Escribe Mercedes de Mendieta, diputada nacional electa por Izquierda Socialista/FIT Unidad
En Argentina más de un millón y medio de mujeres crían y mantienen solas a tres millones de niñas y niños. La mitad de esos chicos no reciben nada de los varones. Siete de cada diez madres no reciben la cuota alimentaria para darle de comer a sus hijas e hijos. Ante esta cruel realidad que venimos enfrentando desde el movimiento feminista, Lilia Lemoine, recientemente electa diputada nacional por el espacio de ultraderecha de Milei, dijo que quiere legalizar que los varones puedan renunciar a la paternidad.
Una verdadera provocación que debemos repudiar. Ya vivimos en un sistema capitalista y patriarcal dónde los hombres no necesitan de ninguna legalidad para hacerlo, millones renuncian por la vía de los hechos a la paternidad, mientras según el Indec el costo de la canasta de crianza es de 141.320 pesos por niña/o y son las madres quienes salen a trabajar para darle de comer a sus hijas e hijos. Esta forma de desligarse de su paternidad es un tipo de violencia de género, la económica, que somete a miles de madres en todo el país a la superexplotación para mantener a sus hijas e hijos. Madres jefas de los hogares más pobres que tienen que trabajar doble o triple turno, en trabajos precarios y mal pagados. Mientras los progenitores gozan del privilegio de desligarse de su paternidad, las mujeres ponen su cuerpo a la crianza y mantenimiento de sus hijos.
Como venimos denunciando y enfrentando en las calles, Milei y Villarruel y las y los miembros de La Libertad Avanza representan la reacción patriarcal ante los avances que venimos dando las mujeres y disidencias contra los privilegios que tienen los varones en este sistema patriarcal. A los dichos contra el aborto legal, la educación sexual integral, la brecha salarial de género, ahora Lemoine sube la apuesta con esta propuesta que fue masivamente repudiada por el movimiento feminista. Frente a la libertad retrocede, que quiere quitarnos derechos, decimos ni un paso atrás, y seguiremos acompañando la pelea de las madres por el pago de las cuotas alimentarias y para terminar con este sistema capitalista patriarcal.
Escribe Mariano Barba
El lejano tercer puesto conseguido por Juntos por Cambio (PRO y UCR) con el 23,8 % de los votos profundizó la crisis que viene atravesando desde hace mucho, agravada por la sangrienta interna que en las PASO le ganó Patricia Bullrich a Rodríguez Larreta. La campaña centrada en mayor ajuste, mano dura y un “país ordenado” no tuvo aceptación. Con la derrota del domingo pasado esas crisis se potencian, con final abierto. La historia es conocida, ya que su declinación empezó en el 2019 cuando Macri no consiguió la reelección como presidente. En este 2023 tuvieron algunos momentos de aparente recuperación cuando conquistaron la gobernación de nueve provincias a manos de los radicales, éxitos que no se reflejaron ni en las PASO ni en estas generales.
De cara al balotaje los votos de Juntos por el Cambio son buscados desesperadamente por Milei y Massa. Y aquí es donde afloran con más claridad las distintas opiniones al interior de esta coalición patronal. En la noche de la derrota, mientras Bullrich (PRO) continuaba balbuceando contra el kirchnerismo, Milei, después de acusarla de asesinar niños, desde su búnker electoral le ofrecía un lugar en su gabinete si llegara a ser presidente. Es la política que viene proponiendo Mauricio Macri desde hace meses y que no se concreta por oposición de los radicales.
Para oponerse a este intento macrista, el gobernador de Jujuy y presidente de la UCR Gerardo Morales convocó a una reunión del comité nacional para estos días, para fijar posición. Morales es un viejo amigo de Massa desde 2015, cuando se acercaron ante el balotaje de aquel momento. Amistad que fue acrecentada cuando el peronismo le votó este año la reforma constitucional antidemocrática a Morales en Jujuy, mientras el pueblo trabajador jujeño junto al Frente de Izquierda lo enfrentamos en las calles.
Adelantándose a la reunión, María Laura Storani, vicepresidenta de la UCR, declaró “es muy probable que apoyemos a Massa”. Y por si fuera poco apareció Lilita Carrió, quien anticipó que la postura de la Coalición Cívica será no votar por Massa ni por Milei. En conclusión, está en marcha una profundización de la crisis de esta coalición patronal de centro derecha, que gobernó desde 2015 al 2019 y ahora sufrió un retroceso que la pone al borde de la ruptura.
