Jul 18, 2024 Last Updated 6:04 PM, Jul 17, 2024

Escribe Claudio Funes

Con cada semana se agudiza la interna de Juntos por el Cambio. El pasado lunes, por separado y en forma simultánea, Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich realizaron encuentros con dirigentes de la misma sección electoral de la provincia de Buenos Aires. Y, este lunes, chispazos entre Macri y Morales por la posible suspensión de las PASO en Chubut.
 
Larreta y Diego Santilli, ex candidato a gobernador por la provincia de Buenos Aires, se reunieron en un club de Tres de Febrero con referentes de la primera y tercera sección electoral, bajo la consigna “Prepararse para gobernar”. La jornada de Patricia Bullrich transcurrió en el Yacht Club de Olivos, con otros dirigentes de la primera sección electoral como Joaquín de la Torre (ex intendente de San Miguel), presentándose como postulante para suceder a Axel Kicillof.

De la Torre es senador provincial de Juntos por el Cambio, cercano a Mauricio Macri. Le brindó apoyo al armado bonaerense de Javier Milei y ahora formalizó su pase a la tropa de la ex ministra de Seguridad. En la carrera por la gobernación de Buenos Aires también competirán Javier Iguacel (el del puente por el que no pasaba el tren), el larretista Santilli y el macrista Cristian Ritondo.

A pesar del acuerdo de convivencia, la pelea entre Larreta y Bullrich por el operativo de seguridad ante el domicilio de Cristina Kirchner había escalado más de la cuenta. Macri lo dejó correr, en el intercambio de acusaciones, y luego les dio la razón a los dos. Pero en Juntos por el Cambio hay más candidatos, los radicales.

Gerardo Morales, gobernador de Jujuy, hace ya un tiempo que desestimó la posibilidad de una fórmula presidencial con Macri. Afirma que el radicalismo va a tener candidatos a presidente y que él va a ser uno de ellos. También cruzó a Macri por la posible interrupción de las PASO en Chubut. El ex presidente reclamó que se continúe con las internas abiertas como hasta hoy, y el gobernador le dijo que antes de opinar “se meta un poco en la vida interna de Chubut” y elogió a Patricia Bullrich.

La alianza opositora patronal está inmersa en una peligrosa interna para ganar el derecho a ser el represor de turno e imponer más planes de ajuste. Aunque hablen de distinta manera, prometen lo mismo. Bullrich es la más descarada en su discurso represor y tiene un historial como ministra de Seguridad macrista. Larreta posa de moderado, mientras desde la jefatura de gobierno de la ciudad hace grandes negociados inmobiliarios, al tiempo que amenaza con quitar los paupérrimos planes sociales a los padres que no manden a sus hijos a la escuela.

Los radicales cuentan con 412 intendentes y tres gobernadores que aplican el ajuste de Massa y el FMI. Son los mismos que co gobernaron con Macri hace un tiempo, y no podemos olvidar las políticas de Alfonsín y De la Rúa.

Ante la crisis social y el ajuste del peronismo del Frente de Todos, no hay que caer en la confusión que puede sembrar Juntos por el Cambio. Pretenden diferenciarse del gobierno en vistas a las elecciones del 2023. Pero, por encima de todo el ruido de su interna, los Macri, Larreta, Bullrich o Morales son un armado político al servicio de los grandes capitalistas, las multinacionales y el FMI. La salida es la izquierda.

Escribe Claudio Funes

El pasado 7 de septiembre la principal referente del partido político “+ Valores”, Cynthia Hotton, se mostró junto a Horacio Rodríguez Larreta y Diego Santilli  (PRO) en un acto en el cual se celebraron los cuarenta años de Asociación Cristiana de Iglesias Evangélicas de la Argentina (Aciera). Un intento de acercamiento a Juntos por el Cambio, aunque también mantiene conversaciones con Javier Milei.

Hotton es una importante militante evangélica. Como diputada nacional de PRO, entre 2007 y 2011, puso su banca al servicio de la lucha contra el matrimonio igualitario y contra el derecho el aborto. En 2019 compartió candidatura presidencial con el represor y carapintada Juan José Gómez Centurión, ex funcionario macrista.

Cynthia Hotton es una representante de la iglesia protestante que capta los votos de sus fieles al servicio de espacios políticos conservadores y hasta de ultraderecha. Un fenómeno que se extiende en nuestro país, Brasil y en general en Sudamérica. No olvidemos que Donald Trump también recibió apoyo de estos sectores que son un pilar electoral del Partido Republicano.

Ante el creciente desprestigio de los partidos patronales, aparecen como la renovación de las viejas fuerzas conservadoras que pretenden cercenar derechos democráticos y laborales.                            

