May 06, 2024 Last Updated 3:08 PM, May 3, 2024

Escribe Guido Poletti

Ante cualquier conflicto jurídico, la mayoría de la deuda externa argentina se decide en los tribunales de países imperialistas. Mayormente, en Nueva York que, como sabemos, siempre termina fallando a favor de los pulpos acreedores. 

En la actual renegociación de la deuda hay dos grupos de bonos. Y la realidad es que los que vienen de la época del peronismo kirchnerista (canjes 2005 y 2010) tienen condiciones más favorables para los acreedores que los que se emitieron durante la presidencia de Macri. 

Pasamos a explicarlo. Los bonos “kirchneristas” tienen una cláusula que establece que, en caso de renegociación, para que esta sea aprobada se requiere la aceptación del 85% del total de la deuda en cuestión y del 66% de cada bono a renegociar. Obviamente, como estos números son muy elevados, resulta fácil que uno o varios fondos buitres compren una parte de esos bonos y así impidan que se alcancen esos porcentajes. Esto los avala inmediatamente para “ir a juicio” en los tribunales de Nueva York y exigir el pago del ciento por ciento de la deuda más intereses punitorios.

Los bonos emitidos durante la presidencia de Macri establecen que, en caso de renegociación, bastará que el 66% del total y el 50% de cada bono acuerden una propuesta para que pase a ser aprobada. De hecho, el país deudor (la Argentina, en nuestro caso) está en mejores condiciones frente a los buitres en estos bonos que en los anteriores. Dejémoslo claro, en ambos casos se dirimen en los tribunales yanquis y en los dos las cartas legales están “marcadas” a favor de los buitres. Digamos simplemente que si los bonos emitidos por Macri son “Guatemala”, los de la era kirchnerista eran “Guatepeor”.

Todo esto ya estaba claro para los especialistas, pero ahora se hizo público masivamente a partir de una declaración firmada por Joseph Stiglitz junto a otros setenta economistas e intelectuales. El premio Nobel de Economía y amigo del ministro Guzmán, defendiendo la actual negociación, acusa a fondos como BlackRock de pretender “reemplazar las CAC -cláusulas de acción colectiva- con arreglos más antiguos, que podrían conducir  nuevamente a la depredación de los fondos buitres” (Proyect Syndicate, 9/7).

Sucede que esos “arreglos más antiguos” son los que habían negociado Néstor y Cristina Kirchner en 2005 y 2010. 

Es evidente entonces que no “nos habíamos desendeudado”, como decía el viejo doble discurso K. Ni tampoco “le habíamos doblado el brazo a los acreedores”. Tanto es así, que hasta las condiciones legales de dicha deuda terminaron resultando más favorables a los buitres que las de Macri.

Escribe Claudio Funes

En torno de las obras y servicios públicos hubo con Macri y con el peronismo kirchnerista una enorme corrupción. Empresas como Odebrecht de Brasil, Techint de Argentina, IBM de Estados Unidos, Shell de Gran Bretaña y Holanda y hasta empresarios, como Calcaterra o Báez, pagaron coimas a funcionarios del gobierno de turno para ganar licitaciones o directamente hacerse cargo de obras, yacimientos o servicios públicos.

Hay una larga lista de ex funcionarios y empresarios  corruptos que salieron de prisión. Roberto Baratta, mano derecha de Julio de Vido, y los ex dueños del Grupo Indalo, Cristóbal López y Fabián de Sousa, entre otros.

Las excarcelaciones del ex vicepresidente Amado Boudou y el ex ministro de Planificación Federal Julio de Vido y la posiblemente próxima de Lázaro Báez, por su significación política, son las más resonantes y las que han causado gran indignación entre el pueblo trabajador y los sectores populares.

El 6 de abril el Tribunal Oral Federal 4 resolvió otorgar prisión domiciliaria a Amado Boudou en medio de la emergencia sanitaria por el Covid-19.

Un mensaje del papa Francisco habría influido en la suerte de Boudou, dijeron fuentes judiciales. “En las cárceles donde hay superpoblación se corre el peligro de que esta pandemia termine en una grave calamidad –escribió el Papa en su cuenta de Twitter– #Oremos juntos por los responsables, por quienes deben tomar decisiones, para que encuentren un modo justo y creativo de resolver este problema” (Infobae 6/4/20).

