*foto de portada: Las y los migrantes son un sector perseguido por la nueva ultraderecha mundial
Escribe Mercedes de Mendieta, diputada nacional electa Izquierda Socialista/FIT Unidad
El vocero presidencial Manuel Adorni anunció un decreto para modificar el régimen migratorio siguiendo los pasos del ultraderechista Donald Trump. Una reforma que busca utilizar de chivo expiatorio a las y los migrantes frente a la crisis, además de alentar el odio y el racismo.
El nuevo decreto del facho de Javier Milei busca endurecer el régimen migratorio e instaurar un mecanismo represivo que facilite la expulsión de migrantes y restrinja las residencias, en particular de quienes provienen de países limítrofes. Al igual que Donald Trump, que desde que asumió en enero impulsa un paquete de leyes para expulsar migrantes y alimentar el odio racial, el gobierno intenta seguir el libreto de la extrema derecha mundial, para señalar a los migrantes como responsables de los problemas sociales. Milei quiere instalar la idea de que las y los migrantes son una amenaza y los presenta como “criminales” extranjeros, vinculándolos con el narcotráfico, la inseguridad y el “aprovechamiento” de recursos públicos como la educación y la salud. No debemos olvidar que, como consecuencia de ese odio racial, el año pasado la Gendarmería de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich asesinó en Salta a Fernando Gómez, trabajador bagayero, acusado injustamente de “narco”.
Los falsos mitos de un relato racista
La medida del gobierno es un claro ataque xenófobo, basado en falsos mitos sobre los migrantes de países limítrofes. Manuel Adorni afirmó, sin aportar fuentes, que en los últimos veinte años ingresaron a Argentina 1.7 millones de migrantes ilegales. Sin embargo, según el Censo de 2022, la población migrante en el país representa el 4,2% (es decir, 2 millones de personas), cifra que ha ido disminuyendo en los últimos años debido a la crisis económica.
Milei y Adorni impulsan una campaña de odio que criminaliza a todo migrante. Sin embargo, la supuesta “alta criminalidad” de los migrantes es un mito que no se sostiene con los datos oficiales. Según el Sistema Nacional de Estadísticas sobre Ejecución de la Pena (SNEEP) de 2022, los migrantes representan apenas el 6% de la población carcelaria. La mayoría no tiene condena firme y están detenidos por delitos vinculados a las drogas, ya que, debido a su vulnerabilidad, muchas veces son usados como mulas o eslabones débiles, mientras que los verdaderos narcotraficantes permanecen impunes.
El vocero, entonces, anunció el pago de los servicios de salud para migrantes, afirmando que “durante 2024, la atención médica a personas extranjeras en hospitales nacionales implicó un gasto aproximado de 114 mil millones de pesos”, cifra que resulta completamente exagerada. Datos de la provincia de Buenos Aires indican que la población migrante representa apenas el 0,2% de las consultas y el 0,8% de las internaciones. En Córdoba, menos del 1,2% de los pacientes son extranjeros.
El año pasado, el gobierno ya había anunciado su intento de arancelar las universidades para residentes migrantes. Las históricas marchas en defensa de la educación pública repudiaron esta medida. Si falta presupuesto para la educación, no es por la presencia de migrantes (que representan apenas el 4,5% del total de estudiantes), sino porque este gobierno quiere terminar con todos nuestros derechos conquistados, junto con la salud y la educación pública.
Migrar no es delito
El gobierno pretende usar esta medida para alimentar la xenofobia, desviando la bronca del pueblo trabajador frente al ajuste y la crisis hacia las y los migrantes, y así dividir a la clase trabajadora por nacionalidades.
Como ocurre en muchos países, muchas personas se ven obligadas a emigrar por causas económicas y terminan siendo mano de obra barata. En Argentina, la mayoría de la población migrante proviene de países hermanos como Bolivia, Perú, Paraguay, Venezuela y Brasil.
