución 2803 (2025) con la que respalda íntegramente la “Declaración de Trump para la Paz y la Prosperidad Duraderas del 13 de octubre de 2025” y busca imponer sobre Gaza un gobierno dirigido desde Washington.
La resolución fue aprobada con 13 votos a favor de los miembros del Consejo de Seguridad y contó con la abstención de Rusia y de China, que cobardemente se negaron a utilizar su poder de veto, demostrando su rol cómplice con Trump y Netanyahu.
La resolución busca cerrar el circulo de impunidad que el conjunto de la diplomacia capitalista e imperialista le brinda a Israel, con el objetivo de salvar a Netanyahu ante el creciente aislamiento logrado con las las masivas movilizaciones en repudio al genocidio que recorren el mundo.
El consejo de seguridad de la ONU, junto al Imperialismo yanqui y europeo, los gobiernos árabes, y el traidor gobierno de Cisjordania en manos de Fatah, buscan validar un nuevo plan de colonización sobre Gaza para repartirse el conjunto del territorio histórico de Palestina entre las potencias mundiales e impedir la autodeterminación del pueblo palestino.
Un “mandato” imperialista para colonizar Palestina
La resolución busca imponer un nuevo gobierno sobre Gaza y bajo la forma de “Mandato” imperialista con la hipócrita denominación de “Junta de Paz”. Este nuevo gobierno tendría el objetivo de implementar “una administración de gobernanza transitoria, incluida la supervisión y el apoyo de un comité tecnocrático y apolítico palestino integrado por palestinos competentes de la Franja, impulsado por la Liga Árabe, que será responsable de las operaciones cotidianas de la administración pública de Gaza”.
A su vez se impulsa la instalación de una fuerza militar de ocupación a través de la “Fuerza Internacional de Estabilización (FIE) temporal en Gaza, la cual se desplegará bajo un mando unificado aceptable para la Junta, con fuerzas aportadas por los Estados participantes, en estrecha consulta y cooperación con la República Árabe de Egipto y el Estado de Israel, y utilizará todas las medidas necesarias para cumplir su mandato”. Esta fuerza militar colonialista, impuesta desde arriba en territorio gazatí, tiene como uno de sus objetivos, desarmar a la resistencia palestina y suplantar las fuerzas policiales internas y fronterizas por fuerzas imperialistas en acuerdo con las Fuerzas de Defensa de Israel para continuar el sometimiento sobre el pueblo palestino.
Con la imposición de un gobierno imperialista y la penetración de una fuerza militar de ocupación, la ONU retrocede más de 100 años en la historia para repetir el colonialismo instaurado después de la primera guerra mundial, cuando la Sociedad de Naciones le otorgó a Inglaterra el control de Palestina que luego sería entregado al sionismo para la creación del estado de Israel en 1948.
Desde su creación, el Estado de Israel no es más que un enclave imperialista que durante 77 años ha utilizado métodos nazis de exterminio y limpieza étnica sobre la población árabe en todo el territorio histórico de Palestina. Hoy, en pleno siglo XXI y ante una creciente movilización mundial contra el genocidio, el imperialismo a través de la resolución de la ONU, vuelve a bendecir a Israel para garantizar su impunidad genocida e impedir la autodeterminación del pueblo palestino.
El negocio de la reconstrucción de Gaza y la punta de lanza para una nueva ocupación
La resolución de la ONU no solo busca imponer un gobierno imperialista y una fuerza militar de ocupación, también impulsa una financiación internacional para las tareas políticas, militares y administrativas del nuevo gobierno, y el establecimiento de un fideicomiso y la financiación imperialista del Banco Mundial y otras instituciones financieras, pretendiendo encadenar el futuro del pueblo de Gaza a las instituciones imperialistas. De esta forma Trump y sus aliados buscan invertir en la región para llevar adelante un gran proyecto inmobiliario para hacer negocios con la destrucción.
