May 09, 2024 Last Updated 9:18 PM, May 9, 2024

Una de las propuestas más importantes de Alberto Fernández es la convocatoria a un gran “pacto social”. Bajo la excusa de que se necesita la “unidad nacional”, ya en la propia campaña electoral el entonces candidato a presidente lo planteó en un evento en Tucumán. En concreto se convocó a la UIA, que ya dio el visto bueno en la figura de su presidente Miguel Acevedo, a la CGT, donde lo peor de la burocracia sindical, con Héctor Daer a la cabeza también dio el presente, y se completó la mesa con la “bendición” de la jerarquía de la Iglesia Católica.

Por lo que trascendió, el pacto consistiría en un congelamiento de precios y salarios (habría que ver si también de tarifas, que igualmente no retrotraerían los tarifazos), por un plazo indeterminado, probablemente seis meses. Pero esa “mesa de acuerdo” viene con las cartas marcadas contra los trabajadores: como dijimos en la nota de arriba, los empresarios ya hoy están remarcando, adelantándose a cualquier eventual congelamiento. Y mañana, aun después de firmar el pacto, seguirán subiendo los precios, con una excusa u otra. En cambio a los trabajadores el pacto nos significará que no podremos reclamar nuevas recomposiciones y muy probablemente la suspensión de las negociaciones colectivas. La UIA, por su parte ya ha dicho que irá a poner sobre la mesa la necesidad de flexibilizar los convenios por gremio (o sea quitarle derecho y parte de su salario a los propios trabajadores).

Nuestro país ya tiene toda una historia de “treguas de precios y salarios” o directamente de “Pacto Social”. El más famoso fue el de Perón, Gelbard y Rucci en 1973. Donde al final perdieron los trabajadores y todo terminó con el Rodrigazo. Nada bueno podemos esperar de eso. Tenemos que oponernos, no aceptando que se limite ninguno de nuestros reclamos. Hay que seguir exigiendo un aumento de emergencia que lleve nuestros salarios al valor de la canasta familiar, reabrir todas las paritarias y no debemos permitir la más mínima pérdida de nuestras conquistas por flexibilización laboral. G.P.

La diputada Mónica Schlotthauer de Izquierda Socialista/FIT presentó en una audiencia pública el proyecto de ley de emergencia en salud. Dijo nuestra diputada nacional que “este proyecto de ley enumera las medidas que es necesario tomar para defender el derecho a la salud del pueblo”. Frente a los proyectos patronales en la salud que nos han llevado a esta situación “los trabajadores decimos que hay otra forma de organizar la atención, la salud pública estatal y gratuita para todos”.

Reynaldo Saccone, asesor en salud de Schlotthauer, expuso las principales líneas del proyecto: libre acceso y sistema único estatal y gratuito, aumento salarial, estabilidad, eliminación del trabajo precario y capacitación permanente dentro del horario de trabajo para todo el personal. Cande Mainelli, también asesora, señaló la necesidad de considerar los medicamentos como un bien social y no una mercancía y desarrollar la producción pública de medicamentos y vacunas para lograr remedios gratuitos para todos. Mónica Méndez, secretaria de organización de Cicop, manifestó que “se hace imprescindible presentar este proyecto debido al estado actual del sistema público que no es solamente obra de este gobierno sino, también, de los anteriores”

Los concurrentes, que en su mayoría eran delegados y referentes de las luchas de los trabajadores de salud, intervinieron aportando sus experiencias y denunciaron distintos aspectos del desastre que es el actual sistema. Hablaron representantes de los hospitales Meléndez de Adrogué, Esteves de Temperley, Borda, Durand, Fernández, Centro Gallego, Casa Cuna y Tornú y residentes nacionales. Cerró el encuentro la legisladora porteña Laura Marrone de Izquierda Socialista/FIT quien manifestó: “el proyecto de ley muestra que hay otra posibilidad de salud para toda la población, por la que hay que luchar a la par que se libra la incesante batalla por mejores salarios y contra los despidos y la precariedad de las condiciones laborales.”

Editorial

La campaña electoral empieza a recorrer sus dos últimas semanas. Macri sigue con sus giras del “Sí, se puede” y se juega a hacer un gran acto en el Obelisco porteño. El Frente de Todos también programa actos para el 17 de octubre. Volvió Cristina de Cuba y retomó las presentaciones de su libro. Se realizó el primer debate de candidatos a presidente, que generó una gran atención, a juzgar por las mediciones del rating televisivo. Y el domingo 13 se hará el segundo debate. Mientras tanto, por más que el gobierno quiera ocultarlo, e incluso mienta en los datos que planteó en el debate, sigue la caída salarial (la inflación de septiembre ya superó, según diversas mediciones, el 6%) y el crecimiento del desempleo: la semana pasada cerró una cementera histórica de Loma Negra en Olavarría y, después de haber cerrado otras dos plantas, ahora Zanella despidió 70 trabajadores en Caseros, por citar sólo dos ejemplos emblemáticos. Y, por si fuera poco, una nueva lluvia torrencial volvió a mostrar un Gran Buenos Aires que se inunda ante la desidia de los gobiernos nacionales, provinciales y municipales.

