Jul 16, 2024 Last Updated 6:38 PM, Jul 16, 2024

El Procurador del Tesoro de la Nación designado por Milei no solamente tiene un pasado vinculado al nazismo sino también es un vocero a favor de la penalización del aborto. En su juventud, participó de la Unión Nacionalista de Estudiantes Secundarios, una organización política ligada al Movimiento Nacionalista Tacuara, cuya tendencia estuvo relacionada al nazismo. En los años 90, Barra ejerció como ministro en la Corte Suprema de la Nación durante el gobierno privatizador y hambreador de Carlos Menem. Desde el 13 de mayo hasta el 24 de agosto de 1994, fue Convencional Constituyente Nacional y fue quien propuso que la prohibición del aborto tenga rango constitucional. Desde el 19 de noviembre de 1997 se desempeñó como asesor presidencial para las cuestiones vinculadas a la protección de los derechos de la persona por nacer. Un declarado antiderechos de las mujeres y disidencias.

Escribe Guido Poletti

¿Quién tiene la responsabilidad de que esté a punto de ascender al poder un ultraderechista como Javier Milei? ¿Con quién y cómo nos organizamos para enfrentar su plan motosierra? Todos interrogantes que se preguntan el pueblo trabajador y sectores populares que arrancan de una respuesta: el peronismo no es salida. 

“Para votar a Milei hay que ser mala persona con ganas”, dijo el periodista kirchnerista Victor Hugo Morales. Es la versión brutal de lo que muchos dirigentes peronistas, en especial los kirchneristas y la burocracia sindical, vienen sosteniendo en estos días: “la culpa es de la gente” o “que salgan a pelear los que votaron a Milei”. En todos estos planteos se carga la responsabilidad de que esté por asumir la presidencia el ultraderechista Milei exclusivamente en quiénes lo votaron, sin hacerse cargo del desastre que ha sido el actual gobierno peronista.

Este es el punto central. Sin ignorar que hubo un sector que votó clara y conscientemente “por derecha” a Milei (en el país ese sector existe) es un hecho de que millones de trabajadores y sectores populares votaron a Milei “contra” el gobierno de Fernández, Cristina y Massa, totalmente desilusionados de quiénes habían prometido “llenar la heladera”,  o “terminar con el ajuste de Macri” y llevaron adelante un feroz ajuste, generando una inflación récord que pulverizó salarios y jubilaciones, se sometieron a un acuerdo leonino con el FMI y terminaron su mandato con más del 45% de pobreza (dato que increíblemente, el propio Alberto Fernández ahora lo pone en duda). Por si esto fuera poco, todo mezclado con hechos de corrupción como la “fiesta” en Olivos en plena pandemia o el affaire de Insaurralde.

Que el voto a Milei haya sido total y completamente equivocado, no puede hacernos olvidar de quiénes son los principales responsables del ascenso meteórico del candidato ultraderechista.

¿Quién va a salir a enfrentar el plan motosierra?

El peronismo ha quedado como la principal oposición patronal a La Libertad Avanza. ¿Tenemos alguna garantía de que efectivamente va a salir a pelear para impedir que el plan de guerra contra el pueblo trabajador que anuncia Milei ?

Nada de eso. Por varios motivos. Primero, ya hay sectores del peronismo que han sido cooptados por Milei, empezando por los cordobeses de Schiaretti, que le aportan nada menos que al ajustador Cavallista Osvaldo Giordano para que ataque más aún a las y los jubilados, poniéndolo al frente de Anses. Durante varios días sonó incluso como posible presidente de la Cámara de Diputados Florencio Randazzo (finalmente no sucedió), ex candidato a vice de Schiaretti. Hay miembros del actual gobierno que continuarán, ahora como funcionarios de Milei. Tal el caso de Flavia Rolón, secretaria de Energía, que será la encargada de entregar el litio, a costa del saqueo de recursos y la represión a pueblos originarios, con su nuevo cargo de secretaria de Minería. O Daniel Scioli, que continuará en la embajada en Brasil.