Este martes 24 de octubre Leandro Santoro bajó su candidatura a jefe de gobierno para no enfrentar al macrismo en la ciudad de Buenos Aires en segunda vuelta, oficializando el triunfo de Jorge Macri para que el PRO gobierne cuatro años más sin siquiera llegar al 50% de los votos.
El macrismo gobierna CABA de manera ininterrumpida desde hace 16 años con la complicidad permanente del peronismo. Son centenares las leyes que primero Macri y luego Rodríguez Larreta consiguieron aprobar gracias al apoyo de la bancada peronista. Leandro Santoro se llenó la boca en la campaña pidiendo el voto para entrar al balotaje y ahora en otra vergonzosa concesión le regala el triunfo al primo de Mauricio Macri para que el PRO continúe gobernando al servicio de los grandes negocios de la especulación inmobiliaria.
Por supuesto, no se nos escapa la maniobra. La renuncia de Santoro busca ser un guiño a sectores de Juntos por el Cambio para intentar “seducirlos” y acercarlos al voto a Sergio Massa en el balotaje, en aras de un gobierno de “unidad nacional”, como viene sosteniendo el ministro de Economía y candidato a presidente de Unión por la Patria. En este caso en particular, el destinatario del mensaje no sería Jorge Macri sino los otros sectores de Juntos por el Cambio en CABA, principalmente el radicalismo de Emiliano Yacobitti y Martín Lousteau (conducidos por el “Coti” Nosiglia).
Pero independientemente de cómo termine esa negociación entre radicales porteños y Massa, lo que queda claro es el doble discurso de un candidato que se la pasó haciendo campaña “para terminar con el macrismo en la Ciudad” y que ahora se baja, regalándole a Juntos por el Cambio la única victoria que podía obtener en este momento.
Como lo sostuvimos en la campaña electoral, solo el Frente de Izquierda enfrentó y enfrenta consecuentemente las políticas privatizadoras y de ajuste macrista en la Ciudad de Buenos Aires. Queda en evidencia el doble discurso peronista que en lugar de enfrentarlo, una vez más termina pactando.
Escribe Guido Poletti
Si la primera medida tras las PASO, a las 9 de la mañana del día siguiente, fue realizar una devaluación del peso del 22%, que provocó una carestía infernal y virtualmente liquidó los salarios y jubilaciones, ahora el ministro y candidato Massa “debuta” tras la primera vuelta con otra sumisión al FMI. Si aquella medida había sido, como lo reconoció, por exigencia del Fondo, ahora directamente ni se discutió, el gobierno sacó, de sus casi inexistentes reservas, 2.600 millones de dólares para pagar los vencimientos correspondientes a este mes. Si a eso le sumamos los 700 millones que vencen el 1° de noviembre y que se abonarán en esa fecha, tenemos que en menos de dos semanas saldrán más de 3.100 millones de dólares rumbo al organismo ajustador.
Ahí no se termina la historia. Todavía quedan otros 2.250 millones de dólares de vencimientos con el Fondo de acá a fin de año. El gobierno, en su ya lejana negociación de agosto, había acordado que el FMI enviaría un monto similar para cubrir esa cifra en noviembre, tras las elecciones. Ahora se empieza a develar la realidad.Los funcionarios del FMI vendrán a fin de noviembre, pero antes de desembolsar nada exigirán a quién ya será nuevo presidente todo un nuevo programa de ajuste, más duro que el actual.
Como ya dijimos montones de veces, esto es una demostración más de que así no tenemos salida. Es la eterna bola de nieve que se agranda cada día más, de una deuda externa inmoral, ilegal e impagable. Cada salario o jubilación de hambre, cada vivienda que falta, cada hospital sin insumos o escuela que se cae a pedazos, es consecuencia de que nuestros recursos se van por ese barril sin fondo.
Escribe Guido Poletti
El ministro y candidato presidencial Sergio Massa, buscando congraciarse con el mundo financiero, procedió a regalarle unos cuantos millones de dólares a los pulpos acreedores. En concreto, los poseedores de bonos de la deuda pública argentina bajo legislación extranjera recibirán “premios” en los cupones de intereses a cobrar, además que se anticiparán los vencimientos. Todo para “mejorar” la cotización de esos bonos en los mercados especulativos internacionales. Otro regalito para los buitres.