En muchos casos, son quienes ocupan los puestos más precarizados: la construcción, los talleres textiles clandestinos o el empleo doméstico. Es decir, el sistema capitalista se aprovecha de su condición de migrantes para someterlos a la informalidad y la superexplotación.
Desde Izquierda Socialista/FIT Unidad rechazamos cualquier cambio reaccionario en el régimen migrante, cuando este gobierno, con su motosierra y el acuerdo con el FMI, profundiza el saqueo y la dependencia, llevando a millones a la pobreza, decimos bien claro: migrar no es delito, es un derecho.
Escribe Adolfo Santos
El gobierno ultraderechista de Javier Milei propone el fin del régimen indemnizatorio por despidos laborales. Si se implementa, la medida representará un grave retroceso sobre un derecho conquistado tras largas luchas. Sin ningún debate previo ni acuerdos legales con ningún sindicato, el gobierno acelera sus pasos rumbo a una reforma laboral. Como parte de ese avance, la Comisión Nacional de Valores (CNV) publicó la resolución 1.066/25, mediante la cual dispone los mecanismos para avanzar en la conformación de “instrumentos financieros” destinados a la creación de “fondos de cese laboral” para casos de despidos.
Esta decisión pretende encuadrarse en el artículo 96 de la Ley Bases, aprobada en 2024, y reemplazar el modelo de indemnizaciones establecido en la Ley de Contrato de Trabajo, que, entre otras cosas, exige el pago de un salario mensual por cada año trabajado al empleado despedido sin causa. La propuesta del gobierno es que la indemnización sea conformada por un depósito mensual en un “fondo de cese laboral”, cuyo valor final dependerá de los altibajos del mercado. El fondo, controlado por la CNV pero sin respaldo estatal ni garantía de que alcance para cubrir un despido, será un instrumento más de la timba financiera.
En nuestro país existe un régimen similar al que propone el gobierno: el de la construcción, donde rige un esquema diferenciado debido a que se trata de trabajos transitorios, vinculados a la duración de una obra. No se puede generalizar un régimen excepcional y discutible como si fuese la norma, en general, las relaciones laborales tienden a tener un carácter permanente. Varios gobiernos intentaron modificar este sistema con el argumento de generar más puestos de trabajo. Ya lo vivimos en la década del ‘90, con una fuerte flexibilización laboral que, lejos de aumentar el empleo (como prometía el gobierno peronista de Carlos Menem), llevó la desocupación por encima del 20%. Más adelante, el macrismo buscó implementar una reforma similar, pero las luchas lo impidieron.
Rechazamos de plano esta medida, embutida en una Ley Bases cuyo capítulo laboral se encuentra legalmente cuestionado. Sin ningún debate, quieren legitimar una decisión para profundizar la precarización laboral. El “fondo de cese laboral” elimina la negociación y el conflicto: los despidos pasarán a ser apenas un trámite de transferencia del “capital acumulado” cuando la patronal decida despedir. Es imprescindible llevar este debate a cada lugar de trabajo y organizar, desde cada sindicato, la resistencia a esta medida perversa. Exigimos a las conducciones sindicales (fundamentalmente a la CGT y las CTA) un pronunciamiento claro de rechazo a esta ofensiva contra las y los trabajadores, al servicio del sistema financiero.
Escribe José Castillo
Anunciada con bombos y platillos en los últimos días de la campaña electoral en CABA y luego frenada por obstáculos legales, Javier Milei vuelve a la carga con la idea de permitir el uso de dólares en las compras cotidianas. Lo presenta como una “panacea” para la economía argentina, pero hay que preguntarse con claridad: ¿quién gana y quién pierde con esta medida?