Escribe Claudio Funes

Con distintos elementos probatorios la justicia vincula a Carlos Pedro Blaquier, el principal dueño del ingenio Ledesma, como uno de los clientes VIP de la secta conocida como Escuela de Yoga Buenos Aires (EYBA), que tenía a jóvenes mujeres en situación de servidumbre y explotación sexual.
Testimonios, documentos y hasta escrituras acreditan su relación con esta organización mafiosa de prostitución, trata, lavado de dinero, servidumbre, ejercicio ilegal de la medicina y otros delitos, dirigida por Juan Percowicz y Susana Mendelievich.
Blaquier, de noventa y cinco años, ha tenido responsabilidad por los secuestros y desapariciones ocurridos en 1976, en la zona de influencia de su ingenio, pero la justicia patronal y los distintos gobiernos le garantizaron la impunidad.

En aquel entonces, en acuerdo con la dictadura militar se realizaron apagones de luz entre el 20 y 27 de julio y se secuestraron y desaparecieron a más de 400 trabajadores, estudiantes, militantes y dirigentes sindicales. Aún continúan desaparecidas treinta y tres personas.
Con ramificaciones en Estados Unidos, esta secta ha funcionado por más de treinta años. Ya en 1993 el juez federal Mariano Bergés se hizo cargo de la primera denuncia contra la Escuela de Yoga que finalmente quedó en nada.  

Repudiamos y denunciamos a Blaquier por promover la trata de personas y la esclavitud sexual.

 

Desde el pasado jueves por la noche la realidad política se encuentra cruzada por el atentado contra la vicepresidenta Cristina Fernández. Un hecho político gravísimo que repudiamos y por el que exigimos una investigación a fondo (tema que desarrollamos en profundidad en "Repudiamos el atentado contra Cristina pero no fuimos a la marcha").

Todos los debates que se han generado y se seguirán generando al respecto en los próximos días no nos pueden hacer olvidar el drama económico y social que vive el pueblo trabajador, con una inflación que en septiembre superará el 6% y va camino al 100% anual. Con salarios y jubilaciones que ya perdieron un 30% de su poder adquisitivo en el último quinquenio y siguen en retroceso, sumiendo a millones en la pobreza. Con la mitad de la clase trabajadora en negro o tercerizada.

Desde hace un par de semanas, cuando se conoció la acusación del fiscal Diego Luciani a Cristina Fernández, el oficialismo del Frente de Todos y la oposición patronal de Juntos por el Cambio le dedicaron el 100% de sus declaraciones. Unos, negando la corrupción kirchnerista y diciendo que se trataba de un “ataque al peronismo”. Otros, buscando un aprovechamiento electoral y a la vez escondiendo la corrupción macrista. A esto le siguieron las discusiones por las vallas en la puerta de la casa de la vicepresidenta, la represión policial (hecho repudiable en sí) y los debates en Juntos por el Cambio entre Larreta y Patricia Bullrich (con esta última pidiendo más represión y mano dura). En este panorama se produjo el atentado a la vicepresidenta, el jueves pasado. Y todo lo que siguió de ahí en adelante.

Sin embargo hay algo que tiene que quedar claro: en medio de todo, el gobierno peronista del Frente de Todos sigue adelante con su feroz ajuste a medida de lo exigido por el FMI. Ya están en marcha los tarifazos, como se verá cuando lleguen las nuevas facturas a comienzos del mes que viene. Están los fuertes recortes a las partidas de educación, salud y obras públicas. Se recorta hasta las partidas para las personas con discapacidades. Los jubilados cobraron su “reajuste” de septiembre y una vez más perdieron contra la inflación. Y siguen las remarcaciones de precios, en particular en los productos de primera necesidad.
El superministro de Economía Sergio Massa viaja esta semana a los Estados Unidos. Antes de hacerlo anunció privilegios para los monopolios agroexportadores y las automotrices, quedando en agenda otros para las megamineras. A Cargill, Dreyfuss, Aceitera General Deheza, Cofco, ADM y Bunge y a los grandes terratenientes les garantizó un mes con retenciones cero, para que así puedan liquidar toda la soja que tenían acopiada.  Massa va a reunirse en este viaje con quienes deciden de verdad el destino de la economía argentina: Kristalina Georgieva y el staff del Fondo Monetario Internacional. Se ratificará el objetivo de la política económica del gobierno: alcanzar de acá a fin de año una reducción del déficit fiscal a 2,5% del PBI. Léase más y más ajuste y entrega al Fondo. A su vuelta, el equipo económico tendrá que presentar el presupuesto para el año próximo. Vendrá con recortes aún más profundos que los actuales.

