Jul 18, 2024 Last Updated 6:04 PM, Jul 17, 2024

Escribe José Castillo

Desafiando a un gobierno que trató permanentemente de meter miedo, anunciando “incidentes” y represión, y que incluso durante varios días “no autorizó” el recorrido de la marcha. A un operativo de seguridad nunca visto, que virtualmente rodeó la convocatoria. A provocaciones de todo tipo, que incluyeron la detención de varios manifestantes o la confiscación de camionetas que transportaban banderas políticas. E incluso a que Macri y Patricia Bullrich se jugaron a impedir hasta el propio traslado de quienes querían participar, cerrando el subte, los trenes de todo el conurbano bonaerense y un amplísimo perímetro de la Ciudad. A pesar de todo eso, decenas de miles se manifestaron contra el G20, repudiaron a Trump, a Macron, al resto de los líderes imperialistas, al asesino príncipe saudita Mohamed Bil Salman, a Christine Lagarde y el FMI, y al propio Macri.
Con la presencia destacada de la izquierda, marcharon también organismos de derechos humanos, centros de estudiantes y diversas expresiones sindicales (ambas CTA y el sindicalismo combativo). El kirchnerismo, luego de las declaraciones de Cristina llamando a no marchar (ver nota en estas páginas) aportó una presencia menor y simbólica.

El acto del Frente de Izquierda

Previamente a la marcha, el Frente de Izquierda realizó un acto en el que se leyó un documento elaborado en conjunto por los tres partidos, en el que se señalaba “los mandatarios que concurren a Argentina (Trump, Merkel, Macron, May, Putin, Erdogan y otros) son los responsables de las masacres y bombardeos contra los pueblos de Siria, Libia, Irak, Palestina, Yemen, kurdos, entre otros [...]las principales potencias imperialistas del G20 son las que comandan el FMI y el saqueo en curso al pueblo argentino: pulverización del salario y las jubilaciones, tarifazos, cierres y despidos, para pagarle la fraudulenta deuda a los especuladores [...] Anticipando esta política de ajuste, el gobierno de Macri y su ministra Bullrich han montado un feroz operativo represivo en la Ciudad de Buenos Aires para la reunión del G20, con el claro objetivo de bloquear y agredir a quienes se van a manifestar [...] Denunciamos esta política reaccionaria, que el gobierno del macrismo y sus cómplices del PJ, en el Congreso y en las gobernaciones, aplican todos los días contra los trabajadores argentinos, a cuenta del FMI y de las patronales [...] Por la independencia política de los trabajadores frente a los gobiernos derechistas y al progresismo fracasado. A la barbarie capitalista, le oponemos la lucha por gobiernos de trabajadores y el socialismo internacional”.


Escribe Juan Carlos Giordano, Diputado nacional electo Izquierda Socialista/FIT

Fue noticia. Cristina Fernández se recluyó en El Calafate. Le dio la espalda a la marcha contra el G20. Se borró. Esto no sería novedad, ya que Cristina nunca va a una movilización. Pasa que la orden de no participar fue esta vez también para los referentes K. Llamó específicamente a no concurrir. Por eso no se los vio a Kicillof, a Rossi, ni a ningún otro conocido. La “jefa”, acostumbrada a largas cadenas nacionales, tampoco tuiteó sobre el tema.
Cristina Kirchner, quien pidió el voto “contra el ajuste” y ataca permanentemente a la derecha, no abrió la boca para criticar a “toda la derecha” mundial que se reunió en Argentina. Tampoco dijo nada sobre la “derecha de Macri” que los recibió. Es decir, el Frente para la Victoria (hoy Unidad Ciudadana) despotrica contra el ajuste, el FMI y la derecha, pero cuando hay que jugársela contra estos gobiernos capitalistas e imperialistas saqueadores se borra. Fruto de esto es que la propia Cristina, previo al G20, dio una charla en la “contracumbre” con Dilma aclarando que “no era contra nadie”. Es decir, ni contra Macri, ni contra Trump ni ninguno de los ajustadores que vinieron al país por más ajuste y saqueo.

Esto ha desconcertado a miles de honestos luchadores y jóvenes que creen que Cristina es la salida contra el ajuste y el capitalismo global. A tal punto que algunas agrupaciones que levantan “Cristina 2019” fueron a la marcha, contradiciendo su silencio cómplice y desmovilizador. Esto se une, por ejemplo, a lo que vino manifestando Scioli (el candidato de Cristina que perdió ante Macri), de que Trump “defiende el trabajo y la industria nacional” (Perfil, enero 2017). O a las recientes declaraciones de su ex ministro de Economía Kicillof (ver página 3).

La actitud de Cristina confirma lo que venimos diciendo desde nuestro partido. Cristina, Kicillof y La Cámpora, hicieron “buena letra” ante el G20 porque ya han dicho que no van a romper el acuerdo Macri-FMI y van a seguir pagando la deuda externa. Es más, semanas atrás, Cristina sorprendió con su llamado a la “unidad del peronismo” a lo que ella misma considera la derecha de su partido, es decir, con Pichetto, Urtubey y los gobernadores.
Si el kirchnerismo no enfrenta (¡ni denuncia!) al imperialismo ¿de qué “independencia económica”, “soberanía política” o “combate a las corporaciones” habla? Solo critica a Macri mirando las elecciones del próximo año . El Frente de Izquierda, en cambio, estuvo en primera fila el viernes 30 contra el G20, repudió a Trump y al resto de los líderes capitalistas y explotadores, llamó a romper el pacto con el FMI y está por el no pago de la deuda.