La propia vicepresidente Cristina Fernández se encargó de negociar para que Milei, a pesar de que sólo cuenta con 7 senadores y 38 diputados, tenga miembros de su partido presidiendo ambas cámaras, allanando el camino para que un Menem vuelva al más alto lugar en la Cámara de Diputados. Todo en nombre de “la tradición” y “la gobernabilidad”. Los gobernadores peronistas, por su parte, también se disponen a negociar, entregando votos a cambio de algunos recursos para sus distritos. No sabemos qué va a pasar en concreto, pero no podemos depositar confianza en que el peronismo vaya a enfrentar el ajuste de Milei. Ya tenemos el ejemplo de lo que pasó durante el macrismo, donde el peronismo se dividió en varias partes y así le terminaron garantizando las principales leyes al entonces gobierno de Cambiemos.

¿La burocracia sindical, saldrá a enfrentar lo que se viene? La CGT sacó un comunicado amenazando “salir a las calles” si tocan derechos. Posan de combativos, pero por abajo, en los distintos gremios, llaman a la moderación, a “ser responsables” y “esperar”, al igual que los dirigentes de las CTA. Recordemos que lo mismo sucedió durante el gobierno de Macri, que incluso generó que en una marcha de la central obrera las bases tuvieran que exigirle “poné la fecha” ante el reclamo de paro general. La misma CGT que, en 2017, ya había sacado un pronunciamiento a favor de la reforma laboral que propugnaba el macrismo (y que luego tuvo que archivar tras las multitudinarias movilizaciones de fines de ese año).

¿Cuál es la salida?

Los únicos que garantizan, incondicionalmente, estar en contra, denunciar y salir a pelear contra el plan motosierra, son el sindicalismo combativo y el Frente de Izquierda Unidad. Desde el primer día estaremos apoyando todas y cada una de las luchas que se den. Planteando coordinarlas, tal como lo hacemos desde el Plenario del Sindicalismo Combativo. Porque tenemos que empezar a organizarnos desde abajo para enfrentar el plan de super ajuste, haciendo reuniones de delegados, activistas, asambleas ahí donde sea posible, sacando pronunciamientos. Llamando a la unidad con todos los que salgan a luchar. Peleando y fortaleciendo, en suma, lo que se necesita: una nueva dirección para la clase trabajadora, combativa y democrática.

Pero con eso sólo no alcanza. Es más necesaria que nunca una nueva alternativa política para el pueblo trabajador y sectores populares. Porque la conclusión que tenemos que sacar es que el peronismo ya no es salida para el pueblo trabajador. No lo fue gobernando, y tampoco lo será para lo que se viene. Y esa alternativa es el Frente de Izquierda Unidad. Postulando un plan económico alternativo, obrero y popular, al de la motosierra de Milei. Que arranque de dejar de pagar la deuda, romper con el FMI y poner todos los recursos para resolver las más urgentes necesidades populares. Un programa que sólo puede surgir de un gobierno de las y los trabajadores y la izquierda, camino al socialismo. 

Esas son las tareas que planteamos desde Izquierda Socialista. Te invitamos a sumarte para, así, fortalecer en este camino al Frente de Izquierda Unidad. 




Escribe Juan Carlos Giordano, diputado nacional electo por Izquierda Socialista/FIT Unidad
 
Ganó el ultraderechista Milei. Junto a la defensora de genocidas, Victoria Villarruel, serán el nuevo gobierno. Lamentablemente se consumó el triunfo de una variante de extrema derecha, muy peligrosa, que reivindica a la dictadura y postula un plan motosierra contra el pueblo trabajador. ¿Cómo puede ser que en solo dos años de ser diputado llegó al poder un personaje retrógrado, antiobrero y antiderechos? ¿Quién alimentó a semejante monstruo que niega el calentamiento global, postula la venta de órganos, dice que fue predestinado para ser presidente por “las fuerzas del cielo” y dice que hay que volver al Siglo XIX? Mientras abordamos este interrogante, llamamos a las y los luchadores a enfrentar el mayor ajuste que se viene, las privatizaciones y despidos, y el mayor sometimiento al FMI.
 
