May 20, 2024 Last Updated 1:17 PM, May 20, 2024

Escribe Graciela Calderón, secretaria adjunta Suteba La Matanza y candidata a diputada nacional

Este 2 de agosto se va a cumplir un año de la masacre donde fallecieron los compañeros Sandra Calamano y Rubén Rodríguez, docente y auxiliar respectivamente, de la escuela N°49 de Moreno, a causa de una explosión ocurrida por falta de mantenimiento en la instalación de gas del edificio.

Una vez más, la desidida y la falta de inversión de parte los gobiernos de distintos signos políticos ocasionan muertes evitables para el pueblo trabajador. Tal como lo hicimos en su momento, responsabilizamos tanto al gobierno provincial de Vidal como al municipal de Festa (kirchnerista) por las muertes ocurridas.

Hoy a un año de este indignante hecho, seguimos sufriendo en carne propia la falta de inversión y mantenimiento en estructuras edilicias de Vidal y los intendentes, que en su mayoría kirchneristas, son corresponsables de esta situación. Este invierno hubo centenares de escuelas en la provincia que tuvieron que suspender las clases porque no funcionaban las estufas o habría problemas con las instalaciones eléctricas y de gas. Miles y miles de estudiantes tuvieron que perder clases o pasar frío cursando en aulas congeladas.

La muerte de Sandra y Rubén dio impulso en 2018 a un enorme proceso de movilización, que tuvo su epicentro en Moreno donde hubo marchas de más de 10.000 docentes, estudiantes y vecinos, y recorrió toda la provincia, con más de mil escuelas que decidieron en asambleas junto a la comunidad educativa suspender las clases por problemas de infraestructura. A un año de esta de esta verdadera masacre queremos retomar este ejemplo y por eso nos vamos a movilizar el próximo 2 de agosto en Moreno exigiendo como lo hiciéramos hace un año: ¡basta del ajuste de Vidal y los intendentes! Que se declare la emergencia educativa provincial para solucionar de una vez por todas los problemas de infraestructura, y que la plata salga de los pagos a la ilegítima deuda externa y de los subsidios a la educación privada y a la iglesia. ¡Basta de jugar con la vida de docentes, auxiliares y alumnos!

Escribe José Castillo, candidato a Diputado Nacional CABA

“Necesitamos un dólar alto. Siempre lo creí. Tenemos la certeza que un dólar subvaluado nos condena al peor escenario. Con este dólar subvaluado no vamos a conseguir dólares para producir”. Son palabras del propio Alberto Fernández en un reportaje con el periodista Roberto Navarro.

Fernández propone la devaluación como si eso fuera a beneficiar a los trabajadores. Falso: lo que generará es una mayor inflación y, como consecuencia, un deterioro superior de los salarios y las jubilaciones. Habrá ganadores, por supuesto: los monopolios exportadores, que recibirán más pesos por igual cantidad de dólares y a los que encima se les promete eliminar las retenciones (así lo aseguró Guillermo Nielsen, El Cronista, lunes 29/7). Y, por supuesto, será un gran premio para todos los especuladores que, “avisados” de la devaluación, se empezarán a pasar al dólar luego de hacer sus diferencias con las tasas en pesos, con una super-ganancia final incomparablemente más alta que la obtendrían en cualquier otro país del mundo.

Alberto Fernández se explayó incluso sobre cómo sería esa devaluación. El mecanismo consistiría en no renovar las Leliqs a medida que vayan venciendo, por lo que todo ese dinero, en manos de los bancos irían indefectiblemente al dólar, provocando la suba de su precio. Maliciosamente el macrismo propagandizó esto como que un futuro gobierno del Frente de Todos iba a “defaltear” las Leliqs, lo que fue inmediatamente desmentido por los economistas del peronismo kirchnerista. Demostrando con esto, una vez más, que sienten “horror” por la mera mención de dejar de pagar aunque sea una pequeña parte del endeudamiento.

El planteo de Alberto Fernández puso al desnudo la opción de hierro: si se bajan los intereses de las Leliqs (hoy en el astronómico valor de 60%) o no se las renueva, los bancos llevan todo eso al dólar y provocan una feroz devaluación. Si se mantienen las Leliqs como están, las tasas de interés por las nubes revientan a los endeudados y hacen imposible cualquier crédito o reactivación de la economía. En ambos casos, los ganadores son los bancos y los especuladores financieros. La única salida a este laberinto es justamente la que nunca mencionarían ni Macri ni Alberto y Cristina y sólo está en el programa del Frente de Izquierda: la necesidad de nacionalizar la banca y el comercio exterior, para así terminar con la bicicleta financiera y la fuga de capitales, proteger al pequeño ahorrista, volcar todo ese dinero a dar crédito barato para el consumo popular y que las divisas no queden en manos de los monopolios exportadores o los especuladores financieros.