Mientras Gaza fue destruida gracias al financiamiento de los Estados Unidos, que destinó a Israel 21.700 millones de dólares en los últimos dos años para ejecutar el genocidio, permitiendo a Netanyahu lanzar el equivalente a 8,5 bombas nucleares, destruyendo el 85% de la infraestructura civil de Gaza; el Consejo de seguridad de la ONU les facilita a los genocidas hacer negocios con la reconstrucción, adueñarse de las tierras y la infraestructura como una nueva forma de ocupación.
Un salvataje para Netanyahu ante la incapacidad de Israel para triunfar
A más de dos años de la agresión sionista sobre Gaza en la que Israel ha asesinado a más de 70.000 personas y herido a cientos de miles, Israel no ha logrado triunfar ni militar ni políticamente sobre Gaza ni ha derrotado a la resistencia. Israel ha fracasado en su nuevo intento de extender la ocupación, “destruir a Hamas” e imponer un gobierno aliado.
Luego de las falsas declaraciones de paz de Trump, las distintas facciones de la resistencia palestina (Hamas, FPLP, Yihad islámica, entre otras), han recuperado el control de un tercio de Gaza, en las zonas de donde se ha retirado el ejército israelí, garantizando la seguridad local, la limpieza de las calles y enfrentando a los clanes hostiles, como el clan Dughmush, que durante el último periodo ha sido financiado y armado por Israel para dividir a los palestinos e imponer un recambio político en Gaza.
Trump y Netanyahu no actúan solos en Palestina ni Medio Oriente. Cuentan con la complicidad del conjunto de la Unión Europea y de los países árabes y musulmanes que como Egipto, Qatar, Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudita, Turquía y el beneplácito de la Autoridad Palestina que desde Cisjordania se postula a ser el mejor sirviente del imperialismo e Israel para sustituir a Hamas, y gobernar Gaza en acuerdo con los enemigos históricos y recientes del pueblo palestino.
Ante la resolución aprobada en la ONU, las distintas facciones de la resistencia han rechazado el acuerdo y se niegan a desarmarse. Hamas calificó que el acuerdo facilita los objetivos perseguidos por la ocupación durante dos años sin éxito en el campo de batalla, y condenó cualquier mandato internacional sobre Gaza. La Yihad islámica rechazó el acuerdo que intenta confiscar el derecho a la autodeterminación y a resistir la ocupación, ambos garantizados por el derecho internacional.
Continuar la movilización mundial en apoyo a la resistencia hasta conquistar una Palestina libre del Río al Mar
Ante este nuevo ataque contra la autodeterminación del pueblo palestino que busca imponer una nueva colonización, se hace más urgente que nunca mantener la movilización internacional de los pueblos del mundo en apoyo a la resistencia del pueblo palestino, el rechazo al genocidio y la pelea por una Palestina libre del el río al mar.
Desde los acampes estudiantiles en los Estados Unidos, pasando por las grandes movilizaciones en las principales ciudades del mundo, las huelgas en Italia y el Estado español, así como las exitosas acciones internacionalistas llevadas a cabo por la Flotilla Global Sumud, la solidaridad de los pueblos del mundo se sigue expresando y debemos profundizarla.
En momentos en que Israel recibe un espaldarazo imperialista con esta resolución colonialista de la ONU, sigue violando sistemáticamente el frágil alto el fuego, asesinando a cientos de personas; mantiene a más de 9.000 prisioneros palestinos en sus cárceles, y extiende los ataques al sur del Líbano.
Este próximo 29 de noviembre se llevará a cabo una jornada global de solidaridad con el pueblo palestino. Desde la Unidad Internacional de Trabajadoras y Trabajadores-Cuarta Internacional, llamamos a ganar las calles, a organizar movilizaciones y huelgas, repudiando la colonialista resolución aprobada por el consejo de seguridad de la ONU, así como exigir a los gobiernos la inmediata ruptura de todas las relaciones económicas, políticas, militares, culturales y diplomáticas con el genocida estado de Israel.
