Jul 19, 2024 Last Updated 5:27 PM, Jul 19, 2024


Escribe Pablo Almeida, legislador porteño por Izquierda Socialista/FIT Unidad y delegado general ATE Ministerio de Economía

Desde Izquierda Socialista siempre afirmamos que en Juntos por el Cambio no conviven “halcones” y “palomas”. Todos juntos van contra la clase obrera. Queda muy claro con las propuestas de reforma laboral y eliminación de indemnizaciones que impulsan todos sus candidatos.

No puede ser de otra manera, los que piden otra oportunidad ya gobernaron y hundieron a trabajadores y a sectores populares en la miseria. Macri aumentó más de 1.000% las tarifas, saqueó las jubilaciones e hizo que más de 2.300.000 trabajadores paguen impuesto a las ganancias.

En plena campaña de las PASO Manes, “lo nuevo” de Juntos por el Cambio, decía: “No soy político, vengo a plantear el conocimiento y no a alimentar la novela de la política”.  Hoy, imperturbable, repite: “Yo creo que hay que hacer una reforma laboral, en un mundo post pandemia vamos a tener que discutir uno de los grandes temas como el trabajo”. Coincide plenamente con Rodríguez Larreta, Diego Santilli y María Eugenia Vidal.

Por su parte, el senador Martín Lousteau ya presentó un proyecto de ley que elimina las indemnizaciones, pretende que el despido sea gratuito para las patronales. Su iniciativa propone la creación de un Fondo Nacional de Cese Laboral, financiado por los propios trabajadores con un aporte mensual del 12% del salario durante el primer año y el 8% los siguientes.

En la misma línea están Elisa Carrió y el economista liberal Martín Tetaz, que acompaña a María Eugenia Vidal como segundo candidato en la lista de la CABA.

De aprobarse estas medidas, no se crearán más empleos como ellos afirman sino que, por el contrario, habrá más desocupación y pobreza. Será más fácil despedir y por lo tanto bajar el salario. Es mentira que intentan salvar a la pequeña y mediana empresa. Quieren meter más ajuste a los trabajadores y sectores populares para continuar beneficiando al gran capital y a las multinacionales.

En la Ciudad de Buenos Aires los distintos gobiernos de PRO y sus aliados desde hace catorce años vienen favoreciendo los negociados de grandes empresarios inmobiliarios, haciendo una ciudad cada vez más desigual y expulsiva. Crecen las torres de lujo en desmedro del espacio público y la especulación inmobiliaria hace subir los alquileres a valores impagables para el pueblo trabajador.

A las y los trabajadores estatales, docentes y de la salud se los condena cada año a salarios de hambre y una precarización laboral super extendida.
Si votás a Juntos por el Cambio para repudiar al peronismo kirchnerista te equivocás, y si le das el voto al peronismo para que no se fortalezcan los macristas de Juntos también. Por poner solo un ejemplo, el candidato a primer legislador del Frente de Todos es Alejandro Amor, dirigente burocrático del Sutecba (municipales), gremio cómplice del ajuste de Macri y Rodríguez Larreta en la Ciudad.

Luego del 14 de noviembre, los partidos patronales se sentarán a discutir el acuerdo de pago al FMI. Todos ellos, el peronismo en todas sus variantes, Juntos por el Cambio, Milei y Espert, acordarán un nuevo saqueo al pueblo trabajador. Solo una fuerza se opondrá y llamará a enfrentarlo: el FIT Unidad. Es por esto que el único voto útil es a la izquierda que se une, la que pone sus bancas al servicio de las demandas obreras y populares.


Escribe José Castillo, candidato a diputado nacional CABA, por Izquierda Socialista / FIT Unidad

“La libertad avanza” o “Avanza libertad” son los nombres de las listas de Javier Milei en CABA y José Luis Espert en la provincia de Buenos Aires, respectivamente. Si ingresan al Congreso van a conformar un bloque común, o al menos un interbloque de ultraderecha, profundamente antiobrero.