Esta es la “agenda” del actual gobierno, de acá hasta el final de su mandato. Por eso es importante resaltar la lucha de los que hoy están enfrentando el ajuste. Ahí tenemos, entre otras, la enorme pelea docente en Córdoba, la que se dió conjuntamente entre docentes y el resto de los estatales en Santa Fé, la lucha de los trabajadores y familiares de personas con discapacidades contra los recortes o la que continúan los obreros del Sutna contra las patronales del neumático. Son todos conflictos concretos contra las consecuencias del ajuste, que tenemos que seguir apoyando y fortaleciendo para que triunfen. Más aún ante el vergonzoso silencio de la CGT y las CTA, cuyas conducciones son muy rápidas para salir a apoyar al gobierno pero no dicen una palabra antes los justos reclamos de las y los trabajadores. Por eso nos oponemos a quienes quieren aprovechar el correcto repudio al atentado a Cristina con llamados a la “paz social”, que en la práctica va a terminar siendo utilizada para deslegitimar luchas como las arriba mencionadas.
La oposición patronal de Juntos por el Cambio, mientras tanto, sigue inmersa en sus internas. Pero lo destacable, más allá de los nombres involucrados, es cómo compiten: lo hacen por mostrar quiénes serán capaces de ajustar más y más rápido si acceden al gobierno a fin del año que viene, o quiénes tendrán más capacidad para reprimir. Patricia Bullrich, en este aspecto, llegó al extremo de negarse a repudiar el atentado contra Cristina.  Lo mismo que hicieron Milei, Espert y los liberfachos, que lo tildaron de mero “hecho policial”.
 
Esta realidad de crisis, degradación social, miseria y marginación para el pueblo trabajador, no puede ser resuelta ni por el actual gobierno peronista del Frente de Todos ni por la oposición patronal de Juntos por el Cambio. O, mucho menos, por los “libertarios” de Milei.

Por eso es necesario postular, una vez más, otra alternativa política, la que venimos construyendo desde el Frente de Izquierda Unidad. Planteamos que es necesario otro programa económico, obrero y popular, que comience por dejar de pagar la deuda y romper con el FMI, para desde ahí priorizar salarios y jubilaciones dignas, por arriba del valor de la canasta familiar; trabajo genuino para los desocupados, y plata para salud, educación y vivienda. Una alternativa política que dice que es hora de que gobiernen los que nunca lo han hecho, los que no tienen responsabilidad ni complicidades con la crisis actual: los trabajadores y la izquierda, en el camino a una Argentina socialista.

Para escuchar estas propuestas y debatirlas es que desde Izquierda Socialista estamos realizando en estas semanas en todo el país distintos eventos, para que tengas la oportunidad de conocernos y acercarte a participar. Te esperamos.


Escribe Juan Carlos Giordano, diputado nacional electo Izquierda Socialista/FIT Unidad
 
Izquierda Socialista junto al Frente de Izquierda Unidad reitera su repudio al gravísimo atentado que sufrió la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, exigiendo una profunda investigación y castigo a todos los culpables. A su vez, señalamos que no fuimos a la marcha a Plaza de Mayo convocada por el gobierno por hacer uso de este grave hecho en beneficio propio con un acto, como lo mostró la declaración leída por la actriz Alejandra Darín. Fue un acto de apoyo a un gobierno que aplica un brutal ajuste contra el pueblo trabajador.

El gravísimo atentado ya tiene sus ribetes, atento a las noticias que señalan la ineficiente actuación de la custodia, la posible pérdida de pruebas fundamentales del celular del atacante por desmanejos entre la Policía Federal y otros organismos de “investigación”, según ya observaron calificados peritos sobre el tema.
 
Debacle política y social

El atentado dio para todo tipo de debates. El gobierno dice que fue motivado por un “discurso de odio” por parte de los medios, la justicia y sectores de la oposición, que fue un “atentado a la democracia”. Otros sectores dicen que fue “un circo montado por el gobierno”. Y muchos se preguntan si con esto se viene un avance del fascismo.

Nosotros rechazamos que el gobierno justifique lo ocurrido por “el discurso de odio” (ver nota aquí), sino que lo inscribimos como una expresión más de la tremenda degradación social y política a las que nos viene llevando el peronismo del Frente de Todos en el gobierno, como antes el macrismo. El atentado se da, por un lado, ante un caos social imperante por el crecimiento del hambre, la pobreza, la marginalidad y la mayor desigualdad entre ricos y pobres, llevando por ejemplo a asesinatos cotidianos como en Rosario a manos del narco, y a la creciente inseguridad. Y por otro, ante los discursos extremos de un verdadero “vale todo”, tanto por parte de la oposición patronal como del gobierno peronista, apelando ambos a un discurso violento del “sálvese quien pueda” para llevar agua para su molino ante sus evidentes crisis políticas y posicionarse para las elecciones de 2023. Este caos político y social actuó como un cóctel explosivo para que se de este hecho aberrante, sea de un fascista individual o no, o pueda ser el detonador de otros aunque no sean de la magnitud del intento de magnicidio.
 