Para la inmensísima mayoría del pueblo trabajador, la autorización para comprar bienes en dólares tiene la misma relación con su vida cotidiana que la venta de un ticket para ir al espacio. ¿De qué se habla en las fábricas, oficinas, escuelas o barrios populares? De que la plata no alcanza ni siquiera para comprar lo básico en el almacén del barrio. De que miles “peregrinan” por los supermercados haciendo malabares para cazar ofertas y descuentos: hoy con la tarjeta de débito de tal banco, mañana con la de crédito de otro, pasado con Mercado Pago. Que todos están endeudados, pagando en cuotas hasta la comida. Que quienes tienen trabajo terminan su horario y pasan a trabajar otras tantas horas para Uber o Cabify. Que los pibes “bicicletean” desesperadamente con cajas en la espalda, rezando no lastimarse o que no les roben la bicicleta. Las y los jubilados terminan decidiendo trágicamente en la farmacia qué remedios llevan y cuáles no, poniendo en riesgo su salud y calidad de vida. Nadie, entre todas estas realidades, tiene un solo dólar para usar en alguna transacción.
Claramente, es una medida que no beneficia al pueblo trabajador. Pero, ¡cuidado!, sí lo perjudica. Porque el gobierno quiere instalar que cada vez más bienes estén valuados en dólares. Se aprovecha ahora que el dólar está artificialmente quieto. Pero cualquiera sabe que esto no es para siempre: más temprano que tarde volverá a subir. ¿Qué va a pasar entonces con un pueblo trabajador enfrentando precios dolarizados, mientras salarios y jubilaciones siguen en pesos que cada vez valen menos? La respuesta es clara: más hambre, miseria y marginación social.
La clase media empobrecida
Las y los trabajadores de la vieja clase media (docentes, profesionales de la salud, trabajadoras y trabajadores del Estado, cuentapropistas) ya hace tiempo que ven cómo se achican (y en muchos casos directamente desaparecen) sus ingresos. Mes a mes, son miles los que van cayendo por debajo de la línea de pobreza. Es verdad que hay un sector que tiene ahorrado un puñadito de dólares para una emergencia. Se trata de su último seguro ante un problema de salud, un electrodoméstico que se rompe o cualquier otro imprevisto. Hace meses que miles están gastando esos ahorros para pagar gastos fijos que no se alcanzan a cubrir con salarios, jubilaciones u otros ingresos. ¿Qué quiere el gobierno? Que esos sectores “escupan” hasta el último dólar, que pasen a vivir de eso. ¿Qué va a pasar en el cortísimo plazo, cuando esos “canutos” de dólares se agoten? La caída directa en la pobreza.
Los auténticos beneficiados
Por supuesto, habrá “ganadores” con esta medida: los de siempre, es decir, los ricos, los millonarios que fugaron en pala sus dólares hacia el exterior, los empresarios que no pagaron impuestos y, por supuesto, los narcos, quienes manejan plata proveniente de la trata, la explotación sexual y cualquier otra actividad delictiva.
Se trata de un nuevo blanqueo, con condiciones aún más favorables que el que se hizo el año pasado. Será un gigantesco festival para los lavadores, que procederán a transformar su dinero sucio en inmuebles, casinos, acciones o autos de alta gama. Resulta tan escandaloso que el gobierno no pudo evitar advertir que estará violando las más elementales reglas internacionales contra el lavado de dinero, ya sea del GAFI, la OCDE o cualquier otro organismo. Por eso tuvo que demorar la puesta en marcha de las medidas, buscándole la vuelta para superar estas trabas. Mientras tanto, Milei sigue elogiando a los evasores y a los delincuentes: “Supieron cómo escaparse de la garra del Estado”, afirmó desvergonzadamente.
Nada bueno saldrá de todo esto para el pueblo trabajador. La salida no es esta “dolarización” trucha, sino un auténtico aumento de salarios y jubilaciones, para que nadie gane menos que el valor de la canasta familiar. A las patronales y a los ricos, por contrapartida, hay que exigirles todo lo que han fugado y cobrarles fuertes impuestos. Porque la crisis, una vez más, no la deben pagar las y los trabajadores, sino quienes la provocaron y se benefician con ella.