Al ex compañero en la presidencia de Cristina Kirchner, durante el período 2011-2015 se lo condenó, por el caso Ciccone, a cinco años y diez meses de prisión por los delitos de cohecho pasivo y negociaciones incompatibles con la función pública, más multa e inhabilitación permanente para ejercer cargos públicos.

Hoy cumple prisión domiciliaria en un loft construido en el edificio de una antigua hilandería de Barracas, considerado patrimonio histórico de la ciudad de Buenos Aires. 

Con vista hacia una plaza interna con cascada y espejos de agua, el complejo cuenta con todos los servicios, gimnasio, pileta, sauna y seguridad las veinticuatro horas. También tiene una calle interna que permite el acceso hasta la puerta de cada loft en los tres niveles del edificio.

Pero Boudou no simplemente fue premiado con la prisión domiciliaria. Agradece, con el rosario bendecido que le regaló el Papa en sus manos, que el procurador del Tesoro, Carlos Zannini,  haya emitido un dictamen favorable para que pueda acceder a una pensión vitalicia, cercana a 400.000 pesos mensuales, por haber sido vicepresidente. Una burla más al pueblo trabajador y a los jubilados.

Julio de Vido, por su parte, fue condenado a cinco años y ocho meses de prisión por ser partícipe necesario del delito de fraude a la administración pública en el mantenimiento del servicio público de transporte ferroviario de pasajeros. Esto significa que para los jueces solo fue responsable por el mal uso de los recursos públicos que la empresa Trenes de Buenos Aires (TBA) recibió del Estado y porque no controló a la empresa.

En aquel entonces ya había sido favorecido por un fallo de la justicia patronal que no lo consideró responsable de estrago culposo por la muerte de 52 personas y más de 700 heridos.

Con varias causas de corrupción en su contra, la Justicia decidió, en un trámite exprés, otorgarle un nuevo beneficio, la prisión domiciliaria.

Desde el 13 diciembre de 2019 Julio de Vido lleva una bucólica vida en su espléndida chacra ubicada en Zárate. Valuada en 750.000 dólares, posee una vivienda de 300 metros cuadrados enclavada en un espacio verde de 5 hectáreas. Una afrenta a las víctimas de Once y a sus familiares.

La justicia patronal se viste con los ropajes del poder político de turno. Es tan corrupta como él. Siempre fue así. Es que la corrupción es parte estructural del sistema capitalista. 

Amado Boudou y Julio de Vido hoy están disfrutando de sus propiedades y bienes obtenidos con el robo al Estado y el pueblo argentino. Todos al servicio de Néstor Kirchner, primero, y de Cristina, después.

La corrupción de los gobernantes, tanto de kichneristas como de macristas, repercute y mucho en la vida del pueblo trabajador y los sectores populares. Nos deja sin escuelas, sin salud pública, sin vivienda, sin agua, sin cloacas, sin luz y sin pavimento. Además mata, como ocurrió en la estación Once el 22 de febrero de 2012.

Desde Izquierda Socialista decimos que los funcionarios y empresarios corruptos tienen que estar en la cárcel. Por esto es que sostenemos que en los casos de corrupción se invierta la carga de la prueba y tengan que ser los funcionarios los que demuestren su inocencia y, en el caso de que no lo hagan, que vayan presos y se les incauten sus bienes.

 

 

 

Escribe Claudio Funes

Dos enormes figuras de piedra encargadas al escultor Troiano Troiani por el arquitecto José Hortal, en la década del ’30, se alzan a ambos lados del acceso principal del viejo edificio del Ministerio de Obras Públicas (MOP), hoy Ministerio de Salud, emplazado en la avenida 9 de Julio 1925.

La que da a la calle Moreno representa a una persona que extiende su mano derecha hacia atrás con la palma abierta, mientras sostiene con la otra una caja y mantiene una mirada distraída. El soborno es tan viejo como el capitalismo.