La violencia viene de arriba

El macrismo de Juntos viene diciendo que “los piqueteros son el caos social”, no el pacto mafioso con el FMI. Juntos por el Cambio, por ejemplo, dejó correr las marchas con bolsas mortuorias frente a Plaza de Mayo. El gobernador radical Gerardo Morales embiste en Jujuy contra organizaciones sociales que luchan por comida y trabajo, acusándolas de delincuentes. Patricia Bullrich, quien no repudió el atentado contra Cristina, dijo: “el que quiera andar armado que lo haga”. Un diputado de PRO pidió la pena de muerte. El legislador de derecha conocido como el marido de Pampita propuso demoler el ministerio de Desarrollo Social para facilitar el tránsito. Y Milei, quien tampoco repudió el atentado, postula propuestas de extrema derecha que venimos combatiendo, al que consideramos como peligroso personaje neofascista.

Frente a esto el gobierno no se queda atrás. ¿Acaso el Frente de Todos no enarboló un violento discurso ante el fallo de un fiscal? Habló de persecución y proscripción política contra Cristina y del peronismo; la vicepresidenta hizo referencia a un “pelotón de fusilamiento” en su contra, o la frase “espero que no se suicide el fiscal” de Alberto Fernández. Máximo Kirchner dijo: “están viendo quién mata al primer peronista”. Otros referentes kirchneristas dijeron que la causa de Vialidad es parecida a un “Plan Cóndor” (genocidio), que hay un golpe de los mercados, mientras el ministro de Kicillof y represor Sergio Berni se pavoneó por los medios diciendo “el que corta una calle es un delincuente”. ¿Todo esto no estuvo como trasfondo de lo ocurrido?
 
No fuimos a la marcha y llamamos a enfrentar el brutal ajuste

Respetamos a los trabajadores y jóvenes que simpatizando con el peronismo decidieron el viernes pasado participar de la movilización a Plaza de Mayo y de las que se dieron en el resto del país. Pero decimos claramente que el gobierno usó el atentado para victimizarse una vez más, afirmando que “peligra la democracia” o justificándose por “el discurso de odio” (del cual es parte), mientras redobla la aplicación de un brutal ajuste hasta recortando partidas a personas con discapacidades. El gobierno transformó la marcha a Plaza de Mayo en un acto en su propio apoyo. Por eso Izquierda Socialista y los demás partidos del FIT Unidad decidimos no participar.

No vemos que a pesar de la gravedad del atentado haya un “peligro de la democracia” (golpe de estado) o que haya bandas fascistas que pongan en peligro las libertades democráticas, como ocurrió años atrás. Esto no quiere decir que no haya ataques contra movilizaciones, como ocurrió en Córdoba ante una marcha contra el FMI por parte de encapuchados que dispararon al aire y acuchillaron a un joven, o los ataques vandálicos a locales partidarios de la izquierda, entre ellos Izquierda Socialista, o la reivindicación del atentado contra Cristina por un ultraderechista en La Plata, entre otros, a los cuales llamamos a repudiar.  

El gobierno ahora pide por la tan mentada “paz social” mientras sigue engordando las ganancias de las mineras, petroleras y el agronegocio. ¿Paz social con el FMI? ¿Paz social redoblando el ajuste? Una paz social que siempre va contra el pueblo trabajador, para amordazar a los que luchan contra el saqueo capitalista.

El FIT Unidad señaló en una declaración pública: “Nuestro repudio a este atentado reaccionario no implica ninguna solidaridad política con un gobierno que está llevando a cabo un profundo ajuste […]  Rechazamos los llamados a la “unidad” y a la “concordia” con las cámaras empresariales que promueven el ajuste y la pulverización de los salarios, y con los partidos políticos del ajuste. Por eso hemos decidido no marchar en el día de la fecha”. A su vez, denunciamos nuevamente que la CGT y las CTA se la pasan apoyando al gobierno y no llaman a luchar por un inmediato aumento de salario.

Conclusión: repudiamos el atentado, exigimos investigación y castigo. Y llamamos a seguir apoyando las luchas obreras y populares contra el brutal ajuste. Postulando un plan económico alternativo, obrero y popular. Y peleando por una salida de fondo, que pasa por conquistar un gobierno de las y de los trabajadores y de la izquierda, y una Argentina socialista, que nos libere del FMI y termine con la decadencia, el hambre y la pobreza a la que nos han llevado todos los gobiernos capitalistas, sean de centroderecha o supuestamente “nacionales y populares”.

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