Alberto Fernández quiere hacernos creer que una devaluación generará las divisas que el país necesita, porque aumentaría las exportaciones. Como muestra basta un botón: en los primeros seis meses de 2019, tras una devaluación mayor al 100% y con una cosecha record, el superávit de balanza comercial (exportaciones menos importaciones) alcanzó apenas a 6.000 millones de dólares. ¡El agujero a cubrir por los pagos de deuda de los próximos cuatro años es de 150.000 millones! Inalcanzable por donde se lo mire. Por eso insistimos: ninguna salida es viable sin suspender inmediatamente los pagos de deuda. Una vez más: sólo lo propone el Frente de Izquierda Unidad.

La fórmula de Alberto y Cristina tratan de hacer el máximo silencio sobre que harán con la deuda y el FMI. “Cumpliré con los acreedores” y “renegociaré con el Fondo”, fueron sus únicas palabras al respecto. Sin embargo, cada vez son más los periodistas y economistas que sostienen lo mismo que nosotros: así se va derecho a un ajuste aún mayor que el actual.

Escribe José Castillo, Candidato a diputado por la Ciudad de Buenos Aires

Lo dijo Nelson Castro el fin de semana pasado: “Lo que se puede leer –sin ser economista– es que si no hay planteos económicos muy concretos de ninguno de los dos candidatos con más opción a ganar y no hay un programa económico concreto, sino que hay indefiniciones y algunas chispas e ideas para alentar debates, es porque las medidas económicas que debería tomar cualquiera que esté sentado el 11 de diciembre en la Casa de Gobierno son inconfesables: reforma previsional, reforma laboral que nos ponga a la par –en términos de competitividad– de lo que ya ha hecho Brasil (Perfil, 28/7). Clarísimo. Del macrismo nadie tiene dudas que va a continuar con el ajuste.

Pero resulta que Alberto Fernández hasta ahora se había limitado a decir que iba a resolver la crisis económica “con creatividad”. Ahora, ya sobre el final de la campaña y ante la creciente polarización, empezó a lanzar promesas del tipo “vamos a darle medicamentos gratis a los jubilados”, “vamos a subir un 20% la mínima” o directamente “daremos un 20% de aumento de salarios”. Todo mientras, a la vez, insiste en que no romperá con el FMI y se pagarán puntualmente los vencimientos de deuda externa.

La pregunta del millón sigue siendo: ¿Cómo va a hacer si el Fondo sólo acepta renegociar a cambio de un mayor ajuste más las reformas previsional y laboral? ¿De dónde va a salir la plata para cumplir con esas promesas y a la vez pagar nada más ni nada menos que 150.000 millones de dólares de deuda externa en los próximos tres años? La respuesta la dio Guillermo Calvo. Lo presentamos: se trata de un economista liberal, profesor en la Universidad de Columbia (Estados Unidos), que se hizo famoso por predecir el “efecto tequila” (como se llamó a la crisis mundial con epicentro en México en 1994). Sin compromisos con la Argentina, afirmó en una entrevista a medios chilenos lo que “nadie dice en público” (pero todos los economistas que asesoran a Fernández-Fernández susurran en privado):

“Hay que hacer cosas políticamente muy impopulares… hay que empezar a echar gente en el sector público” (Diario Financiero y La Tercera, Santiago de Chile, 25/7) y, lo más importante, “No estoy a favor de Cristina ni de su gente, pero debo reconocer una cosa: si sube Cristina, ella puede mirar para atrás y decir ‘miren el lío que nos dejó este hombre. Ahora yo tengo que hacer el ajuste que el debió haber hecho y no hizo’”.
El periodista repregunta para precisar: “hay una trampa ahí entonces”.
“Si, de repente Cristina es lo mejor que le puede pasar al país, curiosamente”.
“Porque va a aplicar políticas de derecha”, insiste el periodista.
“Porque va a aplicar el ajuste con apoyo popular, culpando al gobierno previo.”

Como vemos, todas estas frases no tienen desperdicio. Calvo, desde su mirada a favor del establishment, está anticipando lo que va a suceder con un gobierno peronista kirchnerista. Lo interesante es que, al día siguiente, los medios de comunicación y candidatos kirchneristas no lo desmintieron. Al contrario, Página 12 le dedicó la tapa y todos explicaban que Calvo había puesto énfasis en que sólo Fernández y Cristina pueden garantizar la gobernabilidad, escondiendo que les faltaría agregar: “…y el ajuste”.

Guillermo Nielsen es el economista cercano a Alberto Fernández que más precisiones da acerca de que harían en caso de triunfar. Además de proponer devaluar y un off-shore para Vaca Muerta (ver notas al respecto), afirma que “tenemos FMI para rato. El programa prevé vencimientos tan irreales para 2021 en adelante que necesariamente se deberá pasar del stand by a un ‘programa de facilidades extendidas’ […] este tipo de acuerdos implica que el país tiene que hacer modificaciones de su política económica: la reforma del estado y la jubilatoria.” En una entrevista anterior había hablado de “ocho años más de FMI”.