Escribe Juan Carlos Giordano, diputado nacional electo Izquierda Socialista/FIT Unidad

El presidente Alberto Fernández dijo la semana pasada en la reunión anual de la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresa que “no hay opción al capitalismo, pero se fue degradando y llegó la hora de ponerlo en su verdadera dimensión”. Y agregó: “El capitalismo debe revisar esas cosas, porque cuando empezó a tener más importancia el gerente financiero que el de producción el sistema empezó a ser menos noble”.

Es la segunda vez que Fernández hace referencia al tema. Da la idea de que habría un “capitalismo productivo” bueno, y otro malo, el “capitalismo financiero”. Lo mismo dicen cada tanto el papa Francisco y otros voceros del establishment mundial. ¿Es cierto que habría un capitalismo favorable para el pueblo trabajador?

Desde Izquierda Socialista consideramos que el capitalismo es uno solo, y es sinónimo de hambre, pobreza, desigualdad social y destrucción del planeta. Entonces, la pregunta que le hacemos a Fernández es ¿dónde está el capitalismo “bueno” que aumenta los salarios, otorga el 82% móvil a las jubilaciones, reabre miles de fábricas, da trabajo genuino y asegura un futuro digno? Este “paraíso capitalista” no existe en los Estados Unidos, China, la Unión Europea, Rusia, Venezuela ni en la Argentina.

El capitalismo está destruyendo a la humanidad

El sistema capitalista mundial degrada a la clase trabajadora y a la naturaleza. Nuestro máximo dirigente, Nahuel Moreno, decía: “A partir de fines del siglo XIX, con el surgimiento de los monopolios, el capitalismo comenzó a transformarse en su etapa imperialista. Y desde 1914 la existencia de la burguesía (dueña de los medios de producción y de cambio) y de los estados burgueses y sus fronteras nacionales se transformaron en un tapón absoluto para el crecimiento. Las fuerzas productivas dejaron de crecer. La Primera Guerra Mundial, con su secuela de millones de muertos (una sangrienta y fabulosa destrucción de fuerzas productivas), fue una expresión monstruosa de la decadencia del capitalismo” (Visión marxista de la sociedad, pág. 15, Ediciones El Socialista, 2008).

Es que el sistema capitalista tiene como eje la ganancia para un puñado de millonarios, grupos económicos, bancos y terratenientes. Y en su decadencia apela cada vez más despiadadamente a su vieja receta de descargar planes de superexplotación y saqueo sobre millones. Lo vemos ahora en plena pandemia, y lo vimos antes, desde las crisis capitalistas anteriores, y en especial la del pico de 2008, que ya había sido comparada con la depresión del ’29. En 2008 se salvó con miles de millones de dólares al Citibank y a General Motors. Ahora se hace lo mismo con las grandes empresas y multinacionales. ¿Por qué no se salva a los sistemas de salud? Porque la esencia del capitalismo es otra.

Es más, el capitalismo se ha transformado en una amenaza para la humanidad. Doscientos cincuenta científicos anunciaron que en 2050 peligrará la especie humana a causa del cambio climático contaminante producido por las multinacionales y el agronegocio. No solo no hay un “capitalismo productivo”, sino que han aumentado las fuerzas destructivas, como el armamentismo. Para combatir el cambio climático, por ejemplo, se requeriría erradicar la actual tecnología de producción de energía y obtener otra no contaminante, lo que implicaría un costo de 240.000 millones de dólares al año, menos de la mitad de lo que gastan los Estados Unidos en armamento, seguidos por China, India, Francia y Rusia. Y está claro que el desarrollo de la ciencia, en vez de traer beneficios a las masas del mundo, está provocando más empobrecimiento y crisis humanitarias.

¿Cómo actúa el capitalismo ante las crisis? Lo más lógico sería abrir fábricas y construir viviendas, escuelas y hospitales para reactivar la economía. Nada de eso ocurre ni ocurrirá. Precisamente porque desde fines de los años ’60 el capitalismo es más parasitario que nunca. Siempre trató de superar las caídas de sus ganancias con inversiones especulativas o capitales golondrina. Detrás de las subas y caídas del precio del petróleo o de la soja, por ejemplo, se esconden enormes maniobras financieras en función de las ganancias capitalistas, no de la producción. Eso es el capitalismo.