A una hora del cierre de los comicios del pasado domingo 19 se escuchó en el búnker del peronismo lo que nadie quería oír. “Es irreversible”. La derrota del gobierno estaba sellada. Sergio Massa lo reconoció antes que se dieran a conocer las cifras oficiales, en un palco con caras de velorio.

El presagio de un supuesto “palo a palo” en el balotaje, se esfumó como agua entre los dedos. La diferencia abismal de un 11% a favor de Milei fue contundente (55,69% versus 44,3%, 14 millones de votos contra 11 millones, respectivamente). El gobierno sólo ganó Provincia de Buenos Aires (por muy poco, donde tenía que hacer la gran diferencia si quería pelearla), Formosa y Santiago del Estero. En el resto perdió por paliza.

Luego de las PASO, millones votaron contra Milei en las generales del 22 de octubre y luego también en la segunda vuelta, haciéndolo por Sergio Massa con la nariz tapada (lo cual acompañamos desde Izquierda Socialista en el balotaje), pero terminó prevaleciendo el repudio masivo contra el gobierno.

De esta forma se llega al final de un gobierno peronista cuyos dirigentes pidieron en el 2019 el voto “para combatir los males de la derecha” (lo cual logró, ganándole a Macri) y a cuatro años lo único que puede mostrar es un 140% de inflación anual que devora salarios y jubilaciones, llevando a que el 60% de las niñas y niños sean pobres y el 80% de las jubiladas y jubilados se hundan en la indigencia. Un gobierno que cavó su propia fosa desde que selló el pacto con el FMI, reconociendo la deuda mafiosa de Macri, llevándonos a más pagos de una deuda usurera y fraudulenta y a la gran dependencia con el Fondo Monetario.

En todos estos años el peronismo demostró que lejos de ser una variante “nacional y popular”, fue el vehículo para garantizar las ganancias de los grandes empresarios, bancos, multinacionales y usureros internacionales. Contando con el apoyo de la CGT, las CTA y el conjunto de la traidora burocracia sindical, que no movió un dedo para apoyar alguna lucha, sumándose al caldo de cultivo para que crezca Milei. El desastre de Alberto Fernández, Cristina Kirchner y el candidato derrotado Sergio Massa, es lo que posibilitó que el hartazgo popular se canalizara, lamentable y equivocadamente, a una variante de ultraderecha al mejor estilo Bolsonaro.
 
Las razones del triunfo de los ultraderechistas Milei-Villarruel  

La razón central del triunfo de Milei es que canalizó el hartazgo popular ante la desesperante situación social de hambre y pobreza, culpa de este gobierno y de todos los anteriores. En estos 40 años de “democracia” que se están cumpliendo, millones perciben que fueron despojados de lo mínimo e indispensable para poder sobrevivir. Predominó el voto por “un cambio”, en vez del “miedo” a Milei, que había que sacarse de encima a este gobierno como sea, a quien también se repudia por sus mentiras electoralistas, los tremendos casos de corrupción (Insaurralde y demás) o por no hacer nada contra la inseguridad, entre otros males. Pero ese hartazgo, lamentablemente, se dio en apoyo a una variante de ultra derecha, mediante un voto completamente equivocado, lo que será usado para ir contra la clase trabajadora y demás sectores populares, las mujeres y disidencias y la juventud.

Milei es la expresión nacional de otros fenómenos mundiales (como lo fueron Bolsonaro, Trump, el pinochetista Kast en Chile, Meloni en Italia, Vox en el Estado Español, entre otros) que surgieron fruto de la decadencia capitalista y el desastre al que nos han llevado los distintos gobiernos patronales, en el caso argentino las distintas variantes peronistas, radicales y de PRO. Un personaje retrógrado, reaccionario, anti derechos, misógino y antiobrero, a quien desde Izquierda Socialista y el FIT Unidad venimos enfrentando en todos estos años, mientras el peronismo le prestaba personerías jurídicas para presentarse a las elecciones y candidaturas en sus listas.