Pero hubo un hecho que conmocionó a Latinoamérica: el triunfo popular en el Ecuador contra el FMI y el gobierno de Lenin Moreno. El presidente ecuatoriano tuvo que dar marcha atrás con el decreto que implementaba un feroz ajuste dictado por el Fondo Monetario. Lo hizo después de días donde decenas de miles de trabajadores, campesinos, pueblos originarios y estudiantes, desafiando la represión y el toque de queda, se apropiaron de las calles de Quito, con escenas que nos hicieron recordar a nuestro argentinazo de 2001. Inmensas lecciones quedan para nosotros. Tenemos que recordar quien es Lenin Moreno, el hoy gran ajustador y represor. Porque ahora el peronismo trata de presentarlo como un gobernante “parecido a Macri”. Pero no hace tanto tiempo atrás, en 2017, cuando asumió la presidencia del Ecuador en reemplazo de Rafael Correa, habían calificado su victoria como “gran triunfo popular”. Cristina Kirchner llegó a decir que se venían “nuevos aires”, que se reabría el ciclo de “gobiernos progresistas”, supuestamente cerrado con el triunfo de Macri en 2015. Pero Lenin Moreno se terminó transformando, más temprano que tarde, en el mejor ejecutor de los planes de hambre y entrega. Ahora terminó recurriendo al FMI para obtener un préstamo a cambio de un fortísimo plan de ajuste. Una vez más, quedó demostrado a dónde nos llevan estos acuerdos. Es que no hay un Fondo Monetario “bueno”, que “habría cambiado” con respecto a los ajustes de fines de los noventa. Gran lección para nuestro país: porque Alberto Fernández insiste en que él va a poder renegociar con el FMI y obtener a cambio un programa económico “progresista”. Ecuador nos muestra que no será así. Por eso la única salida frente al ajuste es romper con el Fondo y dejar de pagar la deuda. Algo que en la Argentina solamente lo planteamos desde el Frente de Izquierda Unidad.

Ecuador también demostró que efectivamente es posible derrotar a estos planes de ajuste. La forma de hacerlo es con los pueblos movilizados y en las calles. Exactamente lo contrario de lo que nos plantea el candidato del Frente de Todos, que recomienda “no salir a las calles” para no desestabilizar. Y que nos dice que si gana las elecciones, lo que hay que hacer, mientras se “renegocia” el acuerdo con el Fondo y se “reperfilan” los vencimientos de deuda, es seguir sin reclamar nada, ni siquiera lo perdido en estos meses, por medio de un supuesto pacto social, bendecido por empresarios, burócratas sindicales y la iglesia.

En nuestro país, con las lecciones de Ecuador arriba de la mesa, decimos que votar a Alberto Fernández no es salida. Porque con el Frente de Todos seguirá el FMI. Hay que votar al FIT Unidad, que, volvemos a decirlo y lo repetiremos hasta el cansancio, somos los únicos que plantemos que la única salida es romper con el Fondo y dejar de pagar inmediatamente la deuda externa, para poner todo ese dinero al servicio de resolver las más urgentes necesidades populares.

Por eso, hoy más que nunca, tenemos que salir a disputar el voto para el Frente de Izquierda Unidad. Por las peleas que se vienen. Porque tenemos que seguir siendo miles y miles en las calles, como la lección que nos dejó el fin de semana en La Plata el movimiento de mujeres. Porque necesitamos más sindicalismo combativo, como el que apoyan y está presente en las listas del FIT Unidad, para pelear por romper la trampa que nos querrán imponer con el pacto social. Porque precisamos más diputados y legisladores que estén en todas las luchas. Y, fundamentalmente, porque tenemos que fortalecer una alternativa política para la clase trabajadora, como la que venimos construyendo desde hace años con la unidad de la izquierda.

En estos días que quedan hasta el 27 de octubre tenemos que salir a debatir con nuestros compañeros de trabajo, estudio, con nuestros vecinos, amigos y familiares. Invitarlos a las charlas y actividades donde damos a conocer nuestras propuestas. Sumar más compañeras y compañeros a nuestras actividades en esquinas y plazas. Repartiendo hasta el último volante y pegando hasta el último afiche. Convenciendo una y otra vez, ganando más votos para el Frente de Izquierda Unidad. Y también saliendo a buscar miles de fiscales. Convocándolos a las reuniones que realizaremos en todos nuestros locales el sábado previo a la elección. El FIT Unidad tiene que salir fortalecido de estas elecciones. Porque en los tiempos que se vienen, necesitamos más izquierda en el país y en el Congreso.