¿De qué se trata la “libertad” que promueven? Simple y esencialmente de quitarle todos y cada uno de los derechos a los trabajadores. Es la libertad de los empresarios para poder despedir a gusto, arbitrariamente, sin pagar ninguna indemnización. De no reconocerle al trabajador nada, ni vacaciones, ni obra social, ni aportes jubilatorios. Espert lo dejó entrever en el debate en TN: es la generalización de la superexplotación que hoy viven las chicas y chicos que pedalean todo el día para Pedidos Ya o empresas de aplicaciones similares. Milei lo dijo con todas las letras cuando declaró a Menem como el “mejor presidente de la historia” o cuando intercambió elogios nada menos que con Domingo Cavallo. Para los más jóvenes que no lo vivieron: el ministro de Economía que estatizó la deuda externa privada durante la dictadura (¡sí, leiste bien: el “privatista” estatizó y le endilgó a todos los argentinos, las deudas privadas que habían tomado las grandes empresas locales y extranjeras durante el gobierno genocida!); el que luego entregó todo, privatizando todo el patrimonio, como ministro de Menem, llevando por primera vez la desocupación a dos dígitos; y, como frutilla del postre, el que rebajó los sueldos a estatales y jubilados para pagar la deuda en 2001, y luego se quiso apropió de los ahorros del pueblo trabajador con el corralito, para terminar renunciando en medio del Argentinazo de diciembre de ese año.

Los liberales no son recién llegados a la política. Ahora se presentan como “libertarios”, pero son los herederos de los Alsogaray, Martínez de Hoz, Roberto y Juan Alemann, los funcionarios civiles de todas las dictaduras militares desde 1955 en adelante. Por eso no es casualidad que quien secunda a Milei en la lista de diputados en CABA sea nada menos que Victoria Villarroel, abogada defensora de  genocidas. O que el propio Milei, que despotrica de los que “viven de la política”, no haya tenido ningún problema en ser asesor del genocida Domingo Bussi.

Es que eso es lo que mejor expresa su posicionamiento ideológico: por algo Milei y Espert forman parte del agrupamiento internacional llamado Plataforma de Madrid, junto con los ultraderechistas españoles de Vox, Bolsonaro, Keiko Fujimori y el candidato pinochetista chileno José Antonio Kast.

No hay tema en el que Milei y Espert no hayan expresado la posición más reaccionaria que se pueda tener. Se pronunciaron contra el aborto y llevan en sus listas a reconocidos militantes celestes. Espert propuso abiertamente eliminar la ESI en las escuelas. Son racistas y anti-pueblos originarios: Espert llegó a decir el pasado 12 de octubre que él festeja “el Día de la Raza” y no el de la diversidad cultural. Niegan el cambio climático. Promueven y agitan un discurso macartista, “antizurdo”, y sus militantes se divierten atacando con pintura locales del FIT Unidad. Sus expresiones misóginas, homofóbicas y de insultos a todos los que no piensan como ellos se siguen sumando día a día. Milei hasta se anima a recitar en sus cierres de discurso frases de Benito Mussolini. No son “antisistema”, son de ultraderecha.

No es cierto, sin embargo, que Milei y Espert van a quedar “solos” votando contra todos. Más de una vez los veremos aportando a sumarle votos a Juntos por el Cambio. Incluso coquetean con alguna fórmula conjunta para 2023 (se habla de Patricia Bullrich-Milei). Y, también, ya podemos anticipar que apenas asuman participarán de una votación “conjunta” con el Frente de Todos y Juntos por el Cambio: a favor del acuerdo con el FMI.

Por todo esto, no te confundas, Milei y Espert no tienen nada para aportar al pueblo trabajador o a la juventud. Son el espejo en nuestro país de Bolsonaro o Trump. Tu justificada bronca contra los políticos tradicionales, sus promesas no cumplidas, el ajuste permanente, el saqueo a nuestras riquezas y la corrupción, te invitamos a canalizarla votando a quiénes presentan de verdad una alternativa que atiende las necesidades populares más urgentes: el Frente de Izquierda Unidad.