Hay que reemplazar al capitalismo por el socialismo

Cuando cayó el muro de Berlín en 1989 los políticos capitalistas pregonaron el “triunfo del capitalismo” y que con la “globalización” capitalista nos íbamos a salvar. Pasaron treinta y un años y el capitalismo está mostrando su verdadero rostro. También se decía que los países del Primer Mundo eran un ejemplo ante los denominados “bananeros” latinoamericanos. Pero si hay países capitalistas donde hay un mayor ingreso per cápita se explica por la explotación que hacen sobre nuestros pueblos vía los pagos de la deuda y una mayor dependencia y sometimiento. Todos los países son parte de un mismo capitalismo mundial que funciona para la ganancia de unos pocos, en los Estados Unidos, Europa, Asia y Latinoamérica. Esa es la cruda realidad. Jeff Bezos, de Amazon, uno de los hombres más ricos del mundo, posee una fortuna de 131.000 millones de dólares producto de la superexplotación de sus trabajadores/repartidores y de un sistema capitalista que se lo permite, no porque posea alguna inteligencia o capacidad especial.

Todo esto demuestra que no hay dos capitalismos, uno malo y otro bueno o “productivo”. Alberto Fernández lo afirma para hacer creer que los males actuales son culpa de los gobiernos “neoliberales” o de derecha y que con una mayor intervención del Estado, como pregona el peronismo, habría un cambio favorable. Pero cuando gobernaron las alternativas patronales “populares o progresistas” no se combatió a ningún capitalismo. Lula en Brasil, Néstor y Cristina Kirchner en la Argentina, Mujica en Uruguay, Correa en Ecuador, Evo en Bolivia y Chávez-Maduro en Venezuela mantuvieron los pilares capitalistas, pagaron puntualmente la deuda externa y los bancos y las multinacionales “la levantaron en pala” mientras el pueblo trabajador siguió hundido en la pobreza. Bajo todos los gobiernos, de derecha o de centroizquierda, los resultados han sido los mismos, desocupación, robo salarial, miseria creciente y destrucción del ambiente. Ocurre ahora con el republicano racista y deplorable magnate Donald Trump, como antes con el demócrata afrodescendiente Barack Obama; en los Estados Unidos gobernados por un derechista y en la China capitalista bajo la dictadura del Partido Comunista.

Llamamos a no confiar en el doble discurso de Alberto Fernández y el peronismo del Frente de Todos y a luchar por verdaderas transformaciones sociales, avanzando en el combate contra los ricos y grandes grupos económicos para poner todos los resortes de la economía al servicio de acabar con los males sociales. Esto se logrará derrotando al capitalismo y construyendo otro sistema, socialista, donde con plena democracia obrera sean los trabajadores los que diseñen un modelo económico y social distinto del actual, que solo beneficia a una minoría parasitaria que nos está llevando a desastres permanentes.

El sistema capitalista imperialista no puede regularse o reformarse. Hay que reemplazarlo. Sabemos que no es una tarea fácil, pero es la única posible. Sí es una mentira total la afirmación de Alberto Fernández de que hay un capitalismo que puede favorecer al pueblo trabajador. 

 

 

Escribe Gastón Godoy

La desaparición de Facundo Castro tomó relevancia nacional y la exigencia de su aparición es un reclamo muy extendido. Desde Izquierda Socialista exigimos su aparición con vida inmediata y responsabilizamos al gobierno. Deslindar la responsabilidad del gobierno y hacer silencio sobre estos hechos debilita la lucha por los derechos humanos y contra la impunidad de ayer y de hoy. La propia ONU se pronunció y pidió “inmediatez y exhaustividad” en su búsqueda debido a la fuerte campaña. En Pedro Luro, donde vive Facundo con su familia, se realizó una marcha con miles de vecinos que reclaman aparición con vida. Una acción que se replicó en varias ciudades de la provincia de Buenos Aires, como en La Plata, donde Izquierda Socialista participó junto a la Multisectorial.