 

Escribe Martín Fú

Ana María Martínez era militante del Partido Socialista de los Trabajadores (PST, antecesor de Izquierda Socialista), secuestrada y asesinada por la dictadura en febrero de 1982. Luego de 36 años de su brutal asesinato, el Tribunal Oral Federal N°1 de San Martín fallará el próximo 6 de diciembre, a favor o en contra del general (R) Norberto Apa, ex jefe del Destacamento de Inteligencia 201, y del coronel (R) Pascual Muñoz, ex jefe del Departamento de Personal, ambos con sede en Campo de Mayo, quienes son acusados de proveer logística y personal para concretar el secuestro y posterior asesinato de nuestra compañera Ana María. Las querellas, conformadas por el Ministerio Público Fiscal, la Secretaría de Derechos Humanos y el equipo de Pablo Llonto han pedido perpetua e inhabilitación absoluta con cárcel común para los militares. El pasado jueves fue el turno de los alegatos de los defensores, a cargo de María Laura Olea -hija del múltiple condenado genocida Enrique Olea- y Gerardo Ibáñez, que en defensa de Apa descargaron una artillería de lugares comunes que en cada juicio de lesa humanidad los genocidas esgrimen como estrategia, negar el genocidio, que no fue un crimen cometido por el terrorismo de Estado, que por ende debería considerarse prescripto y que los testimonios aportados por los testigos estaban cargados de “subjetividades” y que se “habían deformado después de tanto tiempo transcurrido el crimen”.

Pero abriendo el paraguas ante una condena, pidieron no aplicar la reclusión perpetua por considerarla “anticonstitucional” e ir en contra de los derechos humanos, derechos que les fueron negados a todas las víctimas del genocidio. Y pedir que se les conserve el privilegio de la prisión domiciliaria. Lo mismo fue expuesto y pedido por el abogado de Muñoz. Laura Marrone, legisladora por Izquierda Socialista en el Frente de Izquierda, presente en la audiencia, luego del cuarto intermedio salió al cruce de los abogados genocidas, recordándoles que fue un genocidio y “que Ana María fue asesinada por militante revolucionaria y del PST”, a lo cual fue obligada a dejar la sala.
El próximo 6 de diciembre los acusados podrán hacer uso de la palabra antes de conocer el fallo del tribunal. Desde la Comisión de Familiares, Amigos y Compañeros de Ana María Martínez convocamos a concentrar a las 8.30 en la plaza San Martín para luego marchar al juzgado donde se conocerá la sentencia. Seguimos luchando y movilizados, reclamando justicia y cárcel común para todos los genocidas.

Editorial

El ajuste y la entrega del país son tan brutales que hasta el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, tuvo que reconocerlo: “Nunca se hizo un ajuste de esta magnitud sin que caiga el gobierno”. En otro de sus conceptos, agregó: “Lo que se ha hecho en estos tres años no se ha hecho en la historia argentina” (Clarín, 15/11).
Jamás un funcionario fue tan explícito. Parecería que hasta el propio ministro de Macri (mejor dicho, del FMI) no puede creer que se pueda avanzar con los tarifazos, la feroz inflación, el robo salarial, el ataque a los jubilados y más pagos de la deuda y que el gobierno piense en las elecciones de 2019.
¿Por qué el gobierno puede seguir adelante con este ajuste y un mayor saqueo del país siendo que millones no están de acuerdo y sufren las terribles consecuencias de la inflación, el robo salarial o los pagos de la deuda? Muy sencillo. Porque Macri tiene cómplices. ¿Quiénes son? La burocracia sindical y el PJ.

La CGT no llamó a marchar cuando se aprobó el presupuesto en Diputados. Y el sector de Moyano dio una presencia simbólica. Y cuando se aprobó finalmente en el Senado, la CGT tampoco abrió la boca y Camioneros ni el propio Hugo Moyano hicieron siquiera una presencia simbólica. Pablo Moyano se limitó a pedir “que los senadores voten en contra”, sin movilizar. Finalmente la CGT levantó cualquier convocatoria de paro ante un bono miserable.
El peronismo, por su parte, junto a los gobernadores de ese palo, aprobó el presupuesto. Es la famosa “oposición patronal” que le viene votando las leyes a Macri y garantizando la “gobernabilidad”. No es casual que si el FMI tiene ya votado el presupuesto de ajuste -la “ley de leyes” que dispone que la mayor erogación va a ser el pago de los intereses de la deuda por 750.000 millones de pesos- es porque el gobierno tuvo el apoyo del PJ. ¿Qué implica esta complicidad político-sindical? Dejar que Macri aplique el ajuste, se desgaste y trabajar para un recambio electoral vía un rejunte del peronismo en 2019.