La plata no alcanza. Esa es la principal preocupación del pueblo trabajador. Hace por lo menos cuatro años (los dos últimos del macrismo y los dos que ya lleva el actual gobierno peronista de Alberto Fernández), que salarios y jubilaciones le vienen corriendo de atrás a la inflación. En 2021, esta se instaló cómodamente arriba del 3% mensual (más de 50% anual). El gobierno del  Frente de Todos viene prometiendo desde hace meses que iba a empezar a descender. Pero pasó al revés: en septiembre los precios se dispararon más que nunca, y el índice oficial dio 3,5%.

Frente a esta realidad, y desesperado ante la derrota electoral en las PASO, el gobierno de Alberto Fernández buscó tomar medidas de efecto netamente electoralistas. De hecho, el nuevo secretario de Comercio, Roberto Feletti del Frente de Todos, no tuvo más remedio que reconocer lo que se sabe desde siempre: los precios suben por los abusos y márgenes de superganancias de los grandes grupos monopólicos, productores de los bienes que componen la canasta familiar (Arcor, Molinos, Coca-Cola, Quilmes, Procter & Gamble, Unilever), y las grandes cadenas de supermercados como Coto, Día, Jumbo o La Anónima.

Hoy, en medio de la campaña electoral, gobierno y cámaras empresarias se cruzan mensajes de uno y otro lado. Pero se trata de las mismas patronales que se venían reuniendo con el gobierno desde que éste asumió, y a los que se les garantizaron siempre todos sus privilegios. Ahora se congelaron los precios de 1.432 productos hasta el 7 de enero. Una medida absolutamente insuficiente, aunque los empresarios pongan el grito en el cielo (entre otras cosas para asegurarse que no se les tocarán sus márgenes de ganancia ni se los sancionará). Hablamos de la insuficiencia de la medida centralmente porque los trabajadores siguen teniendo salarios absolutamente por debajo del costo de la canasta familiar. El promedio en nuestro país apenas si supera los 50.000 pesos (con millones de trabajadores precarizados que ganan mucho menos), mientras el propio índice oficial señala que la línea de pobreza está en 70.500 pesos, y los trabajadores de ATE-Indec calculan ese valor en 112.243 pesos. Ahí está el gran y primer problema. En cómo el pueblo trabajador recupera el valor perdido de sus salarios. Cómo, de verdad, y no discursivamente, se le pone “plata en el bolsillo a la gente”.

Solo el Frente de Izquierda Unidad tiene un programa alternativo para dar respuesta a estas y todas las necesidades más urgentes del pueblo trabajador. Principalmente, plantea un aumento salarial de emergencia para que nadie gane menos que el valor de la canasta familiar, actualizado por la inflación, y que, a partir de allí, se reabran todas las paritarias. Del mismo modo, el FIT Unidad propone un incremento de emergencia para todos los jubilados, que lleve la mínima a 75.500 pesos (la canasta de la Tercera Edad calculada por la Defensoría del  mismo nombre), así como tambíen el otorgamiento de un IFE de emergencia de 40.000 pesos para todo aquel que lo necesite.
A esto tenemos que sumarle un verdadero congelamiento de precios de los productos de la canasta familiar, con sanciones reales y efectivas para las grandes empresas que no lo cumplan. En ese caso, debería aplicar la ley de Abastecimiento y castigar con multas, clausuras y hasta expropiaciones a las empresas infractoras. Se trata, en síntesis, de que la crisis la paguen quienes la provocaron y se beneficiaron con ella, atacando las superganancias de los monopolios capitalistas.

A esto hay que agregarle el otro gran tema central: el acuerdo con el FMI y los pagos de deuda externa. Porque evidentemente no habrá salida para los trabajadores y el pueblo después del 14 de noviembre si se firma dicho acuerdo. Esto implicará, sin duda, mayores sacrificios para el pueblo trabajador, vía más ajuste y saqueos de nuestras riquezas. Todo para “ahorrar” los dólares necesarios para cumplir con los pagos de deuda externa. Desde el Frente de Izquierda Unidad somos los únicos que planteamos que hay que romper con el FMI y dejar inmediatamente de pagar la usurera deuda externa. Solo así tendremos el dinero para financiar el programa alternativo que proponemos. Sólo así, sumado a un auténtico impuesto a los bancos y las grandes empresas monopólicas, estarán los recursos para resolver el drama del desempleo por medio de un gran plan de viviendas. Este plan, además de resolver el déficit habitacional, generaría millones de puestos de trabajo genuino. Estas son algunas de las propuestas concretas del FIT Unidad, totalmente distintas a las de los partidos patronales que acuerdan en apoyar el plan de ajuste que nos exigirá el Fondo Monetario.