Lamentablemente, el de Facundo no es un caso aislado, sino que se inscribe en una serie de desapariciones y asesinatos a manos de la maldita policía en muchas provincias del país. Sucede hoy con este gobierno peronista de Alberto Fernández, como antes con el de Macri, y también con el de Cristina.

Facundo Astudillo Castro fue visto por última vez el 30 de abril a las 15.30 mientras era subido a un móvil de la policía bonaerense en la ruta 3, en las afueras de Mayor Buratovich, localidad lindera a Pedro Luro. Es el último lugar donde tres testigos aseguran haberlo visto, que está camino a Bahía Blanca, la ciudad a donde Facundo se dirigía. 

¿Qué hizo el gobierno hasta el momento?

Transcurridos más de setenta días, no hay noticias sobre el paradero de Facundo. Afirmamos que hay una responsabilidad del gobierno nacional de Alberto Fernández y del gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, porque este hecho se enmarca en la represión (que afecta sobre todo a la juventud), los asesinatos por gatillo fácil y la desaparición de personas, prácticas que se realizan a lo largo y ancho del país y que han aumentando durante la cuarentena. Porque el mayor poder de acción que le dio el gobierno al aparato represivo para “garantizar” que se cumpla la cuarentena legitima aún más estos hechos aberrantes y contrarios a las libertades democráticas.

Pretenden encubrir la desaparición de Facundo con argumentos plagados de inexactitudes. Son bien conocidos los antecedentes de la policía bonaerense y su prontuario de desapariciones forzadas y asesinatos, por eso la familia de Facundo pidió que se la aparte de la investigación. Más cuando todavía no brindaron testimonio ni han ido a declarar los policías que subieron a Facundo al móvil, algo que a esta altura es inadmisible. No puede desconocerse tampoco el respaldo político que se le brinda a la policía, en eso tienen responsabilidad el ministro de Seguridad bonaerense, Sergio Berni, y la ministra de Seguridad nacional, Sabina Frederic, una figura que Alberto Fernández quiso construir como “distinta” de su antecesora, Patricia Bullrich, porque es antropóloga, pero en lo concreto no hay diferencias con la política que vienen llevando adelante, más bien son una continuidad.

En relación con el patrullero (todos tienen GPS) al que fue subido Facundo, el abogado de la familia, Leandro Aparicio, declaró: “Es muy simple, solicitamos ese dato para poder identificar a los dos policías que se habrían llevado a Facundo, pero no hay respuesta, todo lo demás es buscarlo donde no estuvo”. (Página/12, 13/7). Ante algunas versiones que diversos medios hicieron circular sobre personas que habrían visto a Facundo en Bahía Blanca, su mamá Cristina aclaró que “lo único certero que hay es que los últimos que lo vieron fueron los policías de ahí. Él nunca llegó a Bahía Blanca y así me lo dijo su ex novia”. Aparicio dijo que esos datos se los pidieron también a Kicillof, porque pasaron veinte días desde que enviaron una solicitud al fiscal federal Santiago Ulpiano Martínez y no obtuvieron respuesta. Por otra parte, el otro abogado de la familia, Luciano Raúl Peretto, denunció amenazas (mientras estaban en un basural buscando pruebas) por parte del subcomisario de Mayor Buratovich, Pablo Reguillon, quien fue relevado de su cargo.

Finalmente, el gobernador Kicillof, esquivando cualquier tipo de responsabilidad, afirmó: “No vamos a encubrir a nadie, pero tampoco prejuzgar a nadie”. Repite lo hecho por Daniel Scioli, quien “no prejuzgó” cuando en la provincia desaparecieron Jorge Julio López y Luciano Arruga, también con la bonaerense involucrada. Ante esta nueva desaparición, una vez más lo único claro es que la policía, la Justicia, el gobierno provincial y el nacional poco hacen por esclarecer qué sucedió con Facundo, más bien actúan en el sentido opuesto.

Desde Izquierda Socialista en el Frente de Izquierda Unidad exigimos la inmediata aparición con vida de Facundo. Que se terminen los casos de gatillo fácil y la represión. Alentamos a continuar las campañas de visibilización en las redes, a acompañar las movilizaciones y reclamamos el desmantelamiento del aparato represivo.


























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