El voto a Milei refleja la enorme confusión de amplios sectores de trabajadores, populares y de la juventud, que lo votaron creyendo que los podrá sacar de semejante desastre. Será todo lo contrario. Milei vendió mentirosamente que es “nuevo” (bajo la consigna “contra la casta”, el mismo que terminó pactando con Bullrich y Macri), con propuestas como la dolarización, llevando a la ilusión de que con eso se terminaría la inflación, o que va a significar percibir los mismos salarios ahora en dólares, cuando es directamente lo opuesto.

Evidentemente Milei tuvo el voto de toda una franja social conservadora y reaccionaria que no es nueva en el país. Pero ganó, también, porque hubo millones que votaron hartos del peronismo y de su desastre económico y social. Milei capitalizó a sectores que lo votaron pero no acuerdan con sus ideas, con su reivindicación de la dictadura, o en que haya que pagar para estudiar o curarse, o en que hay que liquidar el aborto legal. Pero lo votaron igual, equivocadamente, diciendo “peor no podemos estar”, quienes tendrán que sacar conclusiones con la realidad, haciendo la cruda experiencia con este gobierno.
 
¿Se viene la noche? Ya hay resistencia contra el plan motosierra

El impacto es enorme ante el triunfo de quien reivindica al genocidio e intentará indultar o amnistiar a militares condenados por delitos de lesa humanidad, postula un brutal plan motosierra, quiere echar atrás el aborto legal, dice que está bien vender órganos o niños, niega el calentamiento global y pone de modelo al estado sionista de Israel que está provocando un verdadero genocidio contra el pueblo palestino. La pregunta es: ¿se viene la noche?

En polémica con el resto de los partidos del Frente de Izquierda por nuestro voto crítico a Massa (ver página 9) desde Izquierda Socialista señalamos que no consideramos que el triunfo de Milei automáticamente signifique un “golpe” que lleve a que al otro día se prohíban las libertades democráticas, se clausure el Congreso o se anule el derecho de huelga. A su vez señalamos que el hecho de que haya ganado alguien que postula un programa de tinte fascista, pueda implementar todo lo que dice de la noche a la mañana, sin resistencia obrera y popular. Todo lo contrario.

En muchos países surgieron expresiones y hasta gobiernos de este tipo que no han podido llevar a cabo los cambios profundos que postulaban, siendo enfrentados con grandes luchas y el repudio popular. Bolsonaro y Trump, por ejemplo, gobernaron cuatro años y se fueron repudiados, el primero ante el  negacionismo del Covid 19, llevando a la muerte a más de 700.000 personas, entre otras barbaridades, y contra Trump, recordemos la histórica rebelión afro descendiente en Estados Unidos en repudio al asesinato de George Floyd por parte de la policía blanca y supremacista yanqui.

Tras el triunfo electoral Milei anunció el cierre de la TV Pública, Télam, Radio Nacional, la privatización de YPF, la reducción de dieciocho a ocho ministerios pasando los de Salud, Educación y Trabajo a menor rango, lo que acarreará miles de despidos, entre otras medidas antiobreras y antipopulares. Envalentonado con el apoyo electoral, Milei habló en el acto frente a su búnker en el Hotel Libertador de “cambios drásticos”, que “no hay espacio para el gradualismo”, señalando a su vez “vamos a ser implacables con aquellos que quieran usar la fuerza para defender sus privilegios”, dejando claro que intentará actuar con represión ante la protesta social. Es decir, intentará trasladar a la realidad su plan motosierra. Pero lo que está claro es que se la tendrá que ver con la lucha popular, augurando choques sociales, ante un movimiento obrero y popular que no está derrotado y que va a dar pelea enfrentando semejantes salvajadas, como ya ocurrió con la rebelión popular en Jujuy contra la reforma constitucional represiva y saqueadora de Gerardo Morales y el PJ.