El gobierno del Frente de Todos está preocupado. Tal como se vio en las PASO y se refleja en las encuestas, pero, por sobre todo, se palpa en la calle, crece el apoyo al FIT Unidad en una franja de los barrios populares de las grandes ciudades. El fin de semana pasado el Frente de Izquierda volvió a repetir una gran elección en Neuquén Capital, con el 8,87% de los votos, obteniendo un nuevo concejal. Por eso, faltando poco más de dos semanas de campaña, debemos redoblar los esfuerzos. Tenemos que seguir llevando nuestra propuesta a los lugares de trabajo, de estudio y a cada barriada, a nuestros grupos de amigas, amigos y familiares, convenciéndolos de que voten al FIT Unidad. Que, a su vez, ellos convenzan a otros, creando una auténtica cadena del voto. Que se conformen comités de apoyo al FIT Unidad, sumando compañeras y compañeros para que se anoten como fiscales, para cuidar nuestros votos el día de la elección. Este 14 de noviembre podemos hacer realidad la continuidad de las bancas de diputadas y diputados de izquierda en el Congreso Nacional y las legislaturas provinciales.


Escribe Mercedes de Mendieta, legisladora CABA por Izquierda Socialista/FIT Unidad
 
Máximo Kirchner, hijo de Cristina y Nestor y principal referente de La Cámpora, fue el orador central de un acto juvenil en el microestadio de Lanús el sábado 23 de octubre. Su discurso fue para criticar al FMI y decir que el gobierno del Frente de Todos no va a pagar la deuda externa que contrajo Macri con el hambre del pueblo argentino. Hebe de Bonafini en el acto por el 17 de octubre en Plaza de Mayo ya había llamado a no pagar la deuda externa. ¿Son declaraciones de sectores del Frente de Todos que buscan romper con el FMI o solo frases de campaña electoral para evitar seguir perdiendo votos por izquierda? Veamos.

Luego de la fuerte derrota electoral del Frente de Todos en las PASO y en plena crisis de gabinete, fue la propia Cristina (en quién se referencian Máximo y Hebe) la que ratificó en su puesto al ministro de Economía Martín Guzmán. Y son Martín Guzmán y el nuevo jefe de gabinete Juan Manzur quienes negocian los términos del acuerdo con el FMI, que solo traerá más sufrimientos y hambre para nuestro pueblo. La propia Cristina describió en su momento al kirchnerismo como “pagadores seriales” de la deuda externa, reconociendo que fueron el gobierno que más deuda pagó en nuestra historia. ¿En qué quedamos? Hablan contra la deuda de Macri y contra el FMI, pero pagaron cada dólar de vencimiento de deuda desde que asumieron el gobierno el 10 de diciembre de 2019. El Frente de Todos lleva así abonados 12.000 millones de dólares en ese concepto, mientras cada día crecen más la pobreza, la desocupación y el hambre.

A aquellas trabajadoras y trabajadores que creen que el único camino para que nuestro país y nuestro pueblo salga adelante es no pagar la deuda externa y romper con el FMI, desarrollando un plan económico alternativo, los llamamos a votar al Frente de Izquierda el 14 de noviembre. Las frases de Máximo y Hebe son un claro doble discurso destinado a engañar al pueblo trabajador para ocultar el ajuste que aplica el gobierno de Alberto y Cristina. No te dejes engañar, la salida es la izquierda.