Una tormenta que no cesa y el abandono de los barrios más vulnerables, causan estragos en Zárate y Campana.
Si bien los niveles de lluvia son muy elevados, no es la primera vez que sufrimos inundaciones en nuestras ciudades. Desde ayer queda en evidencia el abandono a la obra pública para barrios populares por parte de todos los gobiernos, tanto del gobierno ultraderchista de Milei, como también del de Kicillof en Bs As y de los intendentes municipales.
En Zárate gobernó Cáfaro durante casi 20 años junto al peronismo provincial y nacional de Scioli/Cristina Kirchner y junto a Macri/Vidal. Hoy Matzkin (PRO), en consonancia con la motosierra de Milei, ha frenado todo esbozo de obra pública.
En Campana la situación es similar, Sebastián Abella (PRO) va por su tercer mandato, continuando el abandono de los barrios populares. Y, quien puso a disposición de Paolo Rocca y el grupo Techint la cuenta del Arroyo Cruz para que lo rellene y lo use.
En ambas ciudades con el discurso del "crecimiento y desarrollo" se priorizan los grandes proyectos inmobiliarios o instalaciones de empresas sin ningún estudio serio de impacto ambiental, consumiendo hectáreas enteras de humedales y drenando agua hacia los barrios más pobres. Por eso dejamos en claro que los gobiernos son responsables de este desastre.
Ante los cientos de evacuados, exigimos a las intendencias, al gobierno provincial de Kicillof y al nacional de Milei, asistencia urgente de alimentos, víveres y reparación de los hogares. Que las obras necesarias se comiencen YA y dejen de ser promesas de campaña.
Es imperante un impuesto a las grandes riquezas y empresas de la zona para destinarla a las más urgentes necesidades populares.
¡Plata hay! Que se destine para salud, educación, vivienda y obras públicas, no para el FMI y los amigos de los gobiernos fugadores de dólares.
Ante el desastre, desde Izquierda Socialista vamos a sumarnos a la solidaridad popular que se está desarrollando, abriremos nuestros locales para recibir donaciones y armaremos brigadas para asistir a vecinos.
Contactate con nosotros para asistir.
En Zárate: Sáenz Peña 1782
En Escobar: Estrada 1109
Izquierda Socialista Zona Norte
* Contacto:
Sergio Bonuccelli: 3487 55-9695
Izquierda Socialista Zárate-Campana
Prensa de Izquierda Socialista: 11 6054-0129
Escribe Juan Carlos Giordano
Diputado nacional electo por Izquierda Socialista en el FIT-U
17/5/25
El expresidente de Uruguay fallecido el pasado 13 de mayo a los 89 años, José Mujica, fue despedido por decenas de miles en su patria natal. “El guerrero tiene derecho a su descanso”, habría dicho ante el avance de su cáncer. Ante su pérdida, que lamentamos, surgen innumerables interrogantes, en especial entre las nuevas generaciones de luchadoras y luchadores que se preguntan qué hay detrás de este ex guerrillero con andar campechano que terminó siendo “el presidente más pobre del mundo", vivió de manera austera cultivando la tierra en una chacra en las afueras de Montevideo, se movía en el viejo escarabajo Volkswagen Fusca color celeste, iba en motoneta a la Casa de Gobierno y pidió ser enterrado junto a las cenizas de su perra Manuela.
Siempre Mujica llamó la atención, generando un gran impacto popular, por ser un político que siendo diputado, senador y luego presidente, no vivió en el lujo al que nos tienen acostumbrados los políticos patronales corruptos que se enriquecen a costa del pueblo trabajador.
Desde la izquierda trotskista respetamos y comprendemos a quienes simpatizan con la figura del “Pepe” Mujica, a la vez que dejamos expresadas nuestras diferencias. Mujica fue parte de la izquierda del llamado neorreformismo pos caída del estalinismo y del muro de Berlín en 1989, que postula que el socialismo no va más como objetivo de cambio social, una izquierda que pregona la política de “lo posible” y retoma la vieja concepción de la conciliación de clases. Es decir, una izquierda que en nombre de la clase trabajadora considera que debe gobernar, y así lo hace, con la burguesía y no romper con el capitalismo, la banca y las multinacionales.