Ya se están haciendo asambleas en los medios públicos atacados por Milei para definir medidas de acción; hubo un plenario de ATE en CABA que definió una marcha para la semana próxima ante la amenaza de despidos; el movimiento de mujeres ganará las calles nuevamente este sábado 25N en un nuevo aniversario contra la violencia machista. Con anterioridad, ya se habían dado acciones de distintos sectores en defensa del Conicet en el momento que Milei dijo que lo iba a cerrar, las movidas que hubo en defensa de la Educación y la Universidad Pública o el repudio de los clubes de fútbol de barrio ante la amenaza de desaparecer. Esto se unió a la valentía política de la denominada “micro militancia”, en muchos casos espontánea, que en subtes, trenes y plazas públicas llamó a enfrentar a Milei, sin ninguna confianza en Massa.

La burocracia sindical de la CGT, las CTA y del resto de los gremios debate en estos momentos cómo reacomodarse ante el nuevo gobierno. El burócrata Armando Cavalieri de Comercio ya hizo punta diciendo “hay que dialogar” con Milei. Luis Barrionuevo ya volvió a respaldar a Milei. Lo mismo están haciendo las grandes patronales y el propio peronismo, con un Sergio Massa que felicitó a Milei tras el triunfo y dijo que hay que acordar políticas de Estado, lo cual fue recibido con reprobación y un baldazo de agua fría para quienes ven en Milei una clara amenaza a sus conquistas y derechos.

El hecho que Milei no tenga mayorías en el Congreso puede llevar a que implemente algunas de sus medidas a decretazo limpio. Veremos los ritmos. Ante este cuadro, junto al sindicalismo combativo y la vanguardia luchadora, desde Izquierda Socialista y el FIT Unidad denunciamos a esos dirigentes burocráticos y les exigimos que abandonen la complicidad con el gobierno y las patronales y llamen a asambleas y plenarios de delegados para preparar medidas de lucha para enfrentar el ajuste antiobrero y antipopular de Milei, con el apoyo de los derechistas Patricia Bullrich y Macri.
 
Hay que fortalecer al Frente de Izquierda

Se abrió un nuevo capítulo en el país con el triunfo de Milei. Desde Izquierda Socialista en el Frente de Izquierda Unidad nos sumamos al repudio electoral contra Milei con un voto crítico a Massa, llamando a hacerlo con la nariz tapada, sumándonos a millones que militaron por evitar el triunfo de un ultraderechista sin darle apoyo político al gobierno. Como partido dijimos junto al “Pollo” Sobrero, el diputado Giordano y toda nuestra militancia que, gane quien gane, íbamos a tener que salir a enfrentar el mayor ajuste y sometimiento al FMI. Estamos transitando ese momento.

Convocamos a las y los trabajadores, a las organizaciones sociales y de desocupados combativas, al movimiento estudiantil, al movimiento de mujeres y a la juventud, a enfrentar en unidad el mayor ajuste, saqueo y sometimiento que postulan Milei y Villarruel. Llamando a defender las libertades democráticas, el derecho a la protesta y los posibles anuncios a favor de los genocidas junto al Encuentro Memoria Verdad y Justicia. Pelea que va unida a la de romper con el FMI y dejar de pagar la deuda usurera, como única salida para el pueblo trabajador, como lo hemos sostenido en todo este año electoral y en las luchas, poniendo nuestras bancas, a su vez, en defensa de la Causa Palestina.

Para todo esto hay que fortalecer al Frente de Izquierda Unidad. Durante el balotaje en el seno del Frente de Izquierda tuvimos distintas tácticas electorales. Pero ahora los partidos que integramos el FIT Unidad debemos salir unidos a impulsar la lucha del pueblo trabajador contra el gobierno reaccionario de Milei. Ese es el compromiso que asumimos desde Izquierda Socialista.