Aunque Alberto Fernández diga que él va a respetar a los docentes y jerarquizar la educación, el gobernador Arcioni del Frente de Todos muestra la realidad. La provincia está paralizada hace meses. No hay educación ni funcionan los organismos públicos. No sólo no paga en tiempo y forma los salarios, sino que se niega a otorgar la cláusula gatillo aprobada en paritaria. Suspende el funcionamiento de la obra social y del transporte escolar. ¡Ahora quiere descontar los días de paro, que se hicieron porque no se cobra!

Mientras tanto, Arcioni viajó hace una semana a Buenos Aires. Se lo fotografió tomando un champagne de 10.000 pesos en un hotel de lujo, dejando a cargo del ejecutivo provincial a Massoni, quien tiene un amplio repudio popular para que renuncie. Esa es la verdadera política del Frente de Todos donde gobierna. Ya hicieron lo mismo contra los docentes y la escuela pública, Alicia Kirchner en Santa Cruz, Insfrán en Formosa y Manzur en Tucumán. Por supuesto, el gobierno de Macri sigue mirando para otro lado, sin poner un peso para los salarios de los trabajadores de Chubut.

Por su parte, la burocracia de Ctera y CTA no mueven un dedo en apoyo a los docentes y estatales chubutenses, mostrando también su complicidad con el ajuste.

Izquierda Socialista en el Frente de Izquierda Unidad exige que Arcioni y Macri pongan plata ya para cumplir con los derechos de docentes y estatales. Que la plata salga de no pagar al FMI y de las multinacionales que explotan las riquezas de la provincia. Y que Ctera llame a un plan de lucha en apoyo a Chubut.

Corresponsal

En nombre de Izquierda Socialista estuvimos presentes en el debate acompañando a nuestro candidato junto a otros referentes del Frente de Izquierda Unidad. Nicolás Del Caño fue el único que condenó al FMI y los pagos de la deuda, le dio el apoyo al pueblo de Ecuador, se pronunció por el aborto legal, defendió la educación y salud públicas, mencionó a Sandra y Rubén, y denunció el rol cómplice del Frente de Todos con el ajuste de Macri. Todo lo que hay que tener en cuenta para votar a la izquierda el próximo 27 de octubre.

Escribe Juan Carlos Giordano, candidato a Diputado Nacional por Buenos Aires

Fue un “debate” acotado a exposiciones, sin que nadie estuviera obligado a responder. Eso fue lo acordado entre los representantes de Macri y Alberto Fernández con la Cámara Nacional Electoral.

Es tal el desastre que nos deja Macri que a Fernández solo le bastaron algunos cruces para que algunos digan que fue el “ganador”. Pero el representante del Frente de Todos dejó claro que no va a revertir los males macristas (va a dejar intactos los tarifazos, los despidos y en especial el pacto con el FMI) y no ofreció una propuesta concreta para “poner de pie a la Argentina” como viene prometiendo en sus spots de campaña.

El candidato del Frente de Todos no le contestó a Del Caño sobre qué va a hacer con los salarios, las jubilaciones, los tarifazos y los despidos. Fue Nicolás Del Caño quien llamó a que la crisis la paguen los capitalistas, no los trabajadores, y desenmascaró el doble discurso del candidato del Frente de Todos, denunciando que “el pueblo trabajador no tiene por qué pagar esa fiesta”, proponiendo no pagar la deuda, una banca estatal única, anular los tarifazos, nacionalizar los recursos estratégicos, prohibir los despidos y derogar las leyes contra los jubilados, entre otras urgentes medidas.

Lamebotas y no pago

La frase “lamebotas de Donald Trump” con la cual Del Caño tildó a Macri fue muy comentada. Con ella graficó el tremendo nivel de entrega y sometimiento del país al imperialismo y al FMI. Mientras el FIT Unidad cuestionó los planes capitalistas, Fernández dijo que la “globalización” es un hecho y que hay que adecuarse a ella.

El tema central introducido por la izquierda fue sobre qué hay que hacer con el Fondo Monetario y los pagos de la deuda. Fernández denunció el endeudamiento que deja Macri, para decir a renglón seguido que en el gobierno anterior la deuda no era un problema (cuando se pagaron 200 mil millones de dólares de contado y quedó otro tanto de deuda a pesar del discurso del “desendeudamiento”). Y guardó silencio sobre su plan de renegociar a la uruguaya o a la portuguesa. Fue precisamente Del Caño quien puso de ejemplo a Ecuador, no solo para homenajear a ese pueblo que acaba de darle un duro golpe al ajuste del FMI (ver páginas 11 y contratapa), sino para desnudar las promesas demagógicas de Alberto Fernańdez cuando dice que va a pagar y a su vez “ponerle plata en el bolsillo a la gente”. “Es imposible estar del lado de las grandes mayorías y aplicar las políticas del Fondo Monetario”, denunció Del Caño. Es lo que venimos diciendo, si con Fernández va a seguir el FMI y los pagos de la deuda, no habrá heladera llena sino un nuevo ajuste.