Mientras en Gaza, Palestina y todo Medio Oriente, el invierno llega con toda su crudeza, debemos redoblar los esfuerzos para exigir la inmediata apertura de un corredor humanitario para garantizar el ingreso de los alimentos, agua, medicamentos e insumos. El próximo 29 de noviembre el grito de ¡Palestina libre del río al mar! deberá retumbar en cada rincón del mundo hasta derrotar el genocidio y conquistar la expulsión de todas las tropas israelíes y sus socios colonialistas, y sostener el apoyo a la resistencia en lucha por una Palestina única, libre, laica, democrática y no racista desde el río Jordán hasta el mar Mediterráneo.
22 de noviembre de 2025
Escribe Socialist Core, simpatizante de la UIT-CI en Estados Unidos
En una histórica elección, Zohran Mamdani, activista y militante de la organización de la izquierda reformista Democratic Socialists of America (DSA) se convirtió anoche en el alcalde más joven de Nueva York en los últimos cien años, con apenas 34 años de edad. Su triunfo, apuntalado por el voto joven, fue contundente con más de un millón de votos, el 50,4% de la votación, superando por amplio margen al ex gobernador demócrata Andrew Cuomo (41,6%), quien se postuló como independiente luego de perder las primarias demócratas con Mamdani, y al republicano Curtis Sliwa (7,1%).
En su discurso luego del anuncio del triunfo electoral, Mamdani citó al dirigente sindical y socialista Eugene Debs y al nacionalista indio Jawaharlal Nehru. Saludó a la clase trabajadora neoyorquina, particularmente a los de origen inmigrante, recordando que es una ciudad construida por inmigrantes que ahora será gobernada por un inmigrante. Se refirió a Cuomo como representante de una política al servicio de una minoría privilegiada y se distanció del cinismo de la política convencional estadounidense, augurando una nueva era política.
De cara a la gestión como alcalde que iniciará en enero de 2026, ratificó su promesa de hacer la ciudad más accesible para su gente, atacando el alto costo de la vida mediante medidas como el congelamiento de los alquileres, la provisión de autobuses gratuitos y el acceso universal a guarderías. Habló de contratar más maestros y reducir el gasto burocrático. También tuvo expresiones desafiantes contra la oligarquía y el autoritarismo, a los que asoció con el presidente Trump. Prometió atacar la evasión fiscal de los ricos como Trump y defender la sindicalización. Se reivindicó como socialista democrático y saludó el trabajo de más de cien mil voluntarios que participaron en su campaña. El apoyo sindical fue fundamental para su triunfo.
El triunfo de Mamdani es una importante derrota para la derecha y el sionismo. Mamdani superó la campaña de miedo que lo presentaba como un “comunista islámico”, a través de miles de mensajes coordinados, incluyendo videos realizados con Inteligencia Artificial y recursos similares. Mamdani superó la oposición de multimillonarios como Elon Musk, el ex alcalde Michael Bloomberg, el empresario sionista fanático Bill Ackman, y del propio presidente Trump, que llamó a votar a última hora por Cuomo.
Pese a la presión del establishment sionista del partido Demócrata, intentando presionar a Mamdani para que se retractara de su apoyo al pueblo palestino y su rechazo al apartheid sionista y el genocidio en Gaza, Mamdani se negó a condenar consignas como “desde el río hasta el mar, Palestina será libre” o “globalicemos la intifada”, y llegó a declarar que como alcalde ordenaría la detención de Netanyahu si visitara Nueva York.
El tema palestino ha generado una gran fractura entre la base demócrata, que rechaza mayoritariamente el genocidio sionista, y la dirigencia del partido Demócrata que apoya a Israel. Incluso liberales de izquierda como Bernie Sanders y Alexandria Ocasio Cortez han votado a favor del envío de armamento “defensivo” a Israel en pleno genocidio.