Por otro lado, agradecemos el reconocimiento que hubo en los lugares de trabajo y por las redes por nuestra táctica electoral, incluso ofreciéndose muchas y muchos de quienes lo compartieron para sumarse a Izquierda Socialista. Las y los esperamos. Y a aquellas valiosas compañeras y compañeros que militaron el voto a Massa con la nariz tapada, haciéndolo dentro de Unión por La Patria, los convocamos a sacar conclusiones, a que abandonen el espacio político que los llevó a esta crítica situación, ofreciéndoles un puesto de lucha junto a Izquierda Socialista para sumarse a fortalecer la única alternativa política y de la unidad de la izquierda que vino enfrentando a todos los gobiernos, como lo es el Frente de Izquierda Unidad, para luchar por una verdadera salida de fondo, preparándonos ahora para enfrentar al ultraderechista Milei y a su plan motosierra.


Escribe Mercedes de Mendieta, diputada nacional electa Izquierda Socialista/ FIT Unidad

Las próximas semanas serán de transición entre el gobierno del peronismo y el del ultraderechista de Milei-Villarruel. Si bien este triunfo implica un cambio importante en el país, el intento de aplicar su plan “motosierra” y los ataques a los derechos conquistados, encontrarán resistencia por parte de las y los trabajadores, las mujeres y la juventud. A cada amenaza, habrá que oponerle lucha y organización.  

El triunfo de Milei en las elecciones generales abre un nuevo escenario político en el país. Sin dudas, el fracaso de los gobiernos peronistas, la inflación que a fin de año superará el 140 % y una clase trabajadora y sectores populares empobrecidos combinados con una juventud que no ve futuro, fueron las razones profundas para el triunfo del liberfacho de Milei. Desde el 10 de diciembre el gobierno ultraderechista abrirá un nuevo capítulo de la lucha de clases en nuestro país, porque su objetivo central será descargar la gigantesca crisis sobre el pueblo trabajador para que los capitalistas salven sus ganancias. Así lo agitó en toda la campaña, diciendo que aplicará un “ajuste mayor al exigido por el FMI” que incluye cambios en todas las áreas de la economía nacional, la salud, la educación y las libertades democráticas. Los salarios de las y los trabajadores, los planes a las organizaciones sociales y las condiciones laborales serán las variables del ajuste, lo que llevará a profundizar el ya destruido nivel de vida de la clase trabajadora y sectores populares.

Entre las primeras medidas anunciadas Milei dijo que: “Todo lo que pueda estar en las manos del sector privado va a estar en manos del sector privado”, y señaló entre las empresas a privatizar a la petrolera YPF (ver "Quieren regalar YPF") y los medios públicos. “Vamos a arrancar primero con la reforma del Estado, y poner en caja las cuentas públicas rápidamente”, añadió. En otras palabras, un plan al mejor estilo de los ́90 con el  peronismo menemista, que dejará miles de despidos, pero que también chocará con una fuerte resistencia como ya ocurrió bajo el propio Menem. Las primeras señales de esta resistencia comenzaron a verse con el llamado a las asambleas por parte de Sipreba (sindicato de prensa) ante las amenazas de privatización de la agencia de noticias Télam, la TV Pública y Radio Nacional, luchas que desde Izquierda Socialista y el Frente de Izquierda nos encontrará codo a codo peleando contra cualquier ataque.

Milei anunció que mantiene su plan de dolarizar la economía y eliminar el Banco Central, la apertura de las importaciones y el ajuste fiscal sobre el estado, entre lo que destacó liquidar la obra pública. Aunque por ahora son solo anuncios y amenazas, demuestran el peligro que representa el futuro gobierno de ultraderecha. Y ya comienzan a verse las consecuencias, en los aumentos irracionales de los alimentos de hasta 45% por parte de las grandes distribuidoras y formadoras de precios patronales que intentan adelantarse a una posible devaluación.

Es por eso que Macri, uno de sus principales aliados, dijo en estos días en una entrevista: “Los jóvenes no se van a quedar en la casa, los ´orcos´ tendrán que medir muy bien cuando quieran hacer desmanes en las calles”, agitando un escenario de fuerte conflictividad social y llamando abiertamente a reprimir y atacar a quienes se opongan a los planes de ajuste, siguiendo lo que ya Villarruel vino anunciando en toda la campaña electoral.