Macri y sus cómplices

“Macri no hizo este desastre solo, acá hubo cómplices, legisladores y gobernadores que hoy están en el Frente de Todos y que cuando hubo que elegir eligieron a los bancos contra los jubilados y votaron todas las leyes contra el pueblo trabajador”. De esta manera Del Caño dejó en claro el rol colaboracionista del peronismo y la burocracia de la CGT para con Macri. Por eso el ajuste llegó a tanto.

Es lo mismo que ahora quiere hacer Fernández llamando a un pacto social con los mismos cómplices que ayudaron a Macri a gobernar en todos estos años. “En esa mesa se van a sentar los mismos que nos vienen robando y los dirigentes de la CGT”, dijo Del Caño, recordando la votación de la reforma previsional de 2017. En aquel entonces los socios actuales del Frente de Todos garantizaban el robo a los jubilados.

Del Caño también denunció el doble discurso de Alberto Fernández, que en Chubut tiene como aliado al gobernador Arcioni, quien hace meses ataca el salario de docentes y estatales, miente y reprime.

¿“Tender” a legalizar el aborto?

Fernández habló de los derechos de las mujeres. Dijo que hay que “tender” a la legalización del aborto. ¿Para cuándo? Con esa frase elegante dejó en claro que en su gobierno no habrá aborto legal, “no es el momento” viene diciendo, a la vez que intenta ocultar que sus listas están llenas de oscurantistas celestes, como el reaccionario gobernador Manzur.

“La deuda no es con el FMI, es con las mujeres”, dijo nuestro candidato. Y denunció que hubo senadores tanto de Cambiemos como del Frente de Todos que votaron en contra del derecho al aborto por su complicidad con las iglesias, reivindicando al Frente de Izquierda por tener listas 100 por ciento verdes, por la Educación Sexual Integral y la separación de la Iglesia del Estado.

Votá al FIT Unidad
“Hace falta más izquierda en el país y en el Congreso”. Con esa frase cerró Del Caño y llamó a votar por el FIT Unidad. Sabiendo que las bancas que logremos van a estar en primera fila para enfrentar los desafíos que se vienen.

Este debate, sin la izquierda, no hubiera sido el mismo. Las políticas para combatir los males de los trabajadores, los jubilados, las mujeres y la juventud, solo estuvieron en boca de la izquierda. Por eso hace falta fortalecerla con el voto, para que esté más fuerte en las fábricas, colegios, barrios, en el sindicalismo combativo contra la burocracia sindical, en el movimiento de mujeres y juventud para dar una respuesta obrera y popular a la crisis. Para todo esto llamamos a fortalecer esa pelea votando el 27 de octubre a las listas del FIT Unidad en todo el país.


Espert y Centurión: dos peligros

Espert se presentó como “un ciudadano común”. Pero cuando habló de educación se despachó con arancelar la Universidad, limitar el derecho de huelga, contra el estatuto docente, propuso bajar los costos laborales, está en contra del 82% móvil, “festejó” las Relaciones Internacionales de Macri, es decir, la amistad con Trump, Bolsonaro y Guaidó, y propuso juzgar a los terroristas de los años ´70. Una pinturita.

El dinosaurio Centurión, por su parte, (auto definido como comprometido “con la vida, la libertad y la propiedad privada”), habló en contra el derecho al aborto, la ESI (Educación Sexual Integral), defendió a las Fuerzas Armadas y tildó de “asesinos” a los desaparecidos.


Lavagna y el “hambre”

Una de las pocas cosas que el desconcertado ex ministro de Economía hilvanó fue cuando dijo “el hambre es el derecho humano más violado en el país”. Pero es el mismo peronista Lavagna que dice que hay que pagar la deuda y mantener el pacto con el FMI. De esa manera solo le pueden dar 15 pesos más por comedor a cada pibe o anciano, como lo dispuso la vergonzante ley alimentaria votada en el Congreso. Lavagna es puro verso.


Macri derrotado

“Estamos mejor”, “Me hace feliz ser presidente de un país donde se vive en libertad”, dijo Macri. Y agregó: “Hoy hemos modernizado la Argentina, mejoramos la educación, hemos vuelto al mundo [...]”. ¡Hasta dijo “pusimos robótica desde jardín de infantes”, mientras las escuelas ni tienen calefacción y se caen a pedazos!

Estas mentiras, unidas al brutal ajuste que aplicó (lo definió como un “esfuerzo que no fue en vano”) es lo que hace que sea repudiado por millones y por más mentiras que use, ya fue.

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