En esto está también Cristina Kirchner. Ella misma, por su propia boca, blanqueó este lunes en Ferro lo que venían diciendo sus delfines (ver pág. 5). Cristina llamó a la unidad de todo el peronismo para hacer un frente electoral contra el “neoliberalismo” de Macri. Es decir, Cristina votó contra el presupuesto de Macri y el FMI, pero llama a hacer un frente con los peronistas y gobernadores que votaron a favor (Urtubey, Pichetto, Schiaretti) o con Massa, que apoyó el pago a los fondos buitres apenas asumió Macri. Una cruda expresión de su doble discurso. Una nueva trampa para el pueblo trabajador, las mujeres y la juventud.

Desde la izquierda hemos planteado una política opuesta a las variantes del peronismo, incluido el kirchnerismo. Somos los que decimos que hace falta derrotar el ajuste ahora. Por eso denunciamos el rol colaboracionista de la CGT y al resto de la burocracia sindical que no le han dado continuidad al parazo general de septiembre, dejando aisladas las luchas y sin aprovechar la bronca obrera y popular para que se reabran las paritarias. Y desde el Frente de Izquierda levantamos un plan económico alternativo y medidas de fondo para que la crisis la paguen los capitalistas y no los trabajadores. Opuesto a lo que hace el peronismo en todas sus variantes.

Somos los que planteamos en la emergencia un aumento de salario ya, la prohibición de despidos y la anulación de los tarifazos, acompañando estas medidas urgentes con la inmediata suspensión de los pagos de la deuda externa para volcar esos fondos a trabajo, salud y educación. Esto debe ir unido a la nacionalización de la banca y el comercio exterior. Y la recuperación del patrimonio nacional, vía la reestatización de las privatizadas y la nacionalización del petróleo y el gas. Medidas todas indispensables para atacar la inflación, la fuga de capitales y evitar que la plata se siga yendo para los especuladores y usureros y se vuelque a reactivar la economía.
Estas propuestas las vamos a hacer valer en la marcha del próximo 30 de noviembre en repudio al G20, ante la venida de Trump y el resto de los jefes de los países capitalistas que vienen a apoyar a Macri para que siga con el ajuste.

Si Macri tiene cómplices, va a encontrar a Izquierda Socialista y al Frente de Izquierda denunciándolos rotundamente. La confesión de Dujovne reconoce que el gobierno está jugando con fuego. Porque los trabajadores siguen dándole pelea al ajuste y la bronca crece cada día más. Lo que resta es canalizar todo eso, construyendo una alternativa sindical y política para el conjunto de la clase trabajadora.
En función de estas tareas es que realizaremos el acto el próximo 8 de diciembre en Ferro. Vamos a hacerlo con una consigna muy clara: “Abajo el ajuste de Macri, el FMI y los gobernadores”. Llamamos a concurrir a los luchadores, a las mujeres y a la juventud. Para levantar una salida de fondo. En apoyo de las luchas, por el paro de 48 horas, repudiando a la burocracia sindical y llamando a hacer cada día más fuerte al sindicalismo combativo, por la unidad y la coordinación entre todos los que peleamos por una nueva dirección para la clase trabajadora.
Y fundamentalmente, será un acto de los que defendemos la unidad de la izquierda, para fortalecer al Frente de Izquierda, planteando que solo un gobierno de los trabajadores y la izquierda combatirá los males capitalistas. El 8 en Ferro, en definitiva, diremos que la salida viene por izquierda junto a miles de luchadores. Una tribuna obrera y popular al servicio de hacer frente a los desafíos que se vienen.

Desde que Macri llegó al gobierno las tarifas de luz subieron 1.000% (diez veces) y las de luz 500% (cinco veces).
Con eso, antes de la devaluación del peso de 111 % de este año, los usuarios (casas y negocios) pagábamos el 70% del costo de generación eléctrica y el 60% del costo del gas. El gobierno les pagaba a las empresas subsidios con los que no sólo terminaban de cubrir los costos, sino que también les generaban elevadas ganancias a las concesionarias de los servicios privatizados.

Pero de acuerdo a los contratos de las privatizadas con el gobierno, los costos de la luz y el gas se calculan en dólares. Por eso al aumentar a más del doble el valor del dólar respecto del peso, los costos de la luz y el gas también subieron más del doble. Y el gobierno, de acuerdo con esos mismos contratos, está obligado a cubrir ese aumento.

Es decir, mientras los salarios de los trabajadores se hunden cada vez más por el peso de la brutal inflación, mientras se recortan cada vez más los presupuesto de salud y educación y los sueldos de los empleados públicos, se gasta cada vez más en mantener las ganancias en dólares de los buitres que controlan nuestras empresas y recursos privatizados.
¿Qué solución tiene esta locura?
Desde el FIT e Izquierda Socialista venimos reclamando la reestatización de todos los servicios y recursos naturales privatizados, empezando por el petróleo, la luz y el gas y su puesta en funcionamiento bajo gestión de sus propios trabajadores y usuarios. Con eso se terminaría este robo, eliminando las ganancias de estas empresas privadas parasitarias.

Gabriel Massa

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