Milei-Villarruel representan además la reacción patriarcal, uno de sus diputados electo, el machista Benegas Lynch, dijo: que la ley de aborto es “la salvajada más espantosa”, en una clara provocación al movimiento feminista.

Ni miedo, ni resignación. Organicemos la pelea

Muchas compañeras y  compañeros se encuentran impactados por el triunfo de Milei, pero a todas y todos le decimos que nada está dicho, el mayor o menor avance de las medidas reaccionarias propuestas por la ultraderecha dependerá de nuestra lucha. Confiamos en la tradición de lucha de las y los trabajadores y de que  la bronca que muchas y muchos sentimos, se termine reflejando en un proceso de movilización al calor de cada uno de los ataques que Milei-Villarruel intenten llevar adelante. Hay que exigirle a la CGT que ante cada ataque, como acaba de ocurrir con los medios públicos y sectores estatales, llame a una medida de lucha. Desde el Frente de Izquierda Unidad venimos enfrentando el actual ajuste y lo seguiremos haciendo contra el ajuste de Milei, siempre junto al sindicalismo combativo y sus principales dirigentes apoyando todas las luchas y buscando la mayor unidad con delegados, comisiones internas y sectores en lucha. El triunfo electoral de Milei, no implica en sí una derrota de nuestras conquistas, porque confiamos que ante cada ataque encontrará lucha y organización. Te invitamos a sumarte a esta pelea y al calor de la misma, organizarte junto a Izquierda Socialista.

Escribe Mariano Barba

Milei ya anunció las primeras privatizaciones. Empezó por YPF, la empresa petrolera y gasífera que tiene mayoría accionaria en manos del estado. Dijo que hay “que recomponerla” y luego privatizar el 51 % de las actuales acciones estatales. Desde que Menem privatizó YPF en 1992, nunca más la empresa jugó el papel social que la hizo famosa durante décadas. Repsol la exprimió como un limón. Luego, en el 2012, fue renacionalizada por la ley 26741, quedando el 51 % de las acciones en manos del estado y el 49% restante en manos de privados.

Durante el 2022 YPF tuvo su mayor utilidad neta, con una ganancia de 2.234 millones de dólares surgidos del crecimiento de la producción en Vaca Muerta. Entonces ¿por qué quiere privatizarla Milei? Para que el gran negocio del petróleo y el gas quede totalmente en manos de  las grandes operadoras multinacionales como Chevron, Shell, Axion, Total, Vista Energía, Tecpetrol, Pan American Energy (PAE) y la propia YPF privatizada entre otras. No es casual que Milei ya anunció que el nuevo presidente de YPF será Horacio Marín, persona de confianza de Paolo Rocca, líder de Techint, con quien trabaja desde hace 35 años a cargo de exploración y producción en Tecpetrol. Rocca anunció públicamente su aporte y apoyo a la campaña de Milei, ahora se cobra ese apoyo recibiendo la presidencia de YPF, para privatizarla totalmente y profundizar el saqueo.

El intento privatizador de Horacio Marín consistirá en liberar el precio de las naftas acorde con el precio del barril internacional que ronda los 80 dólares y terminar con el barril “criollo” que hoy está en 56 dólares para las refinerías que producen para el mercado nacional. También buscará terminar con YPF como la principal productora hidrocarburífera del país y la responsable de más de la mitad del mercado de combustible y privatizar otras actividades estratégicas como YPF Gas, Luz, Litio, Y-TEC y Metrogas.

Desde Izquierda Socialista decimos lo opuesto que Milei, hay que parar con el saqueo del subsuelo. Por eso planteamos renacionalizar toda la industria petrolera y gasífera y una YPF 100 % estatal bajo control de sus trabajadores, sus técnicos y las comunidades originarias, para determinar qué y cómo se produce y que toda esa renta quede en la provincia y en el país y no solo el miserable 12 % que queda hoy en concepto de regalías.
            


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