Mujica fue parte de los gobiernos latinoamericanos del doble discurso, junto a Evo Morales de Bolivia, Lula en Brasil, Bachelet en Chile, Néstor y Cristina Kirchner en Argentina, Correa en Ecuador, Chávez y Maduro en Venezuela, entre otros. Gobiernos que con discursos “progresistas”, mantuvieron los pilares de este sistema capitalista, pagaron la deuda externa, se sometieron a la banca, a las multinacionales y a los dictados del imperialismo, y aplicaron severos ajustes bajo la mentira de que estaban “redistribuyendo la riqueza” o “combatían a la derecha”.
Sobre el Frente Amplio
Mujica llegó a la presidencia con el Frente Amplio en 2010-2015. Sucedió a su antecesor Tabaré Vázquez del cual había sido ministro. Venía de integrar en los años 60 el Movimiento Guerrillero de Liberación Nacional (MLN)-Tupamaros. Luego de sufrir 15 años de prisión, tras el golpe militar de 1973 y al ser liberado cuando en 1985 volvieron a los gobiernos constitucionales, Mujica creó el Movimiento de Participación Popular (MPP) al interior del Frente Amplio.
El Frente Amplio surgió como algo “esperanzador” ante el bipartidismo desastroso de los partidos Blanco y Colorado. Si bien nunca se definió por el socialismo, estaba integrado por el Partido Comunista y el Partido Socialista de Uruguay, más el MPP y otros sectores de centroizquierda. En el programa del Frente Amplio sí se menciona la reforma agraria, la ruptura con el FMI y el castigo a los genocidas. Pero el gobierno de Tabaré Vázquez, con Mujica de ministro, de arranque traicionó esos postulados.
Helios Sarthou, dirigente histórico del Frente Amplio que luego abandonó, daba sus motivos: “El Frente lo ha traicionado todo, pero fundamentalmente ha traicionado el respeto a los caídos y desaparecidos al mantener intocable la Ley de Impunidad. Ha sometido al país a la política económica del imperio y sus bancos. Ha renunciado a la transformación de la sociedad aceptando el asistencialismo. Ha subordinado la lucha de clases a la política laboral de conciliación. Ha pagado la deuda externa por adelantado. Privatizó las empresas públicas y ensanchó la brecha entre pobres y ricos. Afectó los principios de la izquierda e hizo que dejara de ser izquierda” (http://www.nodo50.org/ceprid/, citado por El Socialista, 28/10/2009).
Jorge Zabalza, uno de los “rehenes de la dictadura” junto a Mujica, quien falleció en 2022, dijo en un reportaje sobre el tema derechos humanos: “En Mujica veo una acción deliberada por el olvido y el perdón. Él ganó las elecciones justo cuando se dio el plebiscito para anular la Ley de Caducidad y no se la jugó, no dijo ni una sola palabra, y se perdió por 1%. O sea que si Mujica hubiera incorporado en su discurso de campaña el tema de la verdad y la justicia, se pudo haber logrado anularla en ese momento. (Montevideo Portal, 2019). Luego Mujica causó impacto cuando dijo “yo no quiero tener viejitos presos”, proponiendo la prisión domiciliaria para los militares mayores de 70 que están en la cárcel.
Algo que no salió en los medios por estos días, fue que Mujica impulsó políticas antiobreras y represivas. Uno de los episodios más recordados fue cuando declaró la "esencialidad" en la huelga de los trabajadores municipales de Montevideo, enviando al Ejército a recolectar basura para quebrar la protesta. Mujica le dijo a la docencia que trabaje más y prohibió las ocupaciones en los lugares públicos.