Escribe Pablo Almeida, legislador CABA por Izquierda Socialista/FIT Unidad y delegado general ATE Ministerio de Economía

Mucho se ha hablado en las últimas semanas de una convocatoria a una mesa de diálogo por parte del gobierno peronista de Fernández. La principal fuerza de la oposición patronal, Juntos, se niega a participar por considerarlo una maniobra en plena campaña electoral. Pero solo buscan reforzar la polarización y capturar el voto castigo al gobierno peronista. Las propuestas de Juntos de Macri y Larreta coinciden con las del Frente de Todos en la realización de un ajuste a la medida de los pedidos del Fondo Monetario Internacional.

La campaña electoral está llegando a la recta final. En las filas de la coalición de centroderecha, Juntos, se sienten ganadores después de las PASO, porque el derrumbe del peronismo los ubicó como primera minoría con una ventaja que ni él más optimista podía imaginar. Como un boxeador que llega a los últimos rounds con una tarjeta ganadora, se esmeran en que el tiempo hasta las elecciones definitivas del 14 de noviembre pase sin mayores sobresaltos. Por eso en los debates televisivos se ha visto a sus dos principales candidatos, María Eugenia Vidal y Diego Santilli, esquivar cualquier definición sobre medidas concretas para afrontar los problemas que aquejan al pueblo trabajador y jugar a profundizar el desgaste de un gobierno golpeado.

Siguiendo al pie de la letra las enseñanzas del peronista Carlos Saul Menem, evitan decir en campaña lo que piensan hacer porque perderían millones de votos. Sin embargo, se dedican a remarcar las innumerables penurias que se han incrementado para el pueblo trabajador por las políticas del gobierno de Fernández. Y no tienen ni un poco de vergüenza en afirmar que tendrían la solución para los principales problemas del país. Solución que no tuvieron cuando llevaron a millones de trabajadores a más miseria, rebajaron las jubilaciones con represión mediante o se dedicaron a darles grandes negociados a sus amigos empresarios. Cuando se les recuerda que fueron gobierno, dicen que “aprendieron de sus errores” sin dar precisiones sobre con qué medidas concretas combatirán la pobreza de millones y la miseria creciente de la que ellos son también responsables.

Es por ello que ninguno de sus candidatos y candidatas tiene nada que ofrecer a las mayorías populares, sólo falsas promesas para intentar arrancar más votos.
Martin Tetaz, segundo candidato a diputado detrás de Vidal en CABA, resumió sus propuestas en “Estabilidad monetaria, reforma impositiva y modificación de las leyes laborales” (La Nación, 7 de septiembre de 2021). Dicho en otras palabras, ajuste del (mal llamado) gasto público, menos impuestos a los grandes empresarios y quitar derechos a los trabajadores mediante la flexibilización laboral. En línea con estas propuestas, referentes de Juntos como Lousteau, Rodríguez Larreta y Carrió ya han planteado abiertamente suprimir las indemnizaciones por despido y reemplazarlas por un fondo de desempleo, para que de esta forma las patronales puedan despedir sin poner un centavo. Todas medidas contra el pueblo trabajador que ya fueron aplicadas a lo largo de nuestra historia, incluído el gobierno de Mauricio Macri, y que lejos de resolver los problemas de sectores populares los agravaron seriamente.

Por último, nos queda un tema crucial para la economía: la deuda externa. En este punto el macrismo de Juntos no se diferencia ni tiene una propuesta superadora a la del gobierno peronista: las dos fuerzas políticas mayoritarias están empecinadas en pagarla, por eso tienen acuerdo en renegociar para seguir pagando. Las candidatas y candidatos de Juntos están convencidos de pagar la deuda con el hambre del pueblo. Sobre esto se sinceró Vidal en el debate de Todo Noticias, al afirmar que pagarían los vencimientos de deuda contrayendo más deuda. Una muestra más de que no tienen ni una sola medida favorable para el pueblo trabajador. Votar a Juntos no es la salida para los trabajadores, sectores populares y jubilados. Votar a Juntos es votar quienes se disputan con el gobierno peronista cuál es la fórmula más indicada para seguir pagando la deuda y ajustar a los de abajo. La salida es por izquierda, votando al Frente de Izquierda Unidad, a sus candidatas y candidatos luchadores y su programa para salir de la miseria. Por trabajo, educación y vivienda, sin entregar un solo peso más para el FMI y los usureros.

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