Cómo suele plantear el dicho popular: “quien quiere oír que oiga”. Alberto Fernández y Cristina no van a hacer una política económica distinta a la que hoy llevan adelante Macri y el FMI. Continuará el acuerdo con el Fondo y, en el marco de una segura renegociación, se plantearán cláusulas más leoninas que las actuales, incluyendo las reformas laboral y previsional. Ambos, Macri y los Fernández, nos llevan al callejón sin salida de más miseria y saqueo. Por eso insistimos: la verdadera salida es votar al Frente de Izquierda Unidad, los únicos que planteamos que la solución es romper el acuerdo con el FMI y dejar inmediatamente de pagar la deuda externa, para volcar todos esos recursos a resolver las más urgentes necesidades populares.

 


 Si no pagamos, el problema lo tiene el FMI

“A mi juicio, el Fondo Monetario está tan comprometido con Argentina que si Argentina dice “no te pago”, el Fondo se queda con un problema muy serio […] La Argentina es hoy para el Fondo la inversión más importante que tiene […] Si Argentina no le paga al FMI, el FMI se funde.” Son palabras del propio Guillermo Calvo.
Esto demuestra que es perfectamente posible repudiar el acuerdo con el FMI. Ellos son los que tendrán problemas, no nosotros.

Escribe Guido Poletti

Alberto Fernández prometió medicamentos gratis para los jubilados. Sostuvo que aplicar esta medida costaría 19.000 millones de pesos, apenas 10 días de los intereses de Leliqs que el Banco Central les regala a los bancos privados. El problema es que Fernández retrocedió en chancletas cuando alguien insinuó que se iba a financiar los medicamentos no pagando esos intereses de Leliqs. “Me malinterpretaron”, se excusó. “Lo único que hice fue una comparación y plantee que habría que bajar las tasas”. En concreto: una promesa vacía, sin una palabra de cómo se la cumplirá, ya que los banqueros seguirán cobrando sus tasas astronómicas.

El candidato del Frente de Todos también habló de un aumento de 20% a los jubilados, como si eso fuera la solución a la miseria a que están sometidos nuestros abuelos. Hagamos cuentas: significará llevar las jubilaciones a 15.000 pesos, menos de la mitad de lo que cuesta la canasta del jubilado, según la Defensoría Tercera Edad (valuada en 30.500 pesos).

No se puede jugar con nuestros abuelos: el PAMI debe ser capitalizado para que esté en condiciones de otorgar gratuitamente los medicamentos. A la vez, hay que otorgar un aumento de emergencia para que ninguna jubilación quede por debajo de la canasta de la Tercera Edad. Y otorgar el 82% móvil del salario en actividad. Desde el FIT-Unidad somos transparentes: eso sólo puede ser realidad si se lo financia con fondos que surjan de dejar de pagar la deuda externa.

Escribe Guido Poletti

Si hay un tema en que explícitamente dicen lo mismo macristas y kirchneristas es con respecto a Vaca Muerta. Solo discuten a quién cabe adjudicárselo. Es que este auténtico monumento al saqueo de nuestros recursos no renovables, a la contaminación ambiental, a la flexibilización laboral y al atropello de los pueblos originarios, fue iniciado por Cristina y continuado en su desarrollo por el gobierno de Macri.

Para que no queden lugar a dudas acerca de qué pasará en el futuro Guillermo Nielsen afirmó: “Con Alberto Fernández tenemos un plan que daremos a conocer en su momento donde la prioridad es la puesta en marcha a pleno de Vaca Muerta […] Hacen falta reglas de juego nuevas que atraigan a jugadores internacionales […] Vamos a darle un marco regulatorio nuevo que implica menos impuestos y amortización acelerada. Además estamos proponiendo la ‘offshorización’ del producido de los no convencionales […] Proponemos un fideicomiso en New York” (El Cronista, 29/7).

Traducimos para nuestros lectores: tanto Juntos por el Cambio como el Frente de Todos se preparan para otorgar más beneficios a los pulpos multinacionales del petróleo y el gas. Que paguen menos impuestos, que sigan los subsidios y las ganancias aseguradas. A esto le suman que sus ganancias queden en un ente al que no tenga acceso el estado argentino (una “offshore”). Será como si toda el área de Vaca Muerta dejara de ser parte de nuestro territorio y pasara a tener una entidad y jurisdicción extranjera. En síntesis: se llevarán nuestro gas y petróleo, nos dejarán el territorio contaminado, no pagarán impuestos y las ganancias ni siquiera pasarán por la Argentina. ¡Ese es el plan que Nielsen ofrece como “prioritario” para la supuesta reactivación económica! ¡Exactamente lo mismo que plantea el macrismo!

Desde el Frente de Izquierda-Unidad repudiamos el saqueo que se ha puesto en marcha en Vaca Muerta por parte de kirchneristas y macristas. Exigimos rescindir todos los contratos, dar marcha atrás con la flexibilización laboral que ya ha causado varias muertes de obreros petroleros y entregar todos esos yacimientos a una YPF 100% estatal para que, en común acuerdo con los pobladores de la región, se decida qué, cómo y dónde se explota los recursos.

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