Otro hecho relevante fue cuando el año pasado Mujica se opuso al plebiscito de la Seguridad Social promovido por la central sindical PIT-CNT, que buscaba eliminar las AFAP, mantener la edad jubilatoria a los 60 años y aumentar las jubilaciones mínimas.
Mujica con los grandes empresarios
Como presidente dejó bien claro cuál sería su política hacia los grandes empresarios. A un año de gobierno, en una disertación en el lujoso Hotel Conrad de Punta del Este ante más de 1.000 empresarios entre uruguayos y extranjeros, entre ellos 400 argentinos -López Mena (Buquebus); Ratazzi (Fiat), Eurnekian (Aeropuertos 2000), Mujica dijo: “Vengan a invertir, acá no te la van a expropiar, ni te van a doblar el lomo con impuestos”. Hasta el expresidente Lacalle lo elogió: “De decir que iba a construir el socialismo, a defender la inversión nacional o extranjera. Bienvenidas las opiniones del presidente Mujica” (Clarín, 12/2/2011).
Según Mujica, “no se puede recaudar aumentado los impuestos sobre la riqueza porque matamos la gallina de los huevos de oro. La burguesía es como la vaca, algunos vivos la quieren matar para comerse un asado. Lo inteligente es dejarla pastorear para seguir ordeñándola”. De esta forma, Mujica predicaba el viejo cuento de todos los gobiernos de centroizquierda: hay que gobernar con los grandes empresarios pero “con viveza criolla”, para que ayuden a “redistribuir la riqueza”. Justo cuando las estadísticas mostraban que en Uruguay el 50% de las niñeces estaba por debajo de la línea de pobreza.
Mujica y su definición de la izquierda
En 2021 le preguntaron qué es ser de izquierda. Respondió: “Hoy en ese espacio se perfila una batalla cultural. Mi generación, todavía muy embebida en la ideología, pensábamos que cambiando las relaciones de producción podíamos construir el hombre nuevo. Pero el hombre no solo está condicionado por una relación económica. O cambia la mentalidad del Sapiens y logra dominarse o vamos a hacer pelota la vida en la tierra”.
Está claro su pensamiento. Mujica dice que cuestionar al capitalismo no va más -o en todo caso solo valen críticas parciales-, para terminar conviviendo con él.
Desde Izquierda Socialista y nuestra organización internacional, la Unidad Internacional de Trabajadoras y Trabajadores-Cuarta Internacional (UIT-CI) luchamos por gobiernos de la clase trabajadora que rompan con la burguesía, las multinacionales y el FMI e implementen un plan económico obrero y popular al servicio de las y de los trabajadores y demás sectores populares e inicien el camino al socialismo.
Consideramos que hay que retomar las banderas por las que luchaba el Che, quien decía “revolución socialista o caricatura de revolución”. La que se aplicó en los primeros años de la revolución cubana expulsando a las multinacionales, expropiando a la burguesía, rompiendo con el imperialismo, haciendo la reforma agraria y lograr de esa manera grandes conquistas sociales. Lo mismo pasó con la revolución rusa de 1917 y en los países donde se expropió a la burguesía, como en la revolución China de 1949, entre otros. Aunque tanto en la ex URSS, China y Cuba, bajó la conducción de la burocracia, ese proceso se frenó y retrocedió hasta la restauración del capitalismo.
Estamos convencidos que en Uruguay, Argentina y en cualquier país del mundo, si no se derrota al capitalismo y se inaugura el socialismo, que tendrá que ser mundial y con plena democracia para el pueblo trabajador, no habrá salida para las y los trabajadores, los oprimidos y la juventud.
Con estas reflexiones y respetando el dolor de quienes despidieron los restos de Mujica, llamamos a sacar conclusiones sobre el camino que nos depara y las organizaciones que hay que seguir construyendo para terminar con el capitalismo y el imperialismo y empezar a construir el verdadero socialismo.