La comunidad judía de Nueva York es la más numerosa fuera de Israel, con más de dos millones de personas. Pese a la campaña que calumnió a Mamdani como “antisemita”, numerosos activistas judíos anti-sionistas participaron en su campaña y según una encuesta de CNN el 33% de los votantes judíos votaron por Mamdani, lo que representa un estruendoso fracaso para organizaciones sionistas como la ADL, que hicieron campaña contra Mamdani.
A partir del primero de enero, la Gran Manzana tendrá su primer alcalde mulsulmán. Mamdani logró derrotar a la dinastía familiar que representa al ex gobernador Cuomo y al sabotaje silencioso de la cúpula del partido Demócrata. Todo lo anterior no solo representa un cambio generacional sino además un avance de la centro izquierda en la polarizada política estadounidense, desplazando a la vieja guardia demócrata derechizada y con afinidad por los programas neoliberales. Trump ha amenazado con atacar la gestión de Mamdani, reteniendo recursos económicos e incluso militarizando la ciudad, por lo que la organización y movilización popular serán decisivos para enfrentar y derrotar las amenazas del presidente ultraderechista.
Mamdani se presenta como una figura política de renovación en el propio centro financiero del capitalismo yanqui. Su propuesta electoral movilizó a un gran segmento de la juventud y de la clase trabajadora al encarar los principales problemas sociales que aquejan a la ciudad: el elevado costo de vida, la falta de viviendas asequibles, los altos precios de la comida y el pésimo y caro servicio de transporte público.
Su victoria también es de alguna forma un reflejo del avance del movimiento pro-palestino, con sus acampadas y movilizaciones contra el genocidio, así como la resistencia y el rechazo a las deportaciones masivas y racistas de Trump. Durante la campaña, Cuomo lanzó reiterados ataques racistas y promovió la islamofobia, intentando desacreditar a Mamdani por su origen, pero fracasó.
El triunfo de Mamdani, quien abiertamente se declara socialista, es un hecho muy llamativo que demuestra que no hay un avance unilateral de la derecha trumpista en Estados Unidos, sino una creciente polarización. La mayor contradicción estará en que Mamdani desafía al establishment demócrata pero ha dado la batalla electoral desde esa organización, lo que contribuye a darle oxígeno a ese aparato que por décadas ha sido conocido como “el cementerio de los movimientos sociales”.
En un país donde la propaganda anticomunista y los discursos racistas anti-inmigrantes e islamófobos son el pan de cada día, y se usaron hasta la saturación en la campaña contra Mamdani, su abrumadora victoria representa un hecho insólito que podría impulsar el avance de propuestas democráticas, de izquierda y socialistas en otras partes del país. El desafío continúa siendo lograr canalizar ese ímpetu y entusiasmo juvenil y obrero hacia la construcción de una organización independiente de la izquierda y de la clase trabajadora, por fuera del establishment liberal del partido Demócrata.
Desde Socialist Core y la UIT-CI consideramos que sería un gran paso que DSA abandonara el Partido Demócrata para construir un gran partido independiente de izquierda y de la clase trabajadora. El triunfo de Mamdani y el prestigio de su figura sería un gran aporte en esa perspectiva.
Ahora se multiplicarán los esfuerzos en el Partido Demócrata y los capitalistas derrotados para lograr mediante negociaciones lo que no pudieron lograr en las elecciones, presionando a Mamdani para que deponga los aspectos más avanzados de su programa de reformas, como el financiamiento de programas sociales con impuestos a los ricos.
Desde antes de llegar a la alcaldía ya Mamdani ha ido suavizando sus posiciones políticas, abandonando, por ejemplo, la idea de reducir el presupuesto policial. Dependerá de la organización y la movilización popular no solo enfrentar las amenazas trumpistas de convertir a Nueva York en una ciudad sitiada, sino también evitar nuevas capitulaciones de Mamdani. Es muy importante acompañar a la juventud y a las y los trabajadores ante este gran desafío, sin dejar de señalar la necesidad de construir nuestra propia organización política para consolidar una auténtica estrategia de cambio político, económico y social, un partido independiente de la izquierda y la clase trabajadora.
5 de